La madrugada del 2 de julio, el restaurante ‘El Charrúa’ en La Molina fue escenario de un incidente que ha desatado la indignación y la preocupación por las irregularidades en la investigación. El empresario Miguel Ángel Requejo Astochado embistió su lujosa camioneta Lexus contra el local, atropellando a tres personas que se encontraban en el establecimiento. La reacción de la familia de las víctimas ha sido tajante: denuncian manipulación de pruebas, falta de diligencia en la investigación y un posible intento de evitar la justicia por parte del implicado.
Como se recuerda, el incidente ocurrió cerca de la medianoche, cuando Requejo, aparentemente ebrio, protagonizó un altercado verbal con los empleados del restaurante. Según versiones de testigos, el empresario fue expulsado del local tras mostrar un comportamiento agresivo debido a su consumo excesivo de alcohol.

Sin embargo, lo que parecía ser un conflicto resuelto se transformó en un ataque premeditado. Como venganza, Requejo subió a su camioneta y embistió a gran velocidad el ventanal del restaurante, atropellando a tres comensales que, según relatos de los testigos, apenas se estaban levantando de la mesa.
El impacto fue tan fuerte que arrastró a las víctimas varios metros, junto con las mesas que fueron destruidas por el paso del vehículo. Afortunadamente, las víctimas no perdieron la vida, pero los daños fueron graves. Raúl César Aliaga, uno de los heridos, permanece internado con lesiones en las costillas y posibles daños internos.
Cuestionamientos al dosaje etílico y posibles manipulaciones
Uno de los aspectos más controversiales de este caso ha sido el resultado del examen toxicológico realizado a Requejo. Según las autoridades, el empresario tenía 0,36 gramos de alcohol por litro de sangre, cifra que se encuentra por debajo del límite legal. Sin embargo, los familiares de las víctimas no creen que este resultado sea consistente con el comportamiento observado de Requejo.
Aníbal Aliaga, hermano de uno de los heridos, señaló a Canal N que con un nivel de alcohol tan bajo, Requejo apenas habría consumido una cerveza, lo cual contrasta con las imágenes que muestran un comportamiento visiblemente alterado. Para la familia, este resultado genera sospechas de que el examen pudo haber sido manipulado para reducir la responsabilidad del empresario.
El abogado de la familia, Miguel Ángel Navarro, se mostró preocupado por la falta de transparencia en el manejo de las pruebas y las primeras diligencias policiales. La familia ha solicitado acceder a las grabaciones del restaurante y a los testimonios de los testigos, elementos cruciales que, hasta el momento, no han sido tomados en cuenta por completo en la investigación.

Críticas a la Policía y temores sobre el uso de influencias
La reacción de la Policía Nacional del Perú ante el incidente también ha generado dudas. Aníbal Aliaga criticó las declaraciones de un alto oficial de la institución, quien minimizó el hecho, calificándolo como “solo daños y perjuicios”. Según Aliaga, esta actitud refleja una falta de comprensión sobre la gravedad de lo ocurrido y sugiere una posible actitud complaciente con el empresario.
La familia teme que Requejo esté utilizando sus contactos y su influencia para evitar una sanción ejemplar. A pesar de la flagrancia del acto, el empresario no ha sido detenido preliminarmente, y la investigación no parece avanzar con la rapidez que se esperaría en un caso de esta naturaleza. Esta situación ha incrementado el temor de que Requejo pueda evadir la justicia, incluso considerando la posibilidad de que abandone el país.
Frente a esta situación, el abogado de la familia Aliaga ha anunciado que presentarán una denuncia por tentativa de homicidio, lesiones graves y peligro común. Aseguran contar con pruebas suficientes para respaldar estos cargos, incluidos los videos que documentan el ataque. El hecho de que no se hayan tomado las declaraciones de testigos clave es otro punto de preocupación para la familia, que teme que se esté dificultando la recopilación de pruebas en su contra.
Miguel Ángel Requejo y su versión del incidente
El empresario Miguel Ángel Requejo Astochado ofreció su versión de los hechos en una entrevista con el programa La Noche Habla de Panamericana Televisión. Requejo negó que hubiera intentado atropellar intencionalmente a las personas y defendió que el choque fue producto de un accidente, provocado por el nerviosismo y la falta de control sobre su camioneta Lexus.
Según el empresario, el choque no fue deliberado. “Ni siquiera he retrocedido, yo he ido de frente. Cuando uno quiere atropellar, retrocede, se va tres metros, cuatro metros y entra. Yo no he hecho eso. Mi carro es nuevo, tampoco lo manejo muy bien”, expresó, intentando aclarar que no había maniobrado su vehículo con intención de dañar a alguien.

Requejo explicó que su descontrol al momento del incidente se debió a un estado de confusión y nerviosismo. Según su relato, antes del choque, había sufrido una pelea verbal en el restaurante que lo dejó con el rostro sangrando. Atribuyó su falta de control sobre el vehículo a este contexto de agitación emocional, indicando que no tenía la capacidad de manejar adecuadamente su automóvil debido a las circunstancias previas. “Nunca quise atropellar a las personas del restaurante”, aseguró.
Según su versión, el conflicto comenzó cuando intentó pedir más bebidas para su mesa, y al no ser atendido de inmediato, se produjo un intercambio verbal con el personal, lo que finalmente provocó su expulsión del restaurante. Requejo detalló que, tras ser echado del lugar, se subió a su camioneta y, en medio de la tensión y el descontrol, terminó estrellándose contra el restaurante.
El perfil y antecedentes de Miguel Ángel Requejo
El incidente ocurrido el 2 de julio ha puesto en el centro del debate el comportamiento de Miguel Ángel Requejo Astochado, revelando aspectos de su personalidad y antecedentes que hasta ahora eran poco conocidos por el público. Requejo no es un desconocido en el entorno empresarial limeño. Es gerente de la empresa familiar Miromina S.A., dedicada al sector del acero, y ha ganado reconocimiento en su campo gracias a su sólida formación académica y profesional, lo que le ha permitido llevar una vida acomodada y gozar de una presencia destacada en ciertos círculos del sector privado.
Hasta el incidente en el restaurante ‘El Charrúa’, Requejo había mantenido un perfil bajo. Sin embargo, el suceso de esa noche ha destapado una serie de antecedentes y cuestionamientos sobre su conducta lo que le llevó a tener problemas con la ley.
Se supo que la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec) sancionó a Requejo luego de descubrir que intentó obtener una licencia para portar armas presentando un examen psicológico falsificado. Asimismo, se reveló que fue denunciado por agredir físicamente al dueño de un spa en San Isidro y por atacar a correazos a una vecina.
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