Ollantaytambo alcanza la máxima distinción turística del Perú tras 14 años: Mincetur lo reconoce con Jerarquía 4

El emblemático distrito del Valle Sagrado se convierte así en el segundo destino cusqueño en alcanzar esta distinción, sumándose a Machu Picchu, que fue clasificado en 2011

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Ollantaytambo, uno de los sitios
Ollantaytambo, uno de los sitios arqueológicos más importantes del país. Foto: PeruRail

A las faldas de los Andes, donde las piedras guardan rastros de antiguas civilizaciones y el aire sigue cargado de historia, Ollantaytambo emerge nuevamente con una distinción que no se otorgaba en la región desde más de una década atrás. Aunque su valor arqueológico y cultural nunca pasó desapercibido, ahora cuenta con un respaldo oficial: el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) lo ha incluido dentro de la Jerarquía 4, el nivel más alto que puede recibir un recurso turístico en el Perú.

Con esta decisión, Ollantaytambo se convierte en el segundo destino cusqueño en recibir esta clasificación, luego de que Machu Picchu fuera reconocido en 2011. La resolución ministerial marca un nuevo capítulo para este pueblo que, desde hace siglos, es punto de tránsito, encuentro y resistencia.

El reconocimiento no se construyó en el vacío. Durante los últimos meses, el Gobierno Regional del Cusco, a través de la Gerencia Regional de Comercio Exterior, Turismo y Artesanía (GERCETUR), presentó un expediente técnico que fue valorado por el Mincetur con base en criterios de atractivo, accesibilidad, infraestructura y sostenibilidad. La distinción quedó formalizada mediante la Resolución Ministerial N.° 027-2025-MINCETUR/VMT.

Una clasificación con impacto nacional

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Ollantaytambo considerado como uno de los mejores sitios para visitar. Foto: Andina

La Jerarquía 4, según el Mincetur, se reserva para destinos con capacidad de atraer visitantes internacionales y generar flujos turísticos sostenidos en el tiempo. Solo aquellos lugares que logran posicionarse como referentes de excelencia pueden aspirar a esa categoría.

“La Jerarquía 4 implica mayor prestigio, atracción de inversiones, desarrollo de infraestructura y medidas para la conservación del recurso”, explicó el ministerio en un comunicado. Esto significa que Ollantaytambo no solo suma un título, sino que se incorpora a una estrategia nacional de competitividad y proyección turística.

Este nivel de clasificación también exige que el recurso tenga un entorno preparado para responder al crecimiento de visitantes. Entre los factores que se evaluaron se encuentran la calidad del acceso, los servicios turísticos disponibles, la señalización, el impacto ambiental y la integración con las comunidades locales.

Ollantaytambo no es un destino reciente. Desde hace décadas forma parte del circuito turístico del Valle Sagrado de los Incas, y ha sido escenario de investigaciones arqueológicas, desarrollo hotelero y experiencias de turismo vivencial. Sin embargo, con esta distinción, se introduce a una nueva dimensión de visibilidad y exigencia.

“Este reconocimiento reafirma el valor histórico, cultural y paisajístico de Ollantaytambo”, sostuvo GERCETUR a través de sus canales oficiales. De acuerdo con la entidad, la clasificación no solo responde al pasado del lugar, sino también al potencial que ofrece para el desarrollo sostenible.

En esa misma línea, la municipalidad del distrito expresó que esta categoría contribuirá a consolidar el crecimiento económico local y fortalecerá la identidad cultural.

Beneficios para la población y desafíos futuros

Ollantaytambo, el valle de los
Ollantaytambo, el valle de los Incas. (foto: Howlanders)

Uno de los principales efectos de esta clasificación es la proyección de beneficios para los habitantes del distrito. Las autoridades regionales señalaron que se prevé una dinamización de la economía local, así como mejoras en la calidad de vida. Entre los beneficios directos, destacaron la generación de empleo y la posibilidad de atraer inversión privada en sectores como hotelería, gastronomía y servicios.

Al mismo tiempo, se abre una etapa de mayores responsabilidades. La conservación del entorno natural y arqueológico será clave para mantener la categoría. Según el Mincetur, la distinción Jerarquía 4 no es permanente y está sujeta a revisiones que evalúan el cumplimiento de los compromisos asumidos.

También se espera una articulación más intensa entre las autoridades locales, operadores turísticos y la población. El desarrollo de nueva infraestructura, la capacitación de prestadores de servicios y la gestión de residuos son temas que, según los lineamientos del ministerio, deben estar en la agenda inmediata.

El reconocimiento sitúa a Ollantaytambo como un nodo clave dentro del corredor turístico del Cusco. Su ubicación en el Valle Sagrado, su acceso por tren hacia Machupicchu y su conexión con rutas alternas lo convierten en una pieza central para el turismo cultural y vivencial.

Además, su patrimonio incluye una de las pocas ciudades vivas de origen inca, con arquitectura original que todavía sostiene dinámicas cotidianas. “Ollantaytambo es una joya en plena actividad, no es solo un sitio arqueológico, es una comunidad con historia que vive y se proyecta al mundo”, declaró un especialista consultado por la GERCETUR.

La Jerarquía 4 otorga al pueblo una nueva herramienta para negociar recursos, exigir apoyo técnico y formar parte de políticas nacionales de turismo con mayores márgenes de acción. El reto será mantener el equilibrio entre el crecimiento económico y la preservación cultural.