Corona cierra tras 70 años en Chile: rematará sus productos y 1.800 empleados perderían sus trabajos

Este viernes, la emblemática empresa de retail Corona comunicó el cierre definitivo de sus operaciones a partir del 10 de julio, poniendo fin a más de siete décadas de presencia en el mercado chileno. La decisión llega luego de un proceso fallido para conseguir financiamiento y evitar la quiebra. A pesar de los esfuerzos por parte de la empresa para reestructurarse, la falta de apoyo de los bancos ha llevado a la firma a tomar esta drástica medida. Según su último comunicado, la compañía no logró obtener los $22 mil millones necesarios para financiar su reorganización y, por ende, se enfrenta a la liquidación de sus activos.

El cierre de las operaciones de Corona también implica la pérdida de empleo para 1.800 personas, quienes trabajaban en distintas sucursales del país, desde Arica hasta Punta Arenas. A lo largo de la semana, la empresa pasó por momentos de incertidumbre, pues los principales acreedores bancarios, que inicialmente habían aprobado un plan de reorganización, se retractaron y rechazaron continuar con el financiamiento. Entre los bancos que decidieron no respaldar la solicitud de crédito se encuentran Banco BCI, Banco Internacional y Banco Security, tres de los principales acreedores de la compañía. Este revés ha acelerado el proceso de liquidación, dejando a muchos empleados en la cuerda floja y generando un fuerte impacto en el sector retail del país.

Fundada en 1946 por Leonard Schupper, un inmigrante de origen holandés judío, Corona se consolidó como una de las cadenas de retail más importantes de Chile, ofreciendo productos a precios accesibles en diversas categorías. A pesar de su longeva trayectoria, la empresa no logró sortear las dificultades financieras que la llevaron a acumular una deuda de $67 mil millones. Esta deuda y la falta de respaldo de la banca terminaron por ser los factores decisivos que llevaron a la empresa a la quiebra. Desde el inicio de su proceso de reorganización concursal, la multitienda intentó obtener un préstamo de $22 mil millones para poder continuar operando, pero no logró el apoyo necesario por parte de los bancos, lo que resultó en su eventual liquidación.

Durante los últimos meses, Corona luchó por evitar la quiebra. En junio, la empresa logró evitarla temporalmente gracias a un acuerdo con los acreedores, quienes aprobaron un plan que incluía el respaldo de activos inmobiliarios para garantizar el préstamo solicitado. Sin embargo, las entidades bancarias no consideraron suficientes las garantías ofrecidas, lo que resultó en la cancelación de cualquier posibilidad de financiamiento adicional. Como señaló Mario Mora, director de la compañía, “lo que buscamos es un financiamiento que permita proceder al plan de rescate de la compañía como se propuso a los acreedores”. Sin embargo, los esfuerzos realizados hasta la fecha no lograron prosperar, lo que llevó a la empresa a anunciar su cierre.

Como parte de su proceso de liquidación, Corona ha iniciado un remate de productos en sus tiendas. En la página web oficial de la compañía, los clientes pueden ver anuncios en fondo rojo con la frase: “Remate final ¡Sólo por pocos días! Todo a 5 lucas en nuestras tiendas”. La empresa, que hasta hace pocos días se mantenía a flote gracias a un plan de reorganización aprobado por los acreedores, ahora enfrenta la dolorosa tarea de deshacerse de su inventario y cerrar sus puertas definitivamente. La compañía ha tomado la decisión de iniciar un proceso ordenado de liquidación, buscando minimizar las pérdidas y devolver lo que se pueda a sus acreedores.

Este remate de productos es solo un reflejo de la gravedad de la situación por la que atraviesa la compañía. La incertidumbre sigue siendo alta, ya que muchos trabajadores y proveedores aún esperan la resolución de los procesos legales pendientes. A pesar de que la compañía cuenta con el asesoramiento de abogados expertos como Nelson Contador, la realidad es que el futuro de la multitienda es incierto. La liquidación de productos y la disolución de la empresa parecen ser inevitables, dado el fracaso del proceso de reestructuración.

El cierre de las operaciones de Corona no solo afecta a la compañía, sino que tiene un impacto directo en los 1.800 empleados que perderán sus trabajos. Para muchos de estos trabajadores, la noticia ha sido devastadora, ya que la empresa representaba una fuente de empleo estable durante años. Si bien el proceso de reestructuración buscaba preservar los puestos de trabajo, el rechazo de los bancos a continuar con el financiamiento ha hecho imposible cumplir con este objetivo.

La pérdida de empleos en Corona es solo una de las muchas consecuencias que se derivan del cierre de la tienda. Además de afectar a los trabajadores, la liquidación de una empresa con más de 70 años de historia también tiene repercusiones en el sector retail chileno. Corona ha sido una pieza clave del mercado durante décadas, y su cierre deja un vacío que difícilmente será llenado rápidamente por otras compañías.