Bailarín húngaro pidió perdón a Korina Rivadeneira tras ser condenado a 2 años de prisión suspendida: “Estoy arrepentido”

En un lapso de cuatro días, el caso que involucró a la conductora de televisión Korina Rivadeneira y el bailarín húngaro Vajda Zoltan Attila llegó a su sentencia final. El Poder Judicial de Lima condenó al extranjero a dos años y seis meses de prisión suspendida por tocamientos indebidos en agravio de la conductora venezolana, en el marco de un espectáculo circense donde el hombre terminó realizando tocamientos indebidos a la también actriz.

Además de la sentencia, el artista deberá cumplir estrictas reglas de conducta y no podrá abandonar el país. También fue ordenado el pago inmediato de una reparación civil de 10 mil soles a favor de la denunciante.

La decisión judicial se dictó como parte de un proceso de terminación anticipada, tras la admisión del bailarín de haber realizado el tocamiento indebido. La sanción, al ser menor a la mínima requerida para prisión efectiva, incluye un año de periodo de prueba bajo vigilancia, la realización de controles biométricos y la obligación de no variar su domicilio sin autorización del Poder Judicial.

Al término de la audiencia, un cabizbajo Vajda Zoltan Attila se dirigió a Korina Rivadeneira en su idioma natal para pedir disculpas de manera pública y reiterar su arrepentimiento por los hechos. Por medio de la traductora asignada al caso, manifestó que “lamenta mucho lo sucedido” y “reitera que no ha sido nada voluntario ni planeado”. Además, resaltó el malestar y la incomodidad que experimentó la agraviada. “Lamento que haya pasado por eso la agraviada”, agregó.

“Aprovecho esta oportunidad para personalmente pedir mil disculpas. Estoy profundamente arrepentido. Quisiera pedir disculpas en esta oportunidad a la agraviada”, expresó, remarcando que jamás tuvo la intención de perjudicar a Rivadeneira ni causar daño alguno.

De acuerdo con la fiscalía, el haber aceptado su culpa fue tomada en cuenta en el proceso y motivó que el tribunal le otorgara la opción de una pena suspendida bajo estrictas condiciones, remarcando que cualquier incumplimiento de los requisitos pactados significará el ingreso inmediato del sentenciado en un penal.

Durante la audiencia, Vajda Zoltan Attila admitió su responsabilidad penal en el incidente ocurrido durante el desarrollo de una coreografía, la cual formó parte de un espectáculo circense. Al ser interrogado, el acusado reconoció que “tocó donde no debía” y expresó que nunca estuvo en sus intenciones agredir o vulnerar la integridad de la conductora venezolana. Justificó sus acciones indicando que pensaba que, siendo parte de una presentación, no estaba incurriendo en un delito, aunque admitió que posteriormente comprendió la gravedad del hecho en el contexto legal peruano.

La Fiscalía presentó además el resultado de una pericia psicológica que describe a Vajda como una persona con rasgos narcisistas, baja tolerancia a la frustración y cambios de humor frecuentes. Estas características habrían influido en su comportamiento impulsivo y en la baja percepción de las consecuencias de sus actos.

En su testimonio difundido en un programa televisivo, Korina Rivadeneira narró cómo vivió el episodio que motivó la denuncia. Describió sentirse “vulnerable, expuesta y totalmente violentada” desde el momento en que fue invitada a participar en la coreografía. A pesar de su incomodidad inicial, accedió al considerar que la dinámica sería breve y sin mayor contacto físico, pero, según su denuncia, fue sostenida de manera insistente y sufrió tocamientos no consentidos. El hecho fue grabado por parte del público y compartido en redes sociales, provocando indignación y generando un intenso debate sobre los límites de la performance en espectáculos públicos.

Rivadeneira definió la situación como un momento de extrema incomodidad, al punto de “sentirse pasada de mano en mano como un objeto”. Relató que intentó alejarse, pero fue retenida por el bailarín, lo que agravó la sensación de vulnerabilidad e indefensión.

Como parte de la condena, Vajda Zoltan Attila deberá mantenerse en territorio peruano y no podrá variar de domicilio ni abandonar el país sin autorización judicial. Está obligado a presentarse a controles biométricos en el consulado cada 60 días y a respetar estrictamente las reglas de conducta impuestas. El pago de la reparación civil de 10 mil soles a Rivadeneira se realizó de inmediato, como estipuló la resolución judicial.

Korina Rivadeneira utilizó sus redes sociales para pronunciarse tras conocer la sentencia contra el bailarín húngaro Vajda Zoltan Attila, quien fue hallado responsable del delito de tocamientos indebidos en su agravio.

Rivadeneira compartió que, aunque se alcanzó un fallo favorable, la paz emocional sigue distante. “Hoy fue la sentencia y aunque muchos pensarían que eso trae paz, no fue así para mí. Lo que sí puedo decir es que se hizo justicia”, escribió. La actriz resaltó la importancia de que su caso establezca un precedente y sirva de guía para quienes atraviesan situaciones similares.

Durante el proceso, Rivadeneira recibió testimonios de otras mujeres que denunciaron hechos parecidos, y subrayó la cantidad de historias de violencia que persisten en silencio. “Me di cuenta de que hay tantas heridas abiertas, tanto silencio guardado, tanto dolor sin nombre y por eso siento que no puedo quedarme callada”, aseguró.

En su publicación, también reveló el impacto que le causó enterarse de que el sentenciado tiene una hija pequeña. “Espero que esta situación sirva para que, algún día, esa niña entienda que ningún acto que te haga daño es normal y nadie tiene derecho a vulnerarte”.

Korina explicó que donará el monto de la reparación civil a una institución que apoya a mujeres víctimas de violencia. Finalmente, hizo un llamado a la industria del espectáculo para que refuercen las medidas de protección y respeto hacia los artistas y el público, apelando a una mayor responsabilidad por parte de productores y organizadores.