Una joven brasileña, su perrita, un Chevrolet Celta y un sueño: la travesía que las lleva hasta Perú

Dejó un empleo estable, convirtió su carro en su casa y ahora rueda con rumbo a tierras peruanas. Esta es la historia real de una mujer que decidió cambiar la rutina por la aventura, con su mascota como única compañera y las redes sociales como testigo de cada paso

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Composición: Infobae Perú
Composición: Infobae Perú

Una joven de 25 años, un viejo Chevrolet Celta, una golden retriever llamada Ísis y una ruta que atraviesa miles de kilómetros con un solo destino final: el Perú. Así se resume, a grandes rasgos, la historia de Ana Clara Uchôa, una influencer brasileña que decidió renunciar a la rutina laboral y cambiarla por la libertad de la carretera. Su viaje, documentado día a día en redes sociales, ha capturado la atención de cientos de miles de personas en América Latina.

Ana Clara no es turista convencional. No llega en avión ni en tours organizados. Su casa sobre ruedas es un modesto Chevrolet Celta al que bautizó como Ozzy, adaptado con un colchón en el asiento trasero, un fogón portátil y las cosas mínimas para sobrevivir. En el asiento del copiloto va Ísis, su fiel compañera de cuatro patas, con quien comparte paisajes, amaneceres y también los momentos más duros del camino.

De la oficina al volante: una nueva forma de vivir

Foto: Terra
Foto: Terra

Durante años, Ana Clara soñó con cruzar América del Sur en compañía de un perro. Y cuando Ísis llegó a su vida, comenzó a ahorrar para lograrlo. Cuatro años después, en lugar de buscar un ascenso laboral, pidió la renuncia. Dos días más tarde, ya estaba manejando rumbo al norte del Brasil.

En su primer intento por llegar al Perú, el cansancio y la soledad la obligaron a hacer una pausa. Pero esta segunda vez, lo está haciendo con más planificación, con mejoras en el auto y, sobre todo, con el respaldo de más de 350 mil seguidores en TikTok que la alientan, preguntan por su desayuno y celebran cada nuevo lugar que visita.

Su contenido, sin filtros ni maquillaje, muestra una rutina simple: calentar café al lado del carro, preparar la cena en una cocinilla de camping o cepillarse los dientes con la luna como techo. Y aunque parezca poco, eso es exactamente lo que la volvió viral.

En cada ciudad que cruza, Ana no solo muestra paisajes o comidas típicas. También documenta los desafíos de ser mujer en la ruta: los prejuicios, los miedos y las estrategias para mantenerse a salvo. Evita dormir en zonas desoladas, busca estacionamientos vigilados o grifos con movimiento, y si detecta situaciones sospechosas, cambia el rumbo sin dudarlo.

Perú como destino y símbolo de libertad

Composición: Infobae Perú
Composición: Infobae Perú

Para Ana Clara, llegar al Perú no es solo un punto en el mapa. Es el símbolo de un sueño cumplido, de una travesía que comenzó como una idea descabellada y hoy es una historia de superación. Su plan incluye visitar Machu Picchu, hacer trekking en la sierra peruana y convivir con culturas distintas, algo que ya ha hecho durante su paso por Bahía, Minas Gerais y el litoral brasileño.

La joven también ha compartido algunos de los “perrengues” (contratiempos) del viaje: motor fundido, bagageiros que salen volando en plena carretera o noches frías durmiendo dentro del carro. Sin embargo, dice que cada obstáculo le enseñó algo. “El Celta nunca anduvo en grúa. Siempre se detiene cerca de algún taller. Es como si supiera”, dice entre risas.

El Perú aparece constantemente en sus historias como un lugar mágico y desafiante, y ya ha captado la atención de seguidores peruanos que la animan y ofrecen recomendaciones. Muchos incluso esperan encontrársela en las rutas que atraviesan la costa o la sierra. “Me encantaría cruzarme con ella en Cusco o Arequipa. Es una inspiración para muchas mujeres”, comenta una usuaria en Instagram.

Aunque reconoce que la exposición en redes también trae críticas, Ana ha construido una comunidad solidaria, especialmente entre mujeres. “Cuando llego a un grifo y hay otra chica sola, nos hacemos compañía. Esa red de apoyo femenino es real. Nos cuidamos entre nosotras, incluso sin conocernos”, afirma. No es raro ver comentarios de otras viajeras que agradecen sus consejos o que, inspiradas por su historia, han decidido emprender su propio camino.