“Los amigos de verdad son ‘inútiles’ en un sentido utilitario”, asegura experto en felicidad de Harvard

El académico de Harvard sostiene que alcanzar bienestar requiere algo más que placer momentáneo y propone una fórmula basada en gozo compartido, objetivos desafiantes y un propósito claro que ayude a combatir el vacío moderno

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La vida digital puede aumentar
La vida digital puede aumentar la soledad y el vacío según Arthur Brooks quien recomienda la desintoxicación informativa.- (Imagen Ilustrativa Infobae)

Arthur C. Brooks no siempre fue el rostro más visible de la “ciencia de la felicidad”. Su trayectoria comenzó en un terreno mucho más frío y racional: la economía y la política pública. Durante más de una década presidió el influyente American Enterprise Institute, un think tank conservador de Washington, donde se convirtió en uno de los académicos más escuchados en debates sobre mercado, pobreza y políticas públicas.

Pero en 2019, Brooks decidió dar un giro radical a su vida. Renunció a la presidencia del instituto y empezó prácticamente de cero en un terreno nuevo. Se instaló en Harvard University para dedicarse de lleno a investigar, enseñar y divulgar sobre felicidad y liderazgo. Actualmente, dirige el Laboratorio de Liderazgo y Felicidad del Center for Public Leadership de la Harvard Kennedy School, y su curso de “Liderazgo y felicidad” es uno de los más populares y concurridos de la universidad.

No solo asisten estudiantes, sino también líderes de todo el mundo, atraídos por un enfoque que combina filosofía, neurociencia y psicología aplicada. Brooks se ha convertido además en un influyente divulgador, con libros superventas, columnas en The Atlantic y conferencias internacionales.

Arthur C. Brooks enseña en
Arthur C. Brooks enseña en Harvard cómo combinar gozo, satisfacción y sentido para alcanzar la felicidad. (National Geographic)

La felicidad como materia de estudio

“Enseño felicidad porque es la materia de la vida”, explicó Brooks en una conferencia reciente en la IESE Business School. Allí detalló su propuesta académica y práctica para entender y alcanzar la felicidad de forma más estructurada. Según él, la felicidad no es un ideal etéreo ni algo reservado para unos pocos afortunados, sino una meta alcanzable si se comprenden y cultivan ciertos factores.

Brooks sostiene que existen tres grandes componentes que permiten acceder a la felicidad de manera sostenida: gozo, satisfacción y sentido. Cada uno tiene sus propias características y mecanismos psicológicos.

Gozo: más que placer

El gozo, dice Brooks, no debe confundirse con el placer. Aunque la Real Academia Española define el gozo como un “sentimiento de complacencia”, el experto aclara que es mucho más complejo. El placer sería una parada breve y momentánea —como beber una cerveza— mientras que el gozo se construye con la compañía adecuada, el lugar y el significado personal del momento.

Brooks explica que el gozo surge en la corteza prefrontal del cerebro, donde ocurren procesos cognitivos más complejos. Según él, el gozo es el resultado de combinar placer, relaciones humanas y recuerdos significativos. Es, en otras palabras, la forma en que las experiencias se convierten en recuerdos valiosos y nutritivos para la mente.

Brooks explica que la satisfacción
Brooks explica que la satisfacción requiere fijar objetivos desafiantes y adaptarse a nuevos retos continuamente. (Imagen ilustrativa Infobae).

Satisfacción: la paradoja de alcanzarla y perderla

Para abordar la satisfacción, Brooks cita (para contradecirla) la famosa frase de Mick Jagger: “I can’t get no satisfaction”. Él asegura que, en realidad, la satisfacción sí es posible, pero no es algo que se conserve automáticamente.

“Se consigue al cumplir un objetivo que parecía desafiante en un inicio”, afirma. Sin embargo, el problema es que nuestros sistemas mentales se acostumbran rápidamente a los estímulos. Tras escalar una montaña de 1000 metros, querrás una de 2000 o hacerlo en menos tiempo. Brooks describe este fenómeno como una adaptación hedonista que nos empuja a buscar siempre nuevas metas. Por eso, aunque la satisfacción se logra al conquistar desafíos, no se mantiene sin nuevos retos.

Sentido: coherencia, propósito y significado

El tercer factor clave para la felicidad es el sentido. Brooks invita a no preguntar únicamente “¿cuál es el sentido de la vida?”, sino a reflexionar sobre “¿qué significa el sentido?”. Para él, es una combinación de coherencia (comprender cómo encajan las partes de la vida), propósito (tener una meta superior) y significado (sentir que algo importa).

El experto advierte que la vida digital contemporánea atenta contra este sentido profundo. Según él, aplicaciones de citas y reuniones virtuales pueden aumentar la sensación de soledad y vacío. “Las cuestiones que más nos importan —amor, compañerismo, conexión— son intrínsecamente complejas e imposibles de simular con la tecnología”, explica. Como solución, sugiere la desintoxicación digital, el mindfulness y otras prácticas de introspección.

El experto de Harvard propone
El experto de Harvard propone hábitos como practicar la fe y dedicar tiempo a la familia para fortalecer el bienestar.- (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los cuatro hábitos para cultivar la felicidad

Más allá de la teoría, Brooks propone cuatro hábitos concretos para aumentar los niveles de felicidad:

  1. Practicar la fe o la trascendencia: No necesariamente en términos religiosos tradicionales, sino cultivando una visión amplia del mundo y del yo. Puede lograrse mediante la oración, la meditación o la lectura filosófica, como el estoicismo.
  2. Dedicar tiempo a la familia: Brooks reconoce que uno de sus mayores remordimientos es no haber pasado más tiempo con sus padres antes de su fallecimiento. Resalta que las relaciones familiares desencadenan la liberación de oxitocina, la hormona asociada al apego y el amor.
  3. Cultivar amistades verdaderas: Brooks trabaja con CEO que muchas veces confunden el networking con la amistad. Según él, los amigos de verdad son “inútiles” en un sentido utilitario porque no se preocupan por el estatus o el poder de uno, sino que te quieren por quien eres.
  4. Trabajar con sentido: Finalmente, Brooks redefine el éxito laboral no en términos de dinero o prestigio, sino de servicio. Encontrar sentido en el trabajo implica sentir satisfacción al cumplir un objetivo, especialmente si beneficia a otros.