Así empezó su luna de miel en Sudamérica: volaron a Lima y regresaron en clase ejecutiva por solo 150 dólares en pasajes

Para Jonathon Rowland y Maranda Poe, cruzar fronteras no era nuevo. Desde su primer encuentro en una aplicación de citas, sabían que compartirían algo más que una ciudad: compartían una obsesión por recorrer el mundo. En una de sus primeras conversaciones, Rowland mostró una imagen que marcaría un punto de partida para ambos: él, parado frente a la Gran Pirámide de Giza. A partir de ahí, el diálogo entre ellos siempre incluyó mapas, aerolíneas y millas acumuladas.

Se comprometieron en noviembre de 2023 en Venecia, luego de haber recorrido juntos una lista considerable de países. Pero después de casarse, no buscaban solo otro destino, sino una experiencia única. La luna de miel que soñaban necesitaba tres cosas: desconexión total, un país que ninguno conociera y, si era posible, no costar una fortuna. Así empezaron a mirar al sur, hacia un continente inexplorado por ambos.

Un mensaje clave llegó a tiempo. Spencer Howard, amigo de la pareja, envió una alerta que no podían ignorar. La aerolínea Latam ofrecía vuelos en clase ejecutiva entre Nueva York y Lima a cambio de 50.000 puntos por persona. Apenas lo vieron, tomaron la decisión. Perú sería el punto de partida de una luna de miel que incluiría también Chile y Brasil. Pero sería en Lima donde todo comenzaría.

El itinerario se concretó con precisión milimétrica. Rowland transfirió puntos desde sus cuentas de bancos. El canje de puntos fue inmediato y eficiente: 100.000 por cada tramo de ida y vuelta para los dos. A ello se sumaron apenas 111,60 dólares en tasas e impuestos.

Gracias al bajo costo de los pasajes, el presupuesto de la pareja se enfocó en estadías y experiencias de alto nivel. Su primer punto de descanso fue en un hoten en Miraflores. Allí se alojaron los primeros días, recorriendo distritos como Barranco y San Isidro antes de partir hacia Cusco.

En el Valle Sagrado, planearon la travesía a Machu Picchu, para la cual decidieron viajar en el tren “Era como viajar en una cápsula del tiempo. Todo el tren tenía ese aire elegante de los vagones Pullman del Orient Express”, describió Rowland.

A bordo, el ambiente fue otro punto destacado. “Tuvimos música en vivo, almuerzo de varios tiempos, vinos peruanos y una atención que no esperábamos. Fue como si el viaje fuera parte del destino”, añadió.

Ni Rowland ni Poe habían pisado Sudamérica antes. El viaje a Perú marcó su primera incursión al continente. “La comida fue increíble. Probamos platos que nunca habíamos visto, y nos sorprendió la mezcla de sabores en cada lugar. Desde un simple cebiche en el mercado hasta cenas elaboradas en restaurantes elegantes, todo fue memorable”, comentó.

La pareja no buscaba solo lujo. También exploraron espacios históricos, caminaron por las ruinas de Ollantaytambo, subieron a la montaña Huayna Picchu y visitaron mercados locales. “Perú es uno de esos países donde puedes estar en contacto con tradiciones muy antiguas mientras disfrutas de lo mejor del presente”, expresó Poe.

Desde su llegada a Lima hasta la última parada en Cusco, cada paso estuvo guiado por una mezcla de estrategia y deseo. “Este viaje fue diferente. No solo por el destino, sino por cómo logramos que se ajustara a lo que queríamos: tiempo juntos, aventuras nuevas y comodidad sin romper el presupuesto”, concluyó Rowland.