Tragedia en Piura: joven madre muere atropellada mientras hacía cola para postular a trabajo

Alexia, mamá de una niña de dos años, había acudido a una convocatoria laboral masiva de una empresa agroindustrial. En la región norteña, la falta de oportunidades obliga a cientos de personas a formar largas filas desde la madrugada

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(Video: Exitosa)

Una trágica escena sacudió la madrugada del lunes 16 de junio en el caserío Chapairá, ubicado en el distrito Veintiséis de Octubre, en Piura, cuando una joven madre de tan solo 23 años perdió la vida tras ser embestida por un bus mientras esperaba en una fila para postular a un trabajo en la empresa agroexportadora Ecosac. La víctima, identificada como Alexia Macarena Huertas Rodríguez, fue arrollada junto a otras personas en una zona sin señalización ni resguardo adecuado, lo que ha generado fuerte indignación entre los pobladores y usuarios en redes sociales.

Alexia, madre de una niña de dos años, había acudido con esperanza a una convocatoria laboral masiva, una escena común en esta parte de la región, donde la falta de oportunidades obliga a cientos de personas a formar largas colas desde la madrugada. Testigos aseguran que el vehículo involucrado, un bus de transporte de personal, irrumpió repentinamente en el área donde estaban los postulantes. Dos personas más resultaron con heridas graves y fueron trasladadas de urgencia al hospital.

Ecosac bajo la lupa: convocatorias sin control

Composición: Infobae Perú
Composición: Infobae Perú

Según relataron los asistentes, la empresa Ecosac —una de las más reconocidas en el rubro agroexportador de Piura — no implementó ningún protocolo de seguridad durante el llamado a postulantes. Los trabajadores en busca de empleo, muchos provenientes de zonas alejadas, se vieron obligados a esperar su turno a un costado de la pista, en plena vía pública, sin ningún tipo de resguardo o señalización que evite el paso de vehículos.

El bus que atropelló a Alexia, de placa V00961, era parte de la flota que traslada al personal de la propia empresa. El conductor, identificado como Eduardo Ipanaqué Ancajima, fue detenido por la Policía y trasladado a la comisaría del sector, mientras las investigaciones siguen en curso. No obstante, la familia de la joven exige que no solo se sancione al chofer, sino que también se determine la responsabilidad directa de la empresa organizadora, por omitir condiciones básicas de seguridad.

El esposo de la víctima, Edwin Celi, expresó su dolor e indignación tras conocer la noticia mientras regresaba de Chulucanas, donde había estado celebrando el Día del Padre con su familia. Alexia deja en la orfandad a una pequeña hija de dos años, cuya vida cambió de forma irreversible.

La otra cara de la uva: explotación y promesas vacías en los campos de Piura

Uva en alza: Con un
Uva en alza: Con un crecimiento del 23,9% en noviembre, la uva destaca en regiones como Piura, Ica y Lambayeque, consolidándose como un producto clave para las exportaciones peruanas. Crédito: Midagri

La agroindustria de la uva en Piura, liderada por empresas como Ecosac, ha sido presentada durante años como ejemplo de modernización y desarrollo regional. Sin embargo, detrás del brillo de las exportaciones y las cifras récord en ventas internacionales, se oculta una dura realidad: trabajadores que laboran jornadas de hasta 16 horas por apenas S/39 diarios, sin pago justo de horas extra ni condiciones dignas de transporte o alimentación.

Casos recientes, como el de Ecosac, revelan prácticas profundamente cuestionables en la agroindustria piurana. A fines de 2024, más de cien trabajadores fueron convocados bajo el sol inclemente no para renovar contratos, sino para recibir una canasta navideña a cambio de firmar su renuncia. Aún así, en el Bajo Piura, son miles quienes suben a buses antes del amanecer para cruzar campos y garitas de control, con la esperanza de acceder a un salario que apenas cubre lo básico.

Sin explicación clara sobre los descuentos en sus salarios, que en algunos casos pasaron de S/850 a solo S/660, muchos obreros se enfrentan a un ciclo de contratación temporal que perpetúa su inestabilidad. Esta dinámica, donde el empleo formal se convierte en una ilusión fugaz y mal pagada, se repite campaña tras campaña, en una región donde la demanda global por uva no se traduce en mejoras laborales.

Si bien para muchas mujeres jóvenes del Bajo Piura el trabajo “en la uva” representa una primera oportunidad de ingreso fijo, también impone sacrificios enormes: jornadas extenuantes, viajes de hasta tres horas diarias, calor extremo y ausencia de derechos básicos.

Algunas aspiran a ahorrar para estudiar o iniciar un pequeño negocio, pero la mayoría termina atrapada en una cadena productiva que margina y desgasta. Y mientras la uva piurana llega impecable a supermercados europeos o asiáticos, quienes la cosechan y embalan siguen esperando algo tan elemental como justicia laboral.