Chofer y cobrador son asesinados dentro de bus y frente a pasajeros en Carabayllo por cobro de cupos

En la madrugada del martes, un nuevo ataque de sicariato sacudió el distrito limeño de Carabayllo. Un bus de la empresa EMPTONSA (Empresa de Transportes Once de Noviembre S.A.) fue atacado en el paradero Huascarán, a lo largo de la ruta Carabayllo-San Luis, lo que dejó sin vida al conductor y al cobrador de la unidad. Según versiones recogidas en el lugar, dos personas a bordo de una motocicleta interceptaron el vehículo, abordaron el microbús y abrieron fuego contra ambos trabajadores, en un acto que responde a las constantes extorsiones que sufren los transportistas en la capital.

El ataque se produjo alrededor de la medianoche, cuando la unidad llegaba a su último paradero. Tras el ataque, uno de los vecinos que presenció el hecho intentó auxiliar a las víctimas, tomando el control del bus para alejarlas del lugar y llevarlas a un punto donde pudieran ser atendidas. Sin embargo, la unidad se averió a los pocos minutos, atorada en un bache de la vía. Al verse imposibilitado de continuar, el vecino y otras personas recurrieron a un taxi para trasladar de urgencia a Carlos Alberto Ríos Guevara, el cobrador, y a Edgar Gregorio Durán Bautista, el chofer, hasta el hospital Sergio Bernales de Carabayllo. Ninguno llegó con vida.

De acuerdo a familiares y conocidos de las víctimas, la empresa de transportes llevaba tiempo siendo blanco de extorsionadores. Los trabajadores estaban obligados a pagar un cupo diario de cinco soles para poder operar sin amenazas. La dueña del vehículo declaró que su personal se encontraba realizando estos pagos diariamente, pero se sospecha que últimamente el dinero no habría sido entregado con la frecuencia exigida por los extorsionadores. Esto podría haber motivado el ataque directo contra el conductor y el cobrador.

No es la primera vez que los transportistas son víctimas de ataques mortales ligados a la extorsión y el sicariato. El sector denuncia desde hace meses la ausencia de protección por parte de las autoridades, a pesar de múltiples paralizaciones y manifestaciones para exigir mayor seguridad. La tragedia de Carabayllo revela una grave crisis en la gestión de la seguridad ciudadana, que no logra poner freno a los crímenes que afectan a quienes solo buscan cumplir con su jornada laboral.

El asesinato de los dos trabajadores ha dejado a sus familias sumidas en el dolor y ha generado consternación entre los compañeros y vecinos, quienes exigen una respuesta clara y efectiva de las autoridades. Los testigos señalan que los pasajeros también quedaron traumados por el ataque ocurrido mientras se desplazaban en busca de sustento. La población pide que la Fiscalía, la Policía y las entidades de seguridad tomen medidas concretas y transparentes para evitar que nuevos hechos similares se repitan.

Las autoridades revisan cámaras de seguridad de la zona y recogen testimonios con la esperanza de identificar a los responsables y esclarecer los detalles que rodean este crimen en Carabayllo.