Leer en voz alta y otras estrategias de lectura para mejorar la memoria

El ejercicio constante de la memoria mediante la lectura actúa como una reserva cognitiva, que protege al cerebro frente al deterioro

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Discutir un libro o un
Discutir un libro o un texto con otras personas no solo motiva, sino que refuerza la memorización al tener que explicar lo aprendido (Imagen Ilustrativa Infobae)

La lectura es una de las actividades más enriquecedoras para la mente y el corazón. No solo despierta la imaginación y transporta a mundos distintos, sino que también moviliza emociones, desarrolla la empatía y favorece el pensamiento crítico. Según el Ministerio de Salud (Minsa), leer de manera regular contribuye a la salud mental al reducir el estrés y estimular la concentración.

Asimismo, el Seguro Social de Salud (EsSalud) destaca que la lectura en adultos mayores puede ayudar a mantener la mente activa y prevenir el deterioro cognitivo. Entre sus múltiples beneficios, la lectura también tiene un papel clave en la mejora de la memoria, especialmente cuando se practica en voz alta o con técnicas específicas.

Leer en voz alta y otras estrategias de lectura para mejorar la memoria

Leer en voz alta activa más áreas del cerebro que leer en silencio, esto se debe a que involucra simultáneamente la vista, el habla y la audición, lo cual refuerza los circuitos neuronales relacionados con la retención de información. Un ejemplo de ello es que los estudiantes que repasan sus apuntes en voz alta suelen recordar más detalles en comparación con quienes solo leen de manera silenciosa.

Escribir ideas clave mientras se
Escribir ideas clave mientras se lee ayuda a consolidar los conceptos (Imagen ilustrativa Infobae)

Además de leer en voz alta, existen otras estrategias de lectura que favorecen la memoria:

  • Subrayar y anotar: escribir ideas clave mientras se lee ayuda a consolidar los conceptos.
  • Releer y resumir: volver a los textos y elaborar un resumen con palabras propias fortalece la comprensión y la memoria a largo plazo.
  • Mapas conceptuales: organizar la información de forma visual mediante esquemas facilita la asociación de ideas.
  • Lectura compartida: discutir un libro o un texto con otras personas no solo motiva, sino que refuerza la memorización al tener que explicar lo aprendido.

De esta manera, la lectura se convierte no solo en una fuente de placer, sino también en una herramienta para mantener la memoria activa en cualquier etapa de la vida.

Enfermedades que se previenen al mejorar la memoria

El ejercicio constante de la memoria mediante la lectura actúa como una reserva cognitiva, es decir, un “colchón” de capacidades que protege al cerebro frente al deterioro. Según EsSalud, la estimulación cognitiva reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y otras formas de demencia senil.

Asimismo, leer con regularidad y aplicar estrategias de memorización puede prevenir o retrasar los efectos del deterioro cognitivo leve, que muchas veces aparece como pérdida de memoria en la adultez mayor. Incluso en personas jóvenes, fortalecer la memoria mediante la lectura ayuda a reducir la vulnerabilidad frente a trastornos de atención y dificultades de aprendizaje.

La estimulación cognitiva reduce el
La estimulación cognitiva reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y otras formas de demencia senil (Imagen Ilustrativa Infobae)

En otras palabras, leer en voz alta o aplicar técnicas de lectura no solo potencia el aprendizaje inmediato, sino que también contribuye a la salud cerebral a largo plazo, actuando como un factor protector frente a enfermedades que afectan la memoria.

Otras maneras de mejorar la memoria con pasatiempos

Además de la lectura, existen diversos pasatiempos y actividades recreativas que estimulan la memoria de manera natural y entretenida:

  • Juegos de mesa y rompecabezas: el ajedrez, el sudoku o los crucigramas ejercitan la memoria de trabajo y el razonamiento lógico.
  • Música: aprender a tocar un instrumento o simplemente memorizar letras de canciones activa zonas cerebrales relacionadas con la memoria auditiva.
  • Idiomas: estudiar un nuevo idioma implica recordar vocabulario, gramática y pronunciación, lo cual fortalece la memoria verbal y la plasticidad cerebral.
  • Actividades artísticas: pintar, bordar o realizar manualidades requieren concentración y memoria procedural (recordar pasos y técnicas).

La clave está en elegir pasatiempos que resulten agradables y sostenibles en el tiempo, ya que la constancia es lo que garantiza mayores beneficios.