María Pía Copello hace baile con Timoteo en TikTok y cibernautas notan un detalle en la apariencia del muñeco: “Hay algo raro”

Durante décadas, María Pía Copello y Timoteo marcaron las tardes de miles de niños en la televisión peruana. Ahora, años después de aquella dupla inolvidable, la presentadora sorprendió a sus seguidores con un inesperado reencuentro.

Pero la emoción inicial se tiñó de extrañeza: Timoteo lucía distinto. Las redes sociales estallaron en bromas, comparaciones y teorías, mientras ella intentaba rescatar un momento de ternura y humor junto a su viejo amigo de infancia televisiva. Como si el tiempo no hubiera pasado, aunque algo, evidentemente, sí cambió.

María Pía Copello decidió regresar por unos minutos a ese rincón emocional donde la infancia de muchos se mezcla con canciones, juegos y risas grabadas. En su cuenta de TikTok publicó un video donde aparece nuevamente junto a Timoteo, su compañero inseparable en la televisión infantil de los años noventa. Sin embargo, algo no cuadraba. El dragón púrpura que tantos recuerdan con cariño parecía no ser el mismo.

La escena despertó ternura, pero también desconcierto. Los más observadores no tardaron en notar que el disfraz del popular personaje lucía distinto: sus ojos se veían más grandes, el tono del peluche era más brillante, y los movimientos, menos coordinados que antes.

En vez de ocultar esta diferencia, los usuarios decidieron celebrarla con humor. “Ese Timoteo ha pasado por una cirugía”, escribió un seguidor. Otro agregó: “Parece el primo que vive en provincia y viene a Lima solo en feriados largos”.

En pocos minutos, la publicación de Copello acumuló miles de reacciones, compartidos y comentarios. El reencuentro había logrado su objetivo: remover la memoria colectiva y provocar una mezcla entre nostalgia y carcajada. En una época donde las redes premian la autenticidad, la naturalidad del momento terminó siendo parte del encanto.

Las dudas no se quedaron en lo estético. Muchos internautas comenzaron a preguntarse si quien vestía el traje era realmente Ricardo Bonilla, el actor que por años dio vida al entrañable dragón. En los comentarios no faltaron referencias a otros programas, comparaciones con botargas de ferias y hasta ediciones de fotos que convirtieron al nuevo Timoteo en meme.

La frase “ese Timoteo está raro” se convirtió rápidamente en tendencia entre los fanáticos. Y aunque Copello no respondió directamente a las bromas, sí publicó un segundo video donde canta y baila con el dragón, como si quisiera disipar cualquier especulación con cariño y música.

Para muchos, poco importaba si era el mismo actor o un reemplazo. El gesto de revivir esa dupla televisiva tan querida en la cultura pop peruana bastó para generar una ola de reacciones. Incluso personalidades del espectáculo comentaron el video, remarcando el poder que tiene la infancia cuando regresa en forma de canción y peluche.

Mientras los comentarios sobre Timoteo inundaban sus redes, otro episodio protagonizado por María Pía Copello llamaba la atención. Esta vez, el foco fue su hija. La conductora compartió emocionada que el popular youtuber estadounidense MrBeast había enviado un saludo personalizado a su pequeña, generando gran expectativa entre sus seguidores.

El clip, sin embargo, no fue recibido con el entusiasmo que esperaba. Algunos usuarios cuestionaron la autenticidad del mensaje, otros señalaron que el saludo era genérico y se notaba poco personalizado. Lo que para Copello fue un momento especial, para las redes se convirtió en otro pretexto para los comentarios irónicos.

“Ese video parece grabado para alguien más y lo editaron”, dijo un internauta. “Ni siquiera pronunció bien su nombre”, agregó otro. Aunque muchos se solidarizaron con la emoción de la madre, otros se centraron en el contenido del saludo, volviendo viral nuevamente a la exconductora por motivos distintos a los que probablemente había imaginado.

A pesar de las críticas, el momento sirvió para recordar que María Pía no ha dejado de compartir su día a día con franqueza. Su vínculo con el público, construido durante décadas, le permite surfear los vaivenes de la viralidad sin perder la sonrisa.