Solución ecológica para degradar microplásticos con desechos agrícolas, según científicos peruanos

Un equipo universitario apuesta por convertir restos de cultivos de hongos en una herramienta accesible y natural que ayude a limpiar fuentes hídricas contaminadas, ofreciendo alternativas reales frente a costosos tratamientos industriales

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Un equipo universitario apuesta por
Un equipo universitario apuesta por convertir restos de cultivos de hongos en una herramienta accesible y natural que ayude a limpiar fuentes hídricas contaminadas, ofreciendo alternativas reales frente a costosos tratamientos industriales. (Revista Nature)

Con el objetivo de combatir la creciente contaminación por plásticos en fuentes hídricas, investigadores de la Universidad de Lima están desarrollando un innovador método de bajo costo y enfoque sostenible para descomponer microplásticos presentes en el agua. La iniciativa se basa en el uso de residuos agrícolas —en concreto, sustratos residuales del cultivo de hongos comestibles— para acelerar la degradación de estas partículas contaminantes.

Según la revista Nature, en el océano Pacífico flota la llamada “isla de plástico del Pacífico”, una acumulación de residuos plásticos que cubre más de 1.6 millones de kilómetros cuadrados y contiene cerca de 80 mil toneladas de desechos. Aunque este problema suele asociarse a la escala global, sus consecuencias son locales y cotidianas, especialmente en comunidades con acceso limitado a agua potable limpia.

El problema de los microplásticos en el agua

Los microplásticos son partículas menores de 5 milímetros que provienen de la degradación de plásticos más grandes o de productos industriales, como cosméticos y fibras textiles sintéticas. Estas partículas contaminan ríos, lagos y océanos, y pueden ingresar a la cadena alimentaria, afectando tanto a la fauna marina como a la salud humana. Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque todavía se evalúan los impactos exactos, se sabe que los microplásticos pueden transportar contaminantes químicos y microorganismos patógenos.

En Perú, el problema de la contaminación plástica también se evidencia en costas, ríos y humedales, donde la recolección de residuos es insuficiente o inexistente. Además, estudios del Ministerio del Ambiente han identificado que el 43% de los residuos sólidos en el país no recibe una disposición final adecuada, lo que favorece la dispersión de plásticos en el entorno.

El proyecto busca ofrecer una
El proyecto busca ofrecer una solución accesible y sostenible para comunidades afectadas por la contaminación de microplásticos. (Canva)

Una solución con base biotecnológica y local

Ante esta situación, el equipo de investigación de la Universidad de Lima propone una solución innovadora y de bajo costo: emplear residuos agrícolas para la degradación de microplásticos en el agua. A diferencia de los tratamientos industriales, costosos y difíciles de implementar en zonas rurales o comunidades de bajos recursos, esta tecnología se basa en recursos naturales abundantes en el Perú.

El método utiliza sustratos residuales del cultivo de hongos comestibles como base para generar un entorno biológico que acelera la degradación de los plásticos. Estos residuos agrícolas son, por naturaleza, ricos en compuestos que facilitan la actividad de microorganismos descomponedores, ofreciendo una alternativa más ecológica y accesible.

“Si bien el proyecto se está desarrollando en Lima, tiene el potencial de ser implementado a nivel nacional. Este enfoque innovador muestra cómo la biotecnología puede aprovechar los recursos naturales para enfrentar la crisis global del plástico”, señaló Héctor Villagarcía, investigador y docente de la carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad de Lima.

Cooperación internacional para ampliar el impacto

El proyecto ha despertado interés más allá de las fronteras peruanas. La Universidad ECOTEC de Ecuador se sumó recientemente como aliada estratégica para desarrollar y evaluar tratamientos biológicos avanzados de limpieza de aguas. La colaboración permitirá estudiar la efectividad del método en dos ecosistemas críticos: el Estero Salado de Guayaquil y los Manglares de Tumbes, compartidos por ambos países.

La técnica usa sustrato residual
La técnica usa sustrato residual de cultivos de hongos comestibles como recurso natural eficiente en la degradación de plásticos.

Esta dimensión regional busca no solo validar la tecnología en diferentes condiciones ambientales, sino también fomentar la cooperación académica para enfrentar retos ambientales comunes. “Desde nuestra institución promovemos una investigación aplicada. Nuestros proyectos buscan dar respuesta a los grandes desafíos del país a través de soluciones reales, innovadoras y sostenibles”, destacó la Dra. Patricia Stuart, rectora de la Universidad de Lima.

Investigación aplicada para resolver desafíos sociales

La apuesta de la Universidad de Lima por la investigación aplicada no se limita al tema ambiental. Actualmente, la casa de estudios impulsa proyectos en campos como salud, educación, tecnología y accesibilidad. Entre ellos destacan “SignoPerú”, que utiliza inteligencia artificial para reconocer palabras en lengua de señas peruana, y estudios sobre el uso de videojuegos como herramienta de alfabetización mediática.

De esta manera, la institución busca consolidarse como un actor relevante en la generación de conocimiento que responda a las necesidades del país. En el caso del proyecto contra microplásticos, el potencial es particularmente relevante para las zonas rurales y costeras, donde el acceso a agua limpia es limitado y la contaminación por plásticos amenaza la pesca, la agricultura y la salud pública.

Un paso hacia la sostenibilidad

Si bien se trata aún de un proyecto en fase de desarrollo, la iniciativa de la Universidad de Lima se perfila como un aporte concreto a la lucha contra la contaminación plástica en el agua. Al transformar residuos agrícolas en herramientas de limpieza ambiental, se promueve la economía circular y se reduce la dependencia de costosas tecnologías importadas.

En un país donde los desafíos ambientales requieren soluciones viables y adaptadas a la realidad local, este enfoque biotecnológico representa una oportunidad para avanzar hacia una gestión más sostenible y equitativa de los recursos hídricos.