El regreso cultural de la naturaleza

En un mundo marcado por el colapso climático, surge THE NAT, una innovadora plataforma cultural que propone restaurar la relación simbólica y profunda entre la naturaleza y la humanidad

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Figuras destacadas como Stella McCartney
Figuras destacadas como Stella McCartney y Harrison Ford se suman a THE NAT para crear una narrativa urgente sobre la biodiversidad. - Crédito: The NAT

Durante siglos, la naturaleza fue el núcleo de la vida: marcaba los ciclos, inspiraba el arte, definía lo sagrado. Luego vino la modernidad —y con ella, una operación simbólica silenciosa, pero letal: la naturaleza fue degradada de sujeto a objeto.

Hoy, en medio del colapso climático, emerge una propuesta para revertir esa desconexión: THE NAT, una nueva plataforma cultural que busca devolver a la naturaleza su lugar en el centro de la experiencia humana.

Lanzada en el marco de la London Climate Action Week, THE NAT es una apuesta por reactivar el poder simbólico de la naturaleza dentro del imaginario colectivo global. Su estrategia no se centra únicamente en lo científico o técnico: es una apuesta profundamente cultural.

Bajo el lema “Nature needs a publicist”, THE NAT convoca a figuras como Stella McCartney, Wanjira Mathai, Sabrina Elba, Xiye Bastida y Harrison Ford para posicionar la biodiversidad no solo como una causa, sino como una narrativa urgente que atraviesa la moda, el arte, la música, la gastronomía y el cine. Su primer gran hito será la NAT Gala en septiembre, en el marco de la Asamblea General de la ONU, donde buscarán recaudar 20 millones de dólares para restauración de ecosistemas bajo la iniciativa “Trees & Seas” en alianza con Conservation International.

La naturaleza, que alguna vez
La naturaleza, que alguna vez fue el eje central de la vida humana, ha sido reducida a un objeto. THE NAT busca devolverle su lugar primordial en la experiencia humana. - Crédito: The NAT

Además del glamour, THE NAT también impulsa su Solutions Series, que se desarrolla durante todo el año que busca acelerar el progreso hacia un mundo positivo en naturaleza en sectores clave como alimentación, finanzas, moda y futuros regenerativos, alineados con el Plan Global de Biodiversidad.

Más allá de estas acciones, lo profundamente innovador e interesante es el enfoque: reinsertar a la naturaleza en los lenguajes que moldean el deseo, la empatía y la atención global.

Porque lo cierto es que el colapso ecológico no es solo una crisis ambiental. Es una crisis de significado. Hemos perdido la capacidad de sentir lo que está en juego. Y sin emoción, no hay acción.

En ese sentido, THE NAT plantea una pregunta profunda: ¿y si el problema no es la falta de datos, sino de símbolos? ¿Y si para movilizar al mundo no basta con argumentos, sino con belleza, pertenencia e identidad?

Desde América Latina, esta provocación no puede pasar desapercibida. Somos la región más biodiversa del planeta. Pero también la más marginada en términos de narrativa global. Seguimos siendo retratados únicamente como paisajes en peligro o proveedores de compensaciones de carbono. Rara vez se nos reconoce como arquitectos de soluciones.

Y, sin embargo, aquí florecen las memorias vivas que han cuidado la tierra durante milenios. Aquí nacen los bioemprendimientos que fusionan tecnología con tradición. Aquí, la naturaleza sigue siendo cultura.

Por eso, el desafío para nuestra región es participar activamente y moldear nuestras propias plataformas narrativas, donde la biodiversidad no sea un insumo, sino una protagonista para la acción estructural, que cataliza el poder colectivo.

Porque sí: la naturaleza necesita aliados, inversión y tecnología. Pero también necesita otra cosa más profunda: una revolución cultural que nos permita volver a imaginar lo que significa vivir en un planeta vivo.