El perro sin pelo del Perú cumple 40 años como raza reconocida: una joya ancestral que sigue conquistando corazones

La fecha de hoy, 12 de junio, reivindica siglos de historia, resistencia y simbolismo de un animal que ha sobrevivido desde épocas preincaicas hasta convertirse en Patrimonio Cultural de la Nación

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(Video: Canal N)

Este 12 de junio, el Perú conmemora 40 años desde que el perro peruano sin pelo fue reconocido oficialmente como una raza originaria del país, marcando un hito en la historia cultural y genética de nuestra nación. Esta fecha no solo celebra una clasificación, sino que revindica siglos de historia, resistencia y simbolismo de un animal que ha sobrevivido desde épocas preincaicas hasta convertirse en ícono nacional y Patrimonio Cultural de la Nación.

Fue en 1985 cuando la Federación Cinológica Internacional (FCI) registró por primera vez al viringo, también conocido como perro chimú o perro calato, como parte de su nomenclatura oficial. Desde entonces, cada aniversario es motivo de orgullo nacional, ya que este can no solo representa la biodiversidad del Perú: también su memoria ancestral, con presencia en cerámicas, leyendas y rituales espirituales que se remontan a más de 1400 años atrás.

Un linaje que nació antes del Imperio Inca: el legado milenario del viringo

El perro peruano sin un
El perro peruano sin un pelo de 'chusco'. (Wikipedia / Soy Ecológico Perú / El Peruano)

La historia del perro sin pelo del Perú es tan antigua como las primeras civilizaciones que habitaron la costa norte del país. Culturas como la Moche, la Chavín, la Chimú y la Vicús plasmaron su silueta estilizada en huacos, cerámicas funerarias y relieves, revelando el profundo respeto que sentían por estos animales.

A diferencia de otras razas caninas que surgieron por cruzamientos modernos, el viringo pertenece al grupo de perros primitivos, lo que significa que conserva gran parte de sus características originales desde hace milenios. Su cuerpo cálido, delgado y sin pelo fue valorado por su capacidad terapéutica; muchas culturas lo usaban como “remedio viviente” contra dolores óseos y enfermedades articulares debido a su elevada temperatura corporal.

Durante la conquista española, el perro sin pelo estuvo al borde de desaparecer. Su aspecto poco convencional y su vinculación con prácticas rituales hizo que fuera visto como un animal “pagano”, y muchos ejemplares fueron eliminados. Sin embargo, en las zonas rurales, principalmente en la costa norte y algunos valles andinos, los pobladores protegieron a estos canes, permitiendo que su linaje sobreviva hasta nuestros días.

40 años de reconocimiento oficial: del chusco al orgullo nacional

Perro sin pelo del Perú
Perro sin pelo del Perú o viringo. (Foto: Andina)

La historia del reconocimiento oficial de esta raza comienza formalmente en 1985, cuando la FCI lo incorpora a su lista como “Perro sin pelo del Perú”, clasificándolo en el grupo de razas primitivas. Este hecho marcó un antes y un después: el viringo pasó de ser estigmatizado como “perro chusco” a convertirse en un símbolo vivo de identidad peruana.

En 2001, el gobierno peruano dio un paso más al declararlo Patrimonio Cultural de la Nación, no solo por su valor biológico, sino por su enorme carga cultural. Desde entonces, se exige su presencia en sitios arqueológicos y museos, como parte del deber del Estado en la protección de la memoria nacional. Museos como el Larco o las huacas de la costa norte albergan representaciones cerámicas y en vivo de este animal emblemático.

Actualmente, existen tres tallas reconocidas del perro peruano sin pelo: pequeña (25-40 cm), mediana (41-50 cm) y grande (51-65 cm). Su color puede variar entre el negro, marrón, gris y hasta rosado moteado, y si bien carece de pelo, puede presentar algunos mechones en la cabeza, cola o patas.

A pesar de su apariencia inusual, es un animal de carácter noble, afectuoso e inteligente. Los especialistas señalan que el viringo es extremadamente leal, aunque también muy intuitivo y sensible, por lo que requiere una crianza responsable, con afecto y socialización adecuada.

En la actualidad, miles de familias peruanas lo consideran parte de su hogar. Más allá de su origen ceremonial, hoy este can ancestral vive en departamentos, casas y hasta en zonas rurales, compartiendo la vida cotidiana con niños, adultos mayores y jóvenes que ven en él una conexión directa con el pasado prehispánico del país.

Este 12 de junio, al cumplirse cuatro décadas desde su reconocimiento oficial, el perro peruano sin pelo nos recuerda que la historia, el amor y la resistencia también pueden tener forma de mascota con todo el orgullo del Perú en su mirada.