Francisca Aronsson: la pequeña que sueña ser la productora más grande del Perú y que no se apura en el amor 

La artista celebra su inclusión en Forbes mientras reflexiona sobre el impacto de su carrera internacional y la responsabilidad de ser un referente para nuevas generaciones de talentos

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A sus 19 años, Francisca Aronsson apuesta por producir historias diferentes en el Perú y deja claro que su prioridad es crecer profesionalmente antes que buscar pareja o seguir presiones externas (Infobae Perú / Carlos Díaz)

A sus 19 años, Francisca Aronsson no solo ha pisado alfombras rojas y actuado en plataformas globales; también ha aprendido a reconocerse como figura influyente. Su aparición en la lista de mujeres poderosas de Forbes Perú llegó entre maletas, vuelos y una celebración de cumpleaños en París.

Pero más allá de los reconocimientos, la actriz se toma tiempo para conversar en exclusiva con Infobae Perú y reflexionar sobre los desafíos del cine local, la exposición constante y la compleja tarea de proteger su vida emocional. Con voz propia, señala que no está en busca de pareja: quiere seguir creciendo, y sabe que eso, por ahora, le basta.

Forbes y la sorpresa el día de su cumpleaños

Le dijeron que revise sus
Le dijeron que revise sus etiquetas en Instagram. Lo hizo. Y ahí estaba: su nombre, su foto, su inclusión en Forbes. Francisca supo que su camino ya estaba marcando a otros  (Carlos Díaz)

Francisca estaba en París, celebrando su cumpleaños con su familia, cuando ocurrió lo inesperado. No fue una llamada ni una nota oficial. Fue una mención casual en redes, entre notificaciones que suelen pasar desapercibidas.

Fue una reconocida figura del mundo financiero peruano, la había etiquetado en una publicación: felicitaba a las mujeres más influyentes del país, y ahí, sin previo aviso, estaba la foto de Francisca. “No hay forma”, pensó.

Una semana después, cuando aterrizó en Perú, la noticia ya había circulado. La revista Forbes Perú la incluía entre las mujeres más poderosas del año. “Solo estábamos Isabela Merced y yo como actrices con presencia internacional”, cuenta aún emocionada. Ese reconocimiento, más que inflar el ego, le recordó la responsabilidad que carga sobre los hombros: ser ejemplo, aunque no lo haya pedido.

Y es que no importa en que lado del mundo esté, siempre recibe mensajes de mujeres, niños, hombres, personas que la admiran. Le dicen que se sienten reflejados en sus decisiones, en su trabajo. “Ahí es cuando entiendes que puedes marcar un camino para otros”, reflexiona. No con altivez, sino con la humildad de quien sabe que todo lo logrado también exige conciencia y coherencia.

El problema de las producciones locales

Sin tiempo ni inversión, y
Sin tiempo ni inversión, y con historias recicladas, la ficción peruana sigue sin despegar. Francisca quiere cambiar eso desde adentro y sueña con producir contenido de calidad global.  (Carlos Díaz)

Actúa desde los siete años y conoce desde adentro los engranajes de la televisión local. Por eso, cuando habla del panorama del cine y la TV peruana, no lo hace desde la crítica cómoda, sino desde el compromiso. “No tenemos industria, no hay apoyo del gobierno ni inversión privada suficiente”, lamenta.

Comparar las producciones locales con las de España, donde ha participado en series como La chica de nieve, revela una brecha inmensa: “Aquí se graban hasta 30 escenas por día. Allá, como máximo, tres o cuatro”. Esa diferencia de ritmo impacta directamente en la calidad, dice. Más tiempo es mejor dirección, más profundidad actoral.

Pero también ve otro problema: los guiones. Muchos, asegura, caen en repeticiones previsibles: historias de ricos y pobres contadas una y otra vez. “Pareciera que no hay suficiente formación en guionismo o simplemente no se quiere arriesgar”, añade. Sin embargo, reconoce que el público también tiene responsabilidad: lo que consume determina lo que se sigue produciendo. Y si lo que vende es entretenimiento superficial, eso es lo que se seguirá haciendo.

Y muy lejos de resignarse, Francisca quiere ser parte del cambio. Tiene claro que en el futuro producirá sus propios proyectos. Para eso se prepara.

El largo aprendizaje del amor

En un ambiente donde los
En un ambiente donde los vínculos cambian con rapidez, Francisca prefiere la calma. No quiere confundir intensidad con cariño, y no se apura en encontrar pareja. (Carlos Díaz)

Cada vez que le preguntan por su vida privada, por su relación con el amor ella suspira antes de responder. No está esquivando la pregunta; está buscándola por dentro. “Tengo solo 19 años y aún estoy aprendiendo cómo manejar todo esto”, confiesa.

Está en constante movimiento. Viaja, actúa, crece. Y eso, dice, complica las relaciones sentimentales. “No es fácil encontrar a alguien que esté preparado para estar con una mujer que trabaja alrededor del mundo. Tiene que ser alguien muy seguro. Y hay pocos hombres así”.

Pero no se desespera. No siente urgencia por tener pareja. “No estoy buscando un novio ni llenando vacíos afectivos”, afirma con claridad. En un medio donde ha visto muchas relaciones inestables desde que era niña, donde actores y actrices suelen mezclarse entre sí buscando consuelo, ella elige mantenerse firme en lo que cree. “Vi a mis compañeros de novelas enamorándose entre todos. Y desde entonces supe que yo no quería eso para mí”, recuerda.

Su fórmula, por ahora, es la paciencia. Dedicarse a lo que ama. Darse espacio. Y cuando la persona adecuada aparezca —si aparece—, estará lista. Pero no hará de esa búsqueda una prioridad.

Entre la imagen pública y la salud emocional

Ser actriz e influencer puede
Ser actriz e influencer puede agotar. Por eso, Francisca cultiva su intimidad como un acto de cuidado. Sin eso, dice, sería fácil perderse entre tantas versiones de sí. (Carlos Díaz)

No es fácil mantener una vida personal cuando cada paso puede terminar convertido en noticia. Francisca, además de actriz, tiene una comunidad activa en redes. Comparte, publica, se conecta. Pero también necesita reservar partes de sí misma. “Mi bienestar emocional está por encima de todo”, dice sin dudar.

Todavía está aprendiendo a establecer límites. Le gusta tener amistades repartidas en distintas ciudades, pero no todos los vínculos sobreviven al ritmo de su carrera. Algunas despedidas duelen, otras son inevitables. Pero no se deja arrastrar por la nostalgia. Sabe que eligió un camino exigente y está dispuesta a pagarlo, siempre que no implique perderse de sí misma.

Actuar, para ella, no es solo trabajo. Es también una entrega total. “Cuando entro a escena, dejo de ser Francisca. Me convierto en otra”. Esa transformación, aunque mágica, también deja marcas. Por eso necesita tiempo para regresar a su centro. Volver a su voz. A su cuerpo. A su historia.

¿Y el aeropuerto?

Moderna, funcional y con potencial turístico: así describe Francisca al renovado Jorge Chávez. Para ella, el cambio asusta, pero es indispensable para dejar atrás la mediocridad. (Infobae Perú / Carlos Díaz)

Como cualquier peruano que ya ha pasado como el nuevo aeropuerto Jorge Chávez, a Francisca también la asaltó la curiosidad cuando tuvo la oportunidad de visitarlo por primera vez. Había escuchado quejas, advertencias sobre retrasos, tráfico, demoras en las maletas. Pero su experiencia fue todo lo contrario: “Saqué mi maleta al toque, feliz”, contó.

La actriz peruano-sueca, acostumbrada a recorrer terminales en distintas partes del mundo, calificó al nuevo aeropuerto como un paso adelante. “No es el mejor del mundo, pero es moderno y atractivo para el turismo”, afirmó.

Aronsson aprovechó la ocasión para reflexionar sobre la resistencia al cambio en el país. “Nos encanta la comodidad. Nos cuesta salir de lo que conocemos. Pero si seguimos en lo mismo, no evolucionamos”, señaló. Comparó la dimensión del nuevo Jorge Chávez con aeropuertos internacionales y remarcó que, aunque aún hay camino por recorrer, representa un avance importante.

“La primera impresión de un país es su aeropuerto”, recordó. Y, para ella, lo importante es que la llegada invite a conocer más del Perú. Con mirada crítica, concluyó que la mediocridad nace cuando no se arriesga, y celebró la modernización como una oportunidad para mirar hacia afuera, aprender y crecer sin miedo a lo nuevo.

Próximos proyectos<b> </b>

Canta, baila, actúa. Su nuevo tema se llama Maldita tensión y en septiembre estrena película. Francisca quiere seguir creando historias que unan generaciones. (Infobae Perú / Carlos Díaz)

La pequeña gran actriz de tan solo actriz de 19 años no solo sigue conquistando las pantallas internacionales, sino que también incursiona en la música. Pronto lanzará Maldita tensión, un tema de estilo afro en colaboración con dos músicos cuyo nombre aún mantiene en secreto. “Es para bailar y gozarla”, adelantó con entusiasmo.

En el terreno audiovisual, Aronsson forma parte de la segunda temporada de La chica de nieve, serie de Netflix con distribución global. “Fue mi primer proyecto con Netflix a ese nivel. Estoy feliz”, comentó.

Pero su vínculo con el Perú sigue intacto: acaba de terminar el rodaje de Los patos y las patas, una comedia musical inspirada en las canciones de Raúl Romero. La película se estrena el 18 de septiembre y cuenta con la dirección de Guillermo Castañeda.

“Cantar, actuar y bailar, todo en uno… fue mágico”, expresó Francisca. Además, reveló que habrá un cameo sorpresa que no dejará indiferente al público. Para ella, lo más valioso del proyecto es cómo logra unir generaciones a través de la música y el humor. “Es una historia que toca fibras en todos”, aseguró.