Llevó a su perrito a la peluquería en Comas, pagó por un baño y nunca volvió: pese al abandono, Tobi vivió un desenlace lleno de amor

El abandono de un perrito en una peluquería canina de Comas generó indignación entre vecinos y miles de reacciones en redes sociales. Tobi, como lo llamaron sus cuidadores, fue llevado el 9 de agosto para un baño, pero su dueño nunca regresó. El número de contacto que dejó resultó ser falso.

Desde ese día, el perro permaneció frente a la puerta del local, como si esperara ver aparecer a su familia en cualquier momento. Al intentar comunicarse, el personal confirmó que el teléfono no pertenecía a la persona que lo había entregado. El establecimiento optó por cuidarlo mientras iniciaban la búsqueda de un hogar responsable.

Fotografías y videos difundidos en redes mostraron a Tobi sentado junto a la entrada, con una expresión de tristeza y desconcierto. La historia se viralizó en cuestión de horas, desatando mensajes de apoyo, indignación y decenas de ofrecimientos de adopción.

En la mañana del 9 de agosto, Tobi entró a Mi Pataza Petshop en Comas acompañado de un joven que solicitó un baño para él. El pago se realizó por adelantado y quedó registrado un número de contacto. Pasaron las horas sin que nadie regresara y, al llamar, el personal comprobó que el teléfono no correspondía a quien había dejado al perro.

El personal del local contó que Tobi es un perro tranquilo y afectuoso, pero que desde el abandono presentó ansiedad y problemas para dormir. Cada vez que la puerta se abría, intentaba salir como si buscara reencontrarse con su familia. Para evitar que se pierda, han tenido que mantenerlo atado en algunos momentos.

En sus redes sociales, la peluquería agradeció el apoyo recibido y explicó que evalúan cuidadosamente a los interesados en adoptarlo.

“Queremos asegurarnos de que encuentre un hogar responsable y una familia que lo ame incondicionalmente. Tobi sigue bajo nuestro cuidado. Está comiendo y durmiendo un poco mejor, pero aún tiene secuelas del abandono”, publicaron.

De acuerdo con el establecimiento, algunos testigos comentaron que no era la primera vez que Tobi sufría abandono. El equipo esperaba que, con el tiempo, dejara de buscar a las personas que antes lo tenían y que, según afirmaron, no lo merecían. Pese a la experiencia, lo describieron como un perro muy amoroso y deseoso de afecto.

La difusión del caso de Tobi llegó a cientos de personas, incluyendo usuarios de otros países que preguntaron por su adopción. Finalmente, una familia de la misma zona decidió recibirlo y ofrecerle el cuidado que necesitaba.

La noticia se dio a conocer a través de las historias de Instagram de la peluquería. “Logramos la adopción de Tobi. Ahora tiene una familia que le dará mucho amor y todo lo que necesita. También tiene un hermanito para jugar. Estamos muy felices. Gracias a todos los que compartieron su caso”, escribieron.

La familia adoptante se comprometió a brindarle atención veterinaria, espacio para jugar y la compañía de otro perro. El proceso de adaptación ya comenzó, y la peluquería planea seguir compartiendo imágenes de sus avances.

El rescate y adopción de Tobi se convirtió en un ejemplo de cómo la difusión en redes sociales puede ayudar a animales en situación de abandono. También reavivó el debate sobre la importancia de sancionar estos casos para prevenir que se repitan.

En el Perú, abandonar a un perro constituye un delito tipificado por la Ley 30407, Ley de Protección y Bienestar Animal. El artículo 206-A del Código Penal lo considera una forma de maltrato, con penas de hasta tres años de prisión y multas económicas que varían según la gravedad.

Si el abandono provoca lesiones graves o la muerte del animal, las sanciones se agravan y pueden implicar la inhabilitación para tener animales en el futuro. La norma también contempla la intervención inmediata de autoridades municipales, la Policía Nacional y el Ministerio Público.

Las autoridades municipales y la Policía Nacional tienen la responsabilidad de actuar ante casos de abandono animal, iniciar las investigaciones correspondientes y derivarlas al Ministerio Público. A su vez, las organizaciones de defensa animal pueden presentar denuncias y acompañar el seguimiento de cada caso para asegurar que la ley se cumpla.