¿Cuál es la diferencia entre derrame cerebral e infarto cerebral?

Mientras el infarto cerebral representa aproximadamente el 80% de los casos, el derrame cerebral es menos frecuente pero más mortal si no se atiende rápidamente

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El infarto cerebral ocurre cuando
El infarto cerebral ocurre cuando una arteria se obstruye, generalmente por un coágulo de sangre, lo que impide que la sangre llegue a una parte del cerebro (Andina: Agencia Peruana de Noticias)

Cuando se habla de enfermedades que afectan el cerebro, uno de los términos más comunes en el Perú es el derrame cerebral. Esta condición genera preocupación debido a su gravedad y las secuelas que puede dejar, desde problemas de movilidad hasta dificultades para hablar o pensar. Según datos del Ministerio de Salud (Minsa) y el Seguro Social de Salud (EsSalud), los accidentes cerebrovasculares se encuentran entre las principales causas de discapacidad en adultos mayores en el país, y su incidencia va en aumento debido al envejecimiento de la población y al incremento de factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes y el sedentarismo.

Sin embargo, muchas personas suelen confundir el derrame cerebral con el infarto cerebral, cuando en realidad son condiciones distintas, aunque relacionadas. Conocer las diferencias entre ambas es clave para identificar los síntomas de manera oportuna y buscar atención médica adecuada para la prevención de consecuencias graves.

¿Qué es el derrame cerebral?

El derrame cerebral, también conocido como accidente cerebrovascular hemorrágico, ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe y provoca una hemorragia. Esta ruptura hace que la sangre se derrame en el tejido cerebral, lo que interrumpe el suministro de oxígeno y nutrientes a las neuronas. Como consecuencia, las células cerebrales comienzan a morir rápidamente.

Este tipo de evento puede ser causado por hipertensión arterial no controlada, aneurismas cerebrales, traumatismos o malformaciones en los vasos sanguíneos. Los síntomas suelen aparecer de forma repentina e incluyen pérdida de conciencia, visión doble, debilidad en un lado del cuerpo, dificultad para hablar y dolor de cabeza intenso.

¿Qué es el infarto cerebral?

El derrame cerebral ocurre cuando
El derrame cerebral ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe y provoca una hemorragia (Diario El Peruano)

El infarto cerebral, o accidente cerebrovascular isquémico, es mucho más frecuente que el derrame cerebral. Ocurre cuando una arteria se obstruye, generalmente por un coágulo de sangre (trombo), lo que impide que la sangre llegue a una parte del cerebro. Al igual que en el caso del derrame, la falta de oxígeno y nutrientes provoca la muerte de las células cerebrales en la zona afectada.

Este tipo de infarto puede estar relacionado con problemas del corazón, como fibrilación auricular, colesterol alto, hipertensión o enfermedades vasculares. Los síntomas pueden ser similares a los del derrame: pérdida súbita de fuerza en un brazo o pierna, dificultad para hablar o entender, confusión, mareos, pérdida de visión y parálisis facial.

¿Cuál es la diferencia entre derrame cerebral e infarto cerebral?

La principal diferencia radica en la causa del daño cerebral:

  • En el derrame cerebral, el daño se produce por una hemorragia dentro del cerebro.
  • En el infarto cerebral, el daño ocurre por una interrupción del flujo sanguíneo debido a una obstrucción.

Ambos son tipos de accidente cerebrovascular (ACV), pero mientras el infarto cerebral representa aproximadamente el 80% de los casos, el derrame cerebral es menos frecuente pero más mortal si no se atiende rápidamente.

Tanto el derrame como el
Tanto el derrame como el infarto cerebral son emergencias médicas que requieren atención urgente (Imagen ilustrativa Infobae)

Otra diferencia importante es el tratamiento. En un infarto cerebral, se puede administrar medicación anticoagulante para disolver el coágulo, pero en un derrame cerebral eso podría empeorar la hemorragia. Por eso, es vital que los médicos identifiquen correctamente de qué tipo de ACV se trata mediante tomografías o resonancias.

¿Qué hacer en caso de derrame cerebral o infarto cerebral?

Ante cualquier sospecha de un accidente cerebrovascular, ya sea por derrame o por infarto, lo más importante es actuar con rapidez. El tiempo es fundamental para reducir las secuelas.

Síntomas de alerta:

  • Dificultad para hablar o entender
  • Pérdida de fuerza en la cara, brazo o pierna (especialmente de un solo lado)
  • Dolor de cabeza súbito e intenso
  • Alteraciones en la visión
  • Desmayo o pérdida del equilibrio

Qué hacer:

  • Llama inmediatamente a los servicios de emergencia (SAMU 106 o EsSalud 117)
  • No automediques a la persona
  • Evita darle líquidos o alimentos
  • Acompaña y tranquiliza a la persona mientras llega la ayuda médica

Cuanto antes se reciba atención médica, mayores son las probabilidades de supervivencia y de recuperación sin secuelas graves. Tanto el derrame como el infarto cerebral son emergencias médicas que requieren atención urgente. La prevención a través del control de la presión arterial, una dieta saludable, actividad física y chequeos médicos regulares es clave para reducir el riesgo.

Derrame o infarto cerebral: factores de riesgo

El tabaquismo y el consumo
El tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol aumentan considerablemente la probabilidad de tener un derrame o un infarto cerebral (iStock)

Las personas con mayor riesgo de sufrir un derrame o infarto cerebral son aquellas que presentan factores cardiovasculares como hipertensión arterial, diabetes, colesterol elevado y obesidad. El tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol aumentan considerablemente la probabilidad. También influyen la falta de actividad física y una dieta poco saludable. El riesgo es más alto en adultos mayores, aunque cada vez se presentan casos en personas jóvenes por hábitos poco saludables. Antecedentes familiares de enfermedad cerebrovascular también son determinantes. Reconocer estos factores de riesgo es clave para la prevención, ya que la mayoría de derrames cerebrales pueden evitarse.

Cómo prevenir el derrame y el infarto cerebral

Prevenir un derrame o infarto cerebral requiere adoptar hábitos de vida saludables y controlar los principales factores de riesgo. Mantener una alimentación balanceada, baja en grasas saturadas y rica en frutas, verduras y granos integrales, ayuda a proteger las arterias. Realizar actividad física de forma regular fortalece el sistema cardiovascular y mejora la circulación. Es fundamental controlar la presión arterial, el colesterol y la glucosa en sangre mediante chequeos médicos periódicos. Reducir el consumo de alcohol, evitar el tabaco y manejar el estrés también son claves. Estos cuidados disminuyen significativamente la probabilidad de sufrir un evento cerebral grave.

Derrame e infarto cerebral en adultos mayores

El derrame y el infarto cerebral son más comunes en adultos mayores debido a los cambios naturales que ocurren en el organismo con la edad. Con el paso del tiempo, las arterias tienden a endurecerse y estrecharse, lo que aumenta el riesgo de obstrucciones o rupturas. Además, enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y el colesterol alto, más frecuentes en esta etapa de la vida, elevan significativamente las probabilidades de sufrir estos eventos. A esto se suma un estilo de vida sedentario o malos hábitos acumulados durante décadas. Por ello, la prevención y el control médico regular son fundamentales.

Derrame e infarto cerebral: complicaciones graves

Uno de los síntomas del
Uno de los síntomas del derrame y el infarto cerebral son las alteraciones en la visión (Webconsultas)

Las complicaciones más graves de un derrame cerebral (hemorragia) incluyen aumento de la presión intracraneal, edema cerebral, daño irreversible en las neuronas y riesgo de coma o muerte. Puede dejar secuelas como parálisis, pérdida del habla, dificultades cognitivas y alteraciones emocionales.

En el caso del infarto cerebral (isquemia), la interrupción del flujo sanguíneo provoca muerte del tejido cerebral, lo que también genera parálisis, afasia, problemas de memoria y dependencia para las actividades diarias. En ambos casos, las complicaciones pueden ser permanentes y disminuir drásticamente la calidad de vida, por lo que la atención médica inmediata es vital.