“La idea es responder dudas, pero que salgan con más preguntas todavía”, dice Carla Arce-Tord sobre El universo extremo

En conversación con Infobae Perú, la astrofísica compartió cómo una pasión infantil por las estrellas la llevó a convertirse en una referente de la divulgación científica en el país. Con lenguaje claro, ejemplos cotidianos y una comunidad creciente en redes sociales, Carla acerca el universo a nuevos públicos y demuestra que la ciencia también puede ser accesible, cercana e inspiradora

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Su libro El universo extremo y su espacio en redes sociales buscan hacer accesible lo complejo y fomentar la curiosidad. (Infobae / Carlos Díaz)

Desde pequeña, Carla Arce-Tord se sintió atraída por las estrellas, sin saber exactamente por qué. Su familia recuerda que, desde antes de hablar con claridad, se pasaba horas mirando el cielo nocturno, fascinada con lo que había más allá. Aquella pasión, que empezó como una inquietud difícil de nombrar, se transformó con el tiempo en una decisión de vida: estudiar física en la Pontificia Universidad Católica del Perú, especializarse en astrofísica en Chile y sumarse luego a uno de los proyectos más ambiciosos de observación espacial, el radiotelescopio ALMA.

Hoy, su trabajo no solo se reconoce en círculos científicos, sino que también de su impacto en redes sociales, en aulas, en lectores de su libro El universo extremo y en cientos de niñas y jóvenes que, al ver a una astrofísica peruana hablar de ciencia con sencillez, sienten que ese camino también les pertenece.

En conversación con Infobae Perú, Arce-Tord explicó que todo partió de un deseo sencillo: acercar el conocimiento científico a las personas. “La idea era —o bueno, sigue siendo— difundir contenido científico de manera que sea accesible. Porque a veces los científicos cometemos el error de hablar de manera muy técnica”, comentó. A partir de ese impulso nació astrocarlaa, su espacio de divulgación, y luego el libro que recoge muchas de las preguntas que le han hecho a lo largo del tiempo.

La divulgación como oficio paralelo

Desde pequeña, Carla Arce-Tord miraba
Desde pequeña, Carla Arce-Tord miraba el cielo con fascinación. Hoy, es parte de ALMA, autora y divulgadora científica. (Infobae Perú / Carlos Díaz)

Aunque no estudió comunicación, el ejercicio constante de explicar fenómenos astronómicos para un público amplio la obligó a revisar sus propias certezas y a traducir conceptos complejos en ejemplos concretos. Según explicó, el mayor reto fue evitar que el texto cayera en tecnicismos. “Lo más complicado justamente es eso: explicar algo con ejemplos cotidianos. Por más que la ciencia nos rodee, a veces los términos pueden llegar a ser tan complejos, incluso para los que trabajamos en esto”.

A diferencia de los manuales especializados, El universo extremo recurre a un enfoque visual, narrativo y accesible, pero sin sacrificar la precisión. “Interactuar con la gente que sigue mi página, hacer vídeos, hablar de temas científicos de una manera dinámica, didáctica... Todo eso me ha ayudado a aprender más sobre cómo comunicar”, explicó. “He intentado plasmar ese aprendizaje en el libro”.

El esfuerzo por comunicar bien no es, en su caso, un simple añadido a la labor científica. Forma parte de su identidad profesional. “Desde el punto de vista docente, yo pienso que para un científico no solamente es importante investigar, sino también comunicar lo que hace”, sostuvo. “¿De qué sirve que un científico se quede con ese conocimiento para sí mismo y para sus colegas?”

Mujeres y ciencia: un camino con tropiezos culturales

Desde su infancia en Perú
Desde su infancia en Perú hasta convertirse en una referente en redes sociales, Carla Arce comparte su inspiradora trayectoria superando desafíos de género y divulgando ciencia. Foto: Andina

El reconocimiento de Carla Arce-Tord como una de las mujeres más influyentes del Perú en 2023 puso en evidencia un asunto mayor: la escasa presencia femenina visible en ciertas disciplinas científicas. Aunque no existen trabas formales para que una mujer estudie física o astrofísica, todavía persisten barreras culturales.

“Actualmente, en el papel, las mujeres no tenemos limitaciones. No hay ninguna ley que nos impida acceder a educación. Sin embargo, culturalmente aún tenemos cosas que afinar”, señaló. Durante sus años de formación, escuchó comentarios que ponían en duda sus capacidades, no por su rendimiento, sino por su género. Aunque no todos los entornos eran hostiles, sí existía una atmósfera en la que algunos prejuicios circulaban con normalidad.

“He hablado con jóvenes, con chicas interesadas en la ciencia, en astrofísica, pero que me dicen cosas como: ‘Siento que es una carrera para hombres’ o ‘No tengo el perfil de científica’”, relató. Ante eso, su respuesta es clara: “No hay ningún perfil de científica. Lo único que tienes que tener es curiosidad y pasión por el tema. No hay más”.

La situación, asegura, no cambia solo con voluntad individual. Requiere ajustes estructurales, empezando por el acceso a oportunidades laborales reales. “Comparándonos con países vecinos como Chile, es cierto que aún nos falta desarrollar una mayor oferta de trabajo. Sin embargo, no es imposible. La ciencia te abre puertas a un montón de posibilidades laborales”.

Desde pequeña, Carla Arce-Tord miraba
Desde pequeña, Carla Arce-Tord miraba el cielo con fascinación. Hoy, es parte de ALMA, autora y divulgadora científica. (Infobae / Carlos Díaz)

Uno de los temores más frecuentes entre jóvenes interesados en carreras científicas es la inserción laboral. Arce-Tord reconoce esa inquietud como válida, pero busca ampliarla: “Aún nos falta desarrollar más oferta laboral, pero no es que no haya ningún tipo de trabajo en el país”. Desde su experiencia, el conocimiento adquirido en una carrera científica —matemáticas, lógica, programación— puede adaptarse a varios contextos laborales, no solo a la investigación académica.

“Las oportunidades laborales son más amplias de lo que se cree. Se puede ser docente, trabajar en la industria, y no necesariamente estar en un laboratorio”, afirmó. Lo fundamental, en su opinión, es que los estudiantes mantengan viva la curiosidad y que no tengan temor de hacer preguntas. “Algo que incluso me pasó a mí es que nos da vergüenza preguntar. Solemos ver a las personas que ya recorrieron ese camino como inaccesibles”.

En este punto, las redes sociales juegan un papel importante. Plataformas como astrocarlaa funcionan como puentes. “Pregunten por información sobre becas, universidades, cualquier duda que tengan. Adelante. Que sigan ese camino”, recomendó.

La vida en la Tierra y la pregunta por lo que no se ve

Su libro El universo extremo
Su libro El universo extremo y su espacio en redes sociales buscan hacer accesible lo complejo y fomentar la curiosidad. (Infobae / Carlos Díaz)

Entre los muchos temas abordados en su libro, hay uno que tocó especialmente a su autora: la singularidad de la vida en la Tierra. “Es un tema que damos por sentado. Cómo las condiciones se dieron de manera tan apropiada que se logró desarrollar algo tan increíble como la vida”. Aunque aún no existe evidencia directa de vida fuera del planeta, Arce-Tord cree que ese vacío de certezas debe reforzar la importancia de cuidar el único hogar conocido.

Explicó que uno de los mayores aprendizajes del libro fue redescubrir lo que ya se creía entendido. “Me emocionó mucho replantear esta idea de qué es la vida, cómo se desarrolló la vida en un planeta como el nuestro y por qué es importante ir con cuidado. Porque no hay una segunda Tierra para migrar”.

El asombro ante lo desconocido es un impulso que no ha desaparecido con los años. “Desde antes de tener uso de razón, mi mamá siempre me ha contado que vivía afanada con el espacio, con las estrellas, con los planetas. Siempre me encantó hacerme preguntas e intentar responderlas, enfocadas en el espacio”.

Aquel interés infantil no fue contenido ni redirigido por su entorno familiar. Sus padres, cuenta, confiaron en su deseo y le dieron libertad para explorarlo. “Siempre les digo a los padres que incentiven la curiosidad en cualquier tema que vean en sus hijos. Tuve esa fortuna, y por eso desarrollé con el tiempo la idea de enfocarlo como una carrera”.

Ideas en curso y una invitación abierta

Con lenguaje claro, ejemplos cotidianos y una comunidad creciente, Carla acerca la astrofísica a nuevos públicos. (Infobae / Carlos Díaz)

Aunque por ahora no hay una segunda parte anunciada oficialmente, la posibilidad no está descartada. “Formalmente no, pero sí en ideas. Hay varias, así que esperemos que se lleven a cabo próximamente”, comentó.

Más allá de lo que vendrá, Arce-Tord espera que el libro motive nuevas preguntas. “La idea es responder varias dudas, pero también que salgan con más preguntas todavía. ¿Quién sabe? De repente se viene una segunda parte de El universo extremo”.

En ese sentido, su libro funciona como una invitación abierta. No busca resolver todo, sino acompañar la experiencia de hacerse preguntas. No apunta a construir certezas cerradas, sino a fomentar una actitud crítica frente al universo.