Esta es la mezcla que alivia molestias, desinflama y mejora la circulación de los pies

Este método casero, fácil de preparar y de bajo costo, es recomendado por especialistas para calmar dolores, reducir la hinchazón, suavizar la piel y mantener una buena higiene podal

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Especialistas en podología recomiendan esta práctica casera para reducir la hinchazón, relajar los músculos y favorecer la salud podal, especialmente en personas que permanecen mucho tiempo de pie o usan calzado ajustado (TikTok/@ms.natural.2.0)

La rutina de cuidado personal incluye muchas veces productos sofisticados, pero hay remedios caseros que siguen demostrando su eficacia con el paso del tiempo. Uno de ellos es el lavado de pies con sal y bicarbonato, una práctica que expertos en podología y salud integrativa recomiendan por sus múltiples beneficios.

Este hábito, además de relajar, contribuye a mantener los pies limpios, desinflamados y con buen aspecto. En tiempos de calor, cuando el sudor y el uso prolongado del calzado pueden causar molestias, este baño sencillo puede ser una herramienta valiosa para el bienestar diario.

Alivio inmediato tras una jornada agotadora

Expertos en podología recomiendan esta
Expertos en podología recomiendan esta mezcla casera para aliviar el dolor plantar, desinflamar los tobillos y dar descanso a quienes pasan mucho tiempo de pie o usan calzado ajustado.  (Freepik)

Después de un día largo, los pies suelen cargar con el peso del cuerpo, del cansancio y, muchas veces, de un calzado poco amigable. Según especialistas en podología, sumergir los pies en agua tibia con sal gruesa y bicarbonato de sodio puede generar una sensación de alivio casi instantánea.

La mezcla no solo relaja los músculos, sino que también estimula la circulación sanguínea, lo que reduce la hinchazón. La sal actúa como un mineral natural descontracturante y el bicarbonato ayuda a neutralizar toxinas acumuladas en la piel, potenciando el efecto refrescante del baño.

Profesionales consultados por medios internacionales explican que el uso constante de esta solución casera puede ayudar en casos de dolor plantar, sobre todo en personas que caminan o permanecen de pie por muchas horas. También lo consideran útil para quienes padecen fascitis o sufren calambres recurrentes en los pies y tobillos.

Piel más suave y libre de impurezas

Con su efecto limpiador y
Con su efecto limpiador y equilibrante, este baño mejora el aspecto de la piel y previene resequedad. El uso regular puede reducir callos y mantener los pies bien cuidados.  (Freepik)

Uno de los efectos más visibles de este tipo de baño es su capacidad para mejorar la textura de la piel. El bicarbonato tiene propiedades exfoliantes suaves que ayudan a remover células muertas sin dañar la epidermis. La sal, por su parte, cumple un rol antibacteriano y antiséptico que limpia profundamente la superficie del pie.

Con el uso constante, la piel luce más sana, menos áspera y con menor acumulación de callosidades. Algunos expertos indican que, al combinar ambos ingredientes, se logra un pH equilibrado que previene la resequedad y ayuda a evitar que se formen grietas dolorosas en los talones.

Para potenciar los resultados, los especialistas sugieren frotar ligeramente los pies con una piedra pómez o cepillo después del remojo, secarlos con suavidad y aplicar una crema hidratante antes de ir a dormir. Esta rutina permite que los efectos del baño se prolonguen durante la noche.

Una opción natural contra el mal olor y las infecciones

Este tratamiento es un aliado
Este tratamiento es un aliado eficaz para quienes buscan higiene podal natural. Recomendado dos o tres veces por semana, actúa como escudo contra ampollas, mal olor y micosis.  (Freepik)

El calor, el sudor y la humedad dentro del calzado crean un ambiente propicio para el desarrollo de hongos y bacterias. Ante esto, el baño con sal y bicarbonato aparece como una solución natural que combate el mal olor y reduce el riesgo de infecciones micóticas.

Ambos ingredientes actúan como desodorizantes, ya que neutralizan los ácidos presentes en el sudor y eliminan impurezas que favorecen el crecimiento de microorganismos. El bicarbonato, además, contribuye a reducir la acidez de la piel, lo cual genera un entorno menos favorable para la proliferación de hongos.

Los expertos destacan que esta práctica no sustituye un tratamiento médico en casos de micosis avanzada, pero sí sirve como medida preventiva eficaz. Utilizar este baño dos o tres veces por semana puede disminuir el riesgo de pie de atleta, ampollas infectadas o uñas dañadas por bacterias.

Cómo preparar el baño y con qué frecuencia realizarlo

La receta es sencilla: dos
La receta es sencilla: dos cucharadas de cada ingrediente en agua tibia bastan para un baño eficaz. Agregar aceites esenciales puede intensificar sus propiedades calmantes y antisépticas. (Freepik)

La preparación de esta mezcla es simple y accesible: basta con llenar un recipiente con agua tibia —entre 36 y 38 grados Celsius— y añadir dos cucharadas soperas de sal gruesa y otras dos de bicarbonato de sodio. Se recomienda sumergir los pies durante un mínimo de 15 minutos.

Algunos podólogos sugieren añadir unas gotas de aceite esencial de lavanda o árbol de té para potenciar el efecto relajante y sumar propiedades antifúngicas. Es importante no usar agua demasiado caliente, ya que podría resecar o irritar la piel sensible del pie.

Respecto a la frecuencia, los especialistas coinciden en que dos a tres baños semanales son suficientes para mantener sus beneficios sin afectar el equilibrio natural de la piel. En caso de que se utilice para aliviar inflamaciones agudas o malestares puntuales, puede aplicarse a diario durante un periodo corto.