Denuncian construcciones a borde del acantilado de la Costa Verde: edificios podrían derrumbarse ante un sismo de gran magnitud

Tras el sismo de magnitud 6.1 del domingo 15 de junio, el municipio realizó inspecciones en la Costa Verde y halló construcciones que no respetan la normativa del gobierno local

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Modernos edificios de departamentos construidos
Modernos edificios de departamentos construidos al ras del borde de la Costa Verde, con una barrera natural cada vez más delgada entre las fachadas y el vacío. | Andina

El riesgo de colapso de las edificaciones construidas al filo de los acantilados de la Costa Verde, que atraviesa distritos como Miraflores, Magdalena, San Miguel, Barranco y Chorrillos, se ha convertido en una de las principales preocupaciones de ingenieros y autoridades en Lima. Las recientes grietas en parques y veredas cerca del borde, sumadas a los daños observados tras el último sismo de magnitud 6,1 que sacudió Lima y Callao el domingo 15 de junio, han encendido las alarmas por los constantes deslizamientos y caída de piedras en la zona costera.

La fragilidad de estos frentes costeros se origina en su naturaleza geológica: están conformados por suelos erosionados que, según expertos del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP) y del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid) de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), presentan una alta vulnerabilidad ante movimientos sísmicos. José Macharé, miembro del CIP, explica que estos acantilados fueron modelados por procesos de erosión y son susceptibles incluso en periodos sin temblores.

El reciente sismo de junio, en coincidencia con el Día del Padre, evidenció el impacto de los deslizamientos y el desprendimiento de materiales, lo que vuelve a poner en debate la exposición de las edificaciones y los transeúntes en la Costa Verde.

Edificios y comercios se ubican
Edificios y comercios se ubican a escasos metros del borde del acantilado en la Costa Verde, en una de las zonas con mayor riesgo ante sismos. | Andina

Presión de las edificaciones y ordenanza desatendida

La construcción de edificios y viviendas a menos de 100 metros del borde ha incrementado la presión sobre los taludes, generando una sobrecarga que podría precipitar un desbordamiento masivo de terreno ante un sismo fuerte. Aunque existe una ordenanza de la Municipalidad Metropolitana de Lima que prohíbe este tipo de construcciones en la franja crítica, la normativa sigue sin ser cumplida, y hoy muchas torres y residencias permanecen peligrosamente cerca del acantilado.

Una estructura de varios pisos,
Una estructura de varios pisos, con terrazas y muros sobresalientes, se asoma peligrosamente sobre la pendiente del acantilado, sin mayor protección ante derrumbes. | Andina

José Macharé advierte que un terremoto como el que espera Lima, de magnitud 8,8 y capaz de romper el prolongado silencio sísmico de 279 años, podría causar un deslizamiento de gran magnitud y el colapso de edificaciones enteras. Las grietas actuales en la superficie y la inestabilidad de la base se agudizan con el peso de las construcciones, dejando a una parte considerable de la ciudad en riesgo inminente.

Carlos Zavala, investigador del Cismid, recalca que la geomalla instalada en varios tramos de la Costa Verde solo contiene deslizamientos menores y no constituye una protección real ante un terremoto mayor. “Se necesita estabilizar el talud con técnicas de ingeniería”, sostiene, apuntando a la urgencia de reforzar el suelo y replantear el modelo de construcción adoptado en la zona.

Muros de contención y geomallas
Muros de contención y geomallas instalados en la pendiente logran contener pequeños deslizamientos, pero no garantizan seguridad ante un terremoto de gran magnitud. | Andina

El registro visual del peligro

Las fotografías recientes refuerzan el diagnóstico técnico y muestran, desde diferentes ángulos, el grave peligro. Se puede ver una hilera de edificios y comercios se levantan a centímetros del filo, sin barreras que los separen del vacío y con la vía rápida justo debajo, lo que evidencia la amenaza directa sobre la infraestructura vial y sus usuarios.

Otra imagen revela el deterioro del borde: escombros y restos de materiales de construcción están amontonados junto a una casa cuyo patio termina prácticamente en el aire, y la franja de suelo que la separa del abismo es mínima.

También se observa un edificio de elevado número de pisos instalado en paralelo al precipicio, mientras la autopista transcurre junto a la base del acantilado. La base del inmueble ha sido carcomida por la erosión, situándolo en una posición de alto riesgo ante cualquier alteración sísmica.

Otra foto muestra una edificación de fachada azul extendiéndose peligrosamente sobre el borde del acantilado. Partes de la estructura, incluida una terraza, sobresalen al vacío, sostenidas apenas por columnas y muros, en un sector donde la vegetación no logra estabilizar la pendiente.

La vía rápida de la
La vía rápida de la Costa Verde pasa justo al pie de los acantilados, mientras las construcciones en la cima incrementan la presión sobre el terreno inestable. | Andina

Asimismo, otras viviendas y edificios aparecen agrupados en la cima del acantilado de Costa Verde; zonas de erosión y desprendimiento de terreno dejan algunas casas virtualmente suspendidas, con una mínima franja de tierra antes del corte. Abajo, la Costa Verde resalta la vulnerabilidad de quienes circulan por la vía cuando hay desprendimientos.

También se expone modernos edificios de varios pisos construidos sobre una abrupta pendiente en Miraflores. Las fachadas coloridas se alinean al borde, separados solo por jardines colgantes y muros. En los niveles inferiores no se observa protección significativa frente a posibles desmoronamientos. La playa y el mar, en el fondo, ponen en perspectiva la altura del acantilado, así como la ruta en la ladera, utilizada cada día por miles de vehículos.

Asimismo, una imagen desde San Miguel muestra otra torre ubicada al ras del abismo, con el borde desgastado por la erosión y el terreno cada vez más inestable. El registro visual de las grietas y desprendimientos resalta la urgencia de adoptar medidas preventivas inmediatas.

El contraste entre los modernos
El contraste entre los modernos edificios al borde del precipicio y la fragilidad del suelo evidencia el alto riesgo que afecta a los distritos costeros de Lima. | Andina

Consecuencias y llamados de atención

Expertos afirman que no solo las edificaciones más antiguas están en riesgo; los mapas de peligro realizados por el Cismid señalan áreas con suelos blandos o infraestructuras frágiles en distritos como Miraflores, Magdalena, Callao y Villa El Salvador, lo que multiplica el peligro a nivel metropolitano. Carlos Zavala subraya que garantizar la estabilidad requiere nuevas intervenciones de ingeniería y una política estricta de cumplimiento normativo.

La reiteración de construcciones en zonas no aptas, la ausencia de refuerzos estructurales y el avance de la erosión hacen prever que, ante un sismo fuerte, la ciudad puede enfrentar colapsos masivos y consecuencias irreversibles para la población y la infraestructura. Los especialistas insisten en la necesidad de actualizar y aplicar las regulaciones vigentes, reforzar los estudios de riesgo y reconsiderar nuevas edificaciones cerca del borde costero.