Beterraga: la verdura que debes comer para prevenir la cirrosis hepática

Las causas más comunes de esta enfermedad en el país incluyen el consumo excesivo de alcohol, las hepatitis virales crónicas y el hígado graso no alcohólico

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La beterraga es una verdura
La beterraga es una verdura rica en antioxidantes, fibra y nutrientes que contribuyen a prevenir la cirrosis hepática de forma natural (Freepik)

La cirrosis hepática es una enfermedad grave y progresiva que afecta al hígado, órgano vital encargado de funciones esenciales como la desintoxicación del organismo, la síntesis de proteínas y el almacenamiento de nutrientes. En el Perú, este problema de salud es cada vez más frecuente. Según el Ministerio de Salud (Minsa), la cirrosis hepática se encuentra entre las principales causas de muerte por enfermedades crónicas del hígado. Además, el Seguro Social de Salud (EsSalud) advierte que muchas personas son diagnosticadas en etapas avanzadas, cuando los daños ya son difíciles de revertir.

Las causas más comunes de esta enfermedad en el país incluyen el consumo excesivo de alcohol, las hepatitis virales crónicas, el hígado graso no alcohólico y el uso prolongado de medicamentos hepatotóxicos. Por eso, la prevención a través de una alimentación saludable se vuelve clave. Existen alimentos que ayudan a proteger al hígado de la inflamación, el daño oxidativo y la acumulación de grasa. Uno de los más recomendados es la beterraga, también conocida como remolacha, una verdura rica en antioxidantes, fibra y nutrientes que contribuyen a prevenir la cirrosis hepática de forma natural.

La beterraga previene la cirrosis hepática

La beterraga es una fuente importante de betalainas, un tipo de antioxidante que ayuda a reducir el estrés oxidativo en las células del hígado. Este órgano es constantemente expuesto a toxinas y sustancias que necesita filtrar o descomponer, por lo que los radicales libres pueden causar daño si no se neutralizan a tiempo. Las betalainas presentes en la beterraga actúan como protectores celulares, reduciendo la inflamación y previniendo el deterioro progresivo del tejido hepático.

Además, la beterraga contiene nitratos naturales que ayudan a mejorar la circulación sanguínea y a reducir la presión arterial, lo que también beneficia al hígado al mejorar su oxigenación y funcionamiento. También es rica en fibra, lo cual favorece el tránsito intestinal y ayuda a eliminar toxinas a través del sistema digestivo, aliviando parte de la carga que normalmente recae sobre el hígado.

Para prevenir enfermedades hepáticas como
Para prevenir enfermedades hepáticas como la cirrosis, lo más recomendable es consumir la beterraga fresca, cruda o ligeramente cocida (Fitia)

Otro punto importante es que la beterraga contribuye a la desintoxicación hepática. Esta verdura estimula enzimas del hígado que participan en la eliminación de sustancias nocivas. Al facilitar este proceso, se evita la acumulación de compuestos tóxicos que, con el tiempo, podrían causar daño hepático crónico y evolucionar hacia una cirrosis.

Cómo consumir la beterraga

La beterraga puede consumirse de diferentes formas, dependiendo de las preferencias y del objetivo nutricional. Para prevenir enfermedades hepáticas como la cirrosis, lo más recomendable es consumirla fresca, cruda o ligeramente cocida, para conservar la mayor cantidad de nutrientes.

Algunas formas de incorporarla en la dieta son las siguientes:

  • En jugos o batidos: combinada con zanahoria, manzana o apio, es una excelente bebida depurativa que puede tomarse en ayunas.
  • Rallada en ensaladas: una manera simple y nutritiva de agregar fibra y antioxidantes a las comidas.
  • Hervida o al vapor: manteniendo su textura y sabor dulce, ideal como acompañamiento en almuerzos.
  • En sopas o cremas: puede mezclarse con otras verduras para preparar platos calientes nutritivos durante el invierno.
Combinada con zanahoria, manzana o
Combinada con zanahoria, manzana o apio, la beterraga es una excelente bebida depurativa que puede tomarse en ayunas (Mundo Deportivo)

Lo ideal es consumir beterraga entre 2 a 4 veces por semana, en porciones moderadas. En personas con problemas renales o cálculos, se recomienda consultar con un médico debido a su contenido de oxalatos.

Cirrosis hepática

La cirrosis hepática ocurre cuando el tejido sano del hígado se reemplaza por tejido cicatricial, dificultando su funcionamiento normal. Esta cicatrización es progresiva y, si no se controla, puede llevar a complicaciones graves como:

  • Insuficiencia hepática, donde el hígado ya no puede realizar sus funciones básicas.
  • Acumulación de líquidos en el abdomen (ascitis), que provoca inflamación y dolor.
  • Confusión mental (encefalopatía hepática), causada por la acumulación de toxinas en el cerebro.
  • Sangrado digestivo, debido a la presión elevada en las venas del sistema digestivo.
  • Mayor riesgo de cáncer de hígado, especialmente en personas con hepatitis crónica.

Los síntomas pueden incluir fatiga extrema, piel amarillenta (ictericia), pérdida de apetito, náuseas y tendencia a los hematomas. En etapas avanzadas, la calidad de vida del paciente se deteriora significativamente y puede requerir trasplante hepático.