Larcomar rechaza clausura de la municipalidad de Miraflores tras sismo en Lima y Callao: “Las razones alegadas no se ajustan a la realidad”

En la mañana del martes 17 de junio, el centro comercial Larcomar amaneció con las puertas cerradas por orden de la Municipalidad de Miraflores. La clausura, según el comunicado oficial del municipio, se sustentó en el resultado de una inspección de Seguridad en Edificaciones (VISE) que detectó fallas en la infraestructura, instalaciones eléctricas sin protección y carencias en la implementación de medidas de seguridad.}

La medida fue aplicada con efecto inmediato, provocando la evacuación de visitantes, tanto nacionales como extranjeros, que se encontraban en el lugar al momento de la intervención. Además, la comuna informó la revocación del certificado técnico ITSE (Inspección Técnica de Seguridad en Edificaciones), lo que inhabilita legalmente el funcionamiento del centro comercial mientras no se subsanen las observaciones.

Frente a la clausura, Larcomar difundió una respuesta pública en la que rechazó de forma categórica los motivos esgrimidos por la municipalidad, y sostuvo que la decisión responde a otras motivaciones que no están vinculadas a riesgos reales.

La administración de Larcomar aseguró que las razones del cierre no se relacionan con la integridad estructural del complejo, y presentó informes técnicos como sustento. Según la declaración pública, los ingenieros Carlos Casabonne y Eduardo Zegarra realizaron una revisión especializada luego del último sismo, concluyendo que no existen fallas que comprometan la estabilidad del centro comercial.

En su versión de los hechos, Larcomar señaló que las inspecciones previas realizadas por el municipio no dejaron constancia de fallas críticas. “En las inspecciones a cargo de la Municipalidad validaron la seguridad del activo sin dejar observaciones al respecto”, añadieron.

El certificado ITSE fue revocado por el municipio bajo el argumento de que “no mantiene su implementación para el tipo de actividad que desarrolla” el centro comercial. Esta decisión, según Larcomar, fue notificada el lunes por la noche, sin posibilidad de diálogo previo.

El pronunciamiento del centro comercial asegura que, desde ese momento, se intentó reingresar el nuevo certificado de seguridad por vía presencial. “La Municipalidad ha realizado todos los esfuerzos para no recibirlo, bloqueando su ingreso”, afirmaron.

Pese a ello, Larcomar comunicó que presentó el nuevo ITSE mediante plataforma virtual, y que el documento ya se encuentra en evaluación por parte de la comuna. La administración invocó a las autoridades a revisar con celeridad dicha documentación.

Uno de los puntos más críticos del pronunciamiento fue el señalamiento directo contra la gestión del alcalde de Miraflores. Larcomar apuntó a un supuesto patrón de decisiones que, según su versión, afectarían la inversión privada en el distrito.

La administración del centro comercial señaló que la medida afecta no solo a los operadores comerciales que allí funcionan, sino también a trabajadores y turistas. En ese sentido, reiteraron que el recinto “mantiene todos los protocolos y estándares normativos”.

En la parte final de su pronunciamiento, Larcomar solicitó que las autoridades evalúen el nuevo ITSE y permitan la reactivación del centro comercial. “Invocamos a las autoridades municipales a una revisión de la documentación presentada por el centro comercial que acredita la seguridad del activo”, indicaron.

El comunicado también incluye un agradecimiento hacia clientes, operadores y trabajadores que expresaron su respaldo frente a la clausura. El mall permanece cerrado hasta que la Municipalidad de Miraflores emita una resolución oficial que autorice su reapertura.

Carlos Zavala, investigador principal del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (CISMID) y la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), abordó la situación de la vulnerabilidad sísmica en distritos como Miraflores, así como el estado de los acantilados en la Costa Verde.

El experto sostuvo que, desde el punto de vista de los acantilados, estos requieren de un tratamiento ingenieril específico. Señaló que actualmente existen medidas como la geomaya, que actúa solo como contención temporal, ya que en algún momento puede colapsar ante el peso o la vibración. El ingeniero insistió en que se deben aplicar trabajos de estabilidad de taludes para prevenir deslizamientos o desprendimientos de rocas, tal como se vio el pasado domingo cuando se registró la caída de piedras y polvo en la zona.