Los peligros de caminar por pistas o veredas resbalosas cuando hay garúa en Lima

La garúa limeña, constante y silenciosa, puede parecer inofensiva, pero tiene el potencial de volver peligrosas las pistas, veredas, escaleras y puentes peatonales

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Un simple resbalón puede resultar
Un simple resbalón puede resultar en una fractura de muñeca, tobillo, cadera o incluso un traumatismo craneoencefálico (Imagen Ilustrativa Infobae)

En Lima, la temporada de invierno no siempre trae lluvias fuertes, pero sí una persistente garúa que, aunque ligera, es capaz de cambiar por completo las condiciones del suelo. Recientemente, el flamante Puente de La Paz, que une los distritos de Miraflores y Barranco, fue cerrado temporalmente al público debido a que la típica garúa limeña humedeció su superficie y generó condiciones peligrosas para los peatones. Esta medida preventiva buscó evitar accidentes como caídas o resbalones que pudieran comprometer la integridad física de quienes transitan por la zona.

Este hecho no es aislado. La garúa en Lima, constante y silenciosa, puede parecer inofensiva, pero tiene el potencial de volver peligrosas las pistas, veredas, escaleras y puentes peatonales. Caminar bajo estas condiciones sin tomar precauciones puede poner en riesgo tu salud y tu vida.

Garúa: peligros de caminar en pistas o veredas resbalosas

Las personas con problemas de
Las personas con problemas de coordinación, debilidad muscular o deterioro del sistema nervioso requieren mayor atención al caminar bajo condiciones adversas (Pixabay)

Cuando hay garúa, el suelo, sobre todo si es de cemento pulido, cerámica, granito o metal, se vuelve sumamente resbaloso. Esto puede causar caídas que van desde un golpe leve hasta lesiones graves.

  • Caídas y fracturas: el riesgo más evidente son las caídas. Un simple resbalón puede resultar en una fractura de muñeca, tobillo, cadera o incluso un traumatismo craneoencefálico.
  • Esguinces y torceduras: al intentar recuperar el equilibrio tras un resbalón, muchas personas sufren esguinces de tobillo o rodilla, lo que implica inmovilización y tratamiento prolongado.
  • Golpes en la cabeza: las caídas hacia atrás, que son comunes en superficies mojadas, pueden causar golpes en la cabeza, pérdida momentánea de conciencia y, en casos graves, conmociones cerebrales.
  • Heridas abiertas e infecciones: al caer sobre superficies rugosas o con bordes, se pueden producir cortes profundos. Si no se atienden adecuadamente, estos pueden infectarse, sobre todo si el lugar de la caída estaba sucio.
  • Accidentes de tránsito peatonal: en veredas mojadas, al intentar cruzar la pista rápidamente o frenar un paso en falso, un peatón puede terminar en medio de la vía y exponerse al peligro de ser atropellado.

Recomendaciones al transitar por las calles durante la garúa

Opta por zapatos o zapatillas
Opta por zapatos o zapatillas con suela de goma y buen agarre. Evita calzado con suela lisa o tacones (Imagen ilustrativa Infobae)

Para prevenir accidentes durante días de garúa, considera seguir estas recomendaciones:

  • Usa calzado antideslizante: opta por zapatos o zapatillas con suela de goma y buen agarre. Evita calzado con suela lisa o tacones.
  • Camina con precaución: reduce la velocidad al caminar. Da pasos cortos y firmes, y evita correr o cambiar de dirección bruscamente.
  • Evita zonas pulidas o metálicas: pasarelas con baldosas lisas, superficies metálicas (como rejillas o rampas) y escaleras sin recubrimiento son especialmente peligrosas cuando están mojadas.
  • Mira bien por dónde pisas: asegúrate de observar si el piso tiene charcos, lodo, hojas mojadas o residuos que aumenten el riesgo de resbalar.
  • Evita el uso del celular al caminar: caminar distraído te hace más propenso a no detectar zonas resbalosas o irregularidades en la vereda.
  • Utiliza barandas y pasamanos: cuando uses escaleras o cruces puentes peatonales, apóyate en las barandas o pasamanos. Te darán mayor estabilidad.

¿Quiénes se encuentran en mayor riesgo bajo la garúa?

Aunque todos estamos expuestos a caídas debido a las superficies resbalosas por la garúa, hay grupos más vulnerables ante estas situaciones:

  • Personas adultas mayores: la pérdida de masa muscular, equilibrio y reflejos hace que los adultos mayores sean más propensos a sufrir caídas graves.
  • Niños y niñas: suelen correr o jugar sin precaución, lo que aumenta el riesgo de accidentes en veredas mojadas.
  • Personas con movilidad reducida o discapacidad: quienes usan bastones, muletas o sillas de ruedas enfrentan mayores desafíos cuando las superficies están resbalosas.
  • Mujeres embarazadas: el cambio en el centro de gravedad durante el embarazo puede afectar el equilibrio y aumentar el riesgo de caídas.
  • Personas con enfermedades musculares o neurológicas: aquellas con problemas de coordinación, debilidad muscular o deterioro del sistema nervioso requieren mayor atención al caminar bajo condiciones adversas.