Orgullo peruano: dos niñas destacan entre miles en concurso internacional de cuentos inspirado en Gabriel García Márquez

Samira Huamán y Scarleth Cortez destacaron entre más de 2.000 niñas y niños de 21 países participaron en certamen “Macondo sí tiene quien le escriba”, que premia a jóvenes escritores de Iberoamérica

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(Video: USMPTV)

Desde los cielos grises de Lima hasta las montañas de Cajamarca, dos niñas peruanas han logrado lo que miles soñaron: ser reconocidas como escritoras en uno de los certámenes literarios infantiles más importantes de Iberoamérica. Samira Huamán Padilla, de 13 años, y Scarleth Cortez Álvarez, de 14, fueron seleccionadas entre los 20 ganadores del concurso “Macondo sí tiene quien le escriba”, organizado por la Fundación Gabo, la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).

Como parte del reconocimiento, las niñas disfrutaron de una enriquecedora experiencia cultural en el Caribe colombiano, recorriendo los escenarios que marcaron la vida y obra de Gabriel García Márquez. El viaje incluyó visitas a ciudades clave como Santa Marta, Barranquilla, Cartagena de Indias y Aracataca, el pueblo natal del Nobel, donde pudieron conectarse de manera profunda con su legado literario.

Más de 2.000 niñas y niños de 21 países participaron en esta convocatoria que celebra la escritura, el talento infantil, la identidad y el orgullo de lo que somos. Inspirados en el legado de Gabriel García Márquez, los relatos invitan a la exploración de las raíces culturales a través de la imaginación. En este mar de historias, dos voces peruanas lograron destacar con fuerza y sensibilidad.

Samira Huamán: el cielo gris de Lima convertido en literatura

Foto: USMP
Foto: USMP

Desde el distrito de La Molina, Samira Huamán, estudiante del Colegio Recoleta, deslumbró al jurado con su cuento “La Asnu Wiksa”, que en quechua significa “panza de burro”, en alusión al cielo limeño. Una historia donde ciencia, memoria e identidad se entrelazan.

“Hace cinco años gané una beca de ciencias y mi proyecto final se trataba sobre el cielo. Bueno, se llamaba ‘El cielo gris del lado azul’. Y se trataba de por qué Lima tenía un cielo gris. Entonces por eso mi relato se llama ‘La Asnu Wiksa’, que significa ‘panza de burro’, que es como se le conoce a Lima”, contó Samira con seguridad y dulzura.

Detrás de su pasión por escribir, está el constante apoyo familiar. Su madre, Liliana Padilla, recuerda cómo desde pequeña, Samira mostraba un amor inusual por las letras. “Bueno, a ella siempre le ha gustado leer los cuentos, imaginarse situaciones que se podían dar en cada historia, en cada viaje que ella hacía. Entonces eso le motivaba a escribir siempre, a contar todo lo que le había pasado. Eso creo que le ayudó bastante a ella, y nosotros como padres siempre le hemos apoyado en todo”.

Samira también pinta acuarelas y practica judo, una combinación que ha nutrido su mirada del mundo. Gracias a este logro, viajó a Colombia para recorrer los pasos de García Márquez en Aracataca, Barranquilla y Cartagena, una experiencia que marcó su vida. “Conocer los lugares que marcaron a Gabriel García Márquez... Macondo sí tiene quien le escriba: somos nosotros, los niños de la primera y segunda edición”.

Scarleth Cortez: literatura y memoria desde Cajamarca

Foto: USMP
Foto: USMP

Desde Celendín (Cajamarca), la joven Scarleth Cortez, estudiante del Colegio San José de Sucre, conquistó al jurado con “El ajedrez mágico de Kaori”, un relato que mezcla fantasía y homenaje al escritor peruano José María Arguedas.

“En sí, me inspiró mi profesor de comunicación de mi institución educativa. Mi cuento surgió de una biblioteca, y había ahí un ajedrez. Entonces la idea fue de que el ajedrez transportara a una niña al lugar de los tiempos de José María Arguedas”, explicó Scarleth con naturalidad.

El acompañamiento de su madre, Dina Álvarez, fue clave en su proceso creativo. “Porque mi niña desde muy pequeñita le gustaba contar relatos, pero no había esa oportunidad de esos concursos. Entonces, gracias a esa inscripción que le hicieron en el colegio, desde ahí ya me dijo ‘mamá, quiero escribir’, y yo le dije: ‘ya, está bien, te voy a apoyar’”.

Con madurez y sensibilidad, deja un mensaje claro a otros niños que, como ella, sueñan con escribir. “Yo les digo que sigan sus sueños. Les recomiendo, porque al no seguirlos te desanimarías mucho al ver que muchos niños salen adelante con sus cuentos. Y piensas que tú no puedes, pero todos podemos en esta vida, porque mira, oportunidades hay muchas, pero solamente hay una vida”.