¿Perros o gatos?: cómo es tu personalidad de acuerdo a la mascota que prefieres

Los expertos en comportamiento animal y psicología humana han identificado ciertos patrones que suelen repetirse entre quienes prefieren a los perros o a los gatos

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Las personas que tienen tanto
Las personas que tienen tanto un perro como un gato suelen presentar una combinación de rasgos que les permite adaptarse a distintas formas de convivencia (Imagen Ilustrativa Infobae)

La clásica discusión entre si es mejor tener un perro o un gato no solo está presente en redes sociales y conversaciones cotidianas, sino que también revela mucho más de lo que parece. En el Perú, tanto los perros como los gatos son las mascotas favoritas de los hogares. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y el Ministerio de Salud (Minsa), alrededor del 60% de hogares peruanos tiene al menos una mascota, y entre estas, los perros lideran con un 45%, seguidos por los gatos con un 20% en zonas urbanas.

Pero más allá de la preferencia o de los cuidados que implica cada animal, diversos estudios psicológicos han demostrado que la elección entre perros o gatos está asociada a determinados rasgos de personalidad. No se trata de que uno sea mejor que el otro, sino de que nuestras elecciones reflejan, muchas veces sin darnos cuenta, aspectos de nuestra forma de ser.

Cómo es tu personalidad de acuerdo a la mascota que prefieres

Los expertos en comportamiento animal y psicología humana han identificado ciertos patrones que suelen repetirse entre los llamados “dog lovers” (amantes de los perros) y “cat lovers” (amantes de los gatos). Un estudio de la Universidad de Carroll, en Wisconsin (EE.UU.), encontró diferencias claras entre ambas preferencias:

  • Amantes de los perros: suelen ser más extrovertidos, enérgicos y sociales. También tienden a seguir reglas, valorar la estructura y sentirse cómodos en situaciones grupales.
  • Amantes de los gatos: se describen como personas más creativas, independientes e introspectivas. Prefieren ambientes tranquilos y valoran más la individualidad que las interacciones sociales constantes.
Los amantes de los perros
Los amantes de los perros suelen ser más extrovertidos, enérgicos y sociales (Imagen Ilustrativa Infobae)

Estas diferencias tienen sentido si pensamos en las características de cada animal. Los perros suelen requerir atención constante, paseos frecuentes y una interacción social activa, mientras que los gatos son más autosuficientes, silenciosos y selectivos con su afecto. Así, nuestra elección de mascota refleja el tipo de relación y dinámica que mejor se adapta a nuestro estilo de vida.

¿Por qué se relaciona a los extrovertidos con los perros y a los introvertidos con los gatos?

La razón por la cual se asocia a los extrovertidos con los perros tiene que ver con la propia naturaleza del animal. Los perros son animales sociales, obedientes y con una necesidad constante de contacto humano. Las personas extrovertidas disfrutan de estas interacciones, se sienten cómodas liderando grupos y responden bien a la energía activa que los perros demandan.

Por otro lado, los gatos encajan mejor con los introvertidos porque no requieren atención constante. Prefieren los espacios tranquilos, disfrutan de su independencia y son más reservados, cualidades que muchas personas introvertidas comparten. Además, los gatos permiten una relación más pausada y observadora, lo cual puede ser muy gratificante para quienes valoran la calma y el tiempo a solas.

Los gatos encajan mejor con
Los gatos encajan mejor con los introvertidos porque no requieren atención constante (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esto no significa que todas las personas extrovertidas deban tener un perro ni que los introvertidos solo puedan tener gatos. Sin embargo, las estadísticas y observaciones psicológicas apuntan a una correlación interesante entre tipo de personalidad y preferencia de mascota.

Cómo es la personalidad de alguien que tiene un perro y un gato

Las personas que tienen tanto un perro como un gato suelen presentar una combinación de rasgos que les permite adaptarse a distintas formas de convivencia. Son, por lo general, individuos equilibrados, tolerantes y flexibles, capaces de comprender tanto la necesidad de actividad y compañía (características de un perro), como el deseo de espacio e independencia (propio de un gato).

Además, estas personas tienden a ser más empáticas y abiertas al cambio, lo cual les permite ajustarse a las personalidades distintas de sus mascotas. También se ha observado que suelen tener una mayor inteligencia emocional, ya que manejan distintas formas de afecto: el amor incondicional del perro y el cariño reservado, pero genuino, del gato.

Al convivir con ambas especies, estas personas desarrollan una mayor capacidad para adaptarse, escuchar y respetar los límites, lo cual también se refleja en sus relaciones humanas. No temen a la diversidad, y disfrutan de ambientes tanto activos como serenos, según el momento o la necesidad.