Anís: ¿quiénes no deben consumir esta planta medicinal?

Hay personas que deberían evitar el consumo de anís, ya sea en infusión, en extractos o en productos que lo contengan como ingrediente activo

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Aunque el anís es natural,
Aunque el anís es natural, eso no significa que sea seguro para todos (Destilerías Muñoz Gálvez)

El anís (Pimpinella anisum) es una planta medicinal muy apreciada en el Perú, conocida tanto por su sabor característico como por sus beneficios digestivos. Su uso es común en hogares de todo el país, donde se prepara como infusión para aliviar molestias estomacales, como cólicos o gases, y también se utiliza como ingrediente en postres típicos, como el arroz zambito o las galletas de anís. Incluso es uno de los remedios caseros más recomendados por generaciones de madres y abuelas para calmar el malestar estomacal en niños y adultos.

Según el Ministerio de Salud (Minsa), el anís es una de las plantas medicinales de uso tradicional más extendido en la población peruana, especialmente en zonas rurales. Por su parte, el Seguro Social de Salud (EsSalud) destaca que su consumo moderado puede tener efectos carminativos (ayuda a eliminar gases), antiespasmódicos (alivia los cólicos) y expectorantes (favorece la expulsión de flemas). No obstante, a pesar de sus beneficios, no todas las personas deben consumir anís, ya que en ciertos casos puede ser perjudicial para la salud.

¿Quiénes no deben consumir anís?

Algunas personas pueden experimentar urticaria,
Algunas personas pueden experimentar urticaria, hinchazón o dificultad para respirar (Shutterstock)

Aunque el anís es natural, eso no significa que sea seguro para todos. Existen ciertos grupos de personas que deberían evitar su consumo, ya sea en infusión, en extractos o en productos que lo contengan como ingrediente activo.

  • Personas alérgicas al anís o a plantas similares: quienes han tenido reacciones alérgicas al anís o a plantas de la familia Apiaceae (como el hinojo, el culantro, el comino o el apio) deben evitarlo.
  • Bebés menores de 6 meses: aunque es común que se les dé infusión de anís para aliviar cólicos, los pediatras desaconsejan esta práctica. El sistema digestivo de los bebés es muy sensible y hay riesgo de intoxicación o reacciones adversas.
  • Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia: el anís puede tener efectos hormonales y, en grandes cantidades, se ha relacionado con contracciones uterinas. Su consumo durante el embarazo debe ser supervisado por un médico.
  • Personas con antecedentes de epilepsia: el anetol, uno de los principales compuestos del anís, puede tener efectos neurotóxicos en dosis altas, aumentando el riesgo de convulsiones en personas susceptibles.
  • Pacientes con tratamientos hormonales o enfermedades sensibles a las hormonas: el anís puede imitar el efecto de los estrógenos, por lo que no se recomienda en personas con antecedentes de cáncer de mama, útero u ovarios, ni en quienes toman terapia hormonal.
  • Personas que toman anticoagulantes o medicamentos específicos: el anís puede interactuar con ciertos fármacos, aumentando o disminuyendo sus efectos. Siempre se debe consultar con el médico antes de combinar remedios naturales con medicamentos recetados.

¿Qué problemas para la salud puede provocar el anís?

El anís puede interactuar con
El anís puede interactuar con ciertos fármacos, aumentando o disminuyendo sus efectos (Imagen Ilustrativa Infobae)

En cantidades normales, el anís suele ser seguro. Sin embargo, cuando se consume en exceso o en personas con contraindicaciones, puede provocar:

  • Efectos neurotóxicos: dosis altas pueden causar mareos, confusión, náuseas, convulsiones o somnolencia excesiva.
  • Reacciones alérgicas: algunas personas pueden experimentar urticaria, hinchazón o dificultad para respirar.
  • Alteraciones hormonales: por su acción estrogénica, puede alterar el equilibrio hormonal en mujeres y hombres si se consume en grandes cantidades.
  • Interacciones con medicamentos: puede potenciar o reducir el efecto de ciertos tratamientos, como anticonceptivos, anticoagulantes, antiepilépticos, entre otros.

También se han documentado casos en los que la infusión de anís fue contaminada con otras especies de anís más tóxicas, como el anís estrellado japonés, que no es comestible y puede causar intoxicaciones graves.

Alergia al anís

La alergia al anís es una reacción del sistema inmunológico ante los compuestos presentes en esta planta. Puede manifestarse de manera leve o severa. Entre los síntomas más comunes se encuentran:

  • Enrojecimiento y picazón en la piel
  • Estornudos, congestión nasal o rinitis
  • Hinchazón de labios, lengua o garganta
  • Dificultad para respirar o sensación de opresión en el pecho
  • Malestar gastrointestinal (náuseas, diarrea)

En casos extremos, una reacción alérgica puede desencadenar un shock anafiláctico, una emergencia médica que requiere atención inmediata. Por ello, si una persona experimenta síntomas luego de consumir anís, debe dejar de consumirlo y consultar con un especialista.