Defensoría del Pueblo detecta fallas en nuevo aeropuerto Jorge Chávez tras inicio de operaciones

El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima inició este domingo 1 de junio una nueva era en la historia de la aviación peruana. A las 8:00 a.m. se abrieron por primera vez las puertas del flamante terminal de pasajeros, una infraestructura moderna que reemplaza al antiguo terminal ubicado en la avenida Elmer Faucett.

El cierre del viejo Jorge Chávez, símbolo del transporte aéreo durante seis décadas, se vivió con emoción durante la madrugada. Entre abrazos, lágrimas y el traslado de equipos, personal y documentos, se concretó la migración operativa hacia el nuevo edificio de 270 mil metros cuadrados, diseñado para atender hasta 40 millones de pasajeros al año.

Sin embargo, en paralelo a este hito, la Defensoría del Pueblo realizó una visita de supervisión al nuevo aeropuerto y detectó una serie de deficiencias que podrían afectar la atención a los usuarios.

Uno de los principales problemas advertidos por la Defensoría fue la limitada capacidad vial de ingreso y salida. Actualmente, el acceso al nuevo terminal desde la avenida Morales Duárez se realiza únicamente por dos puentes modulares sobre el río Rímac, cada uno con solo dos carriles.

Esta situación, según advirtieron los funcionarios, podría generar congestión vehicular durante las horas pico, afectando el ingreso fluido de pasajeros, trabajadores y vehículos de emergencia.

Durante su recorrido por el interior del nuevo terminal, los representantes de la Defensoría también constataron fallas en servicios esenciales. Se reportó la falta de agua en algunos servicios higiénicos y bebederos, el funcionamiento intermitente de ciertos ascensores y una ubicación inadecuada de estructuras metálicas como separadores de cinta, que obstaculizan el paso.

Asimismo, observaron que la señalización aún es insuficiente y que no todos los puntos del aeropuerto cuentan con orientadores o personal capacitado para brindar apoyo a los usuarios.

Otro aspecto preocupante fue la ausencia de una comisaría policial en las nuevas instalaciones. Aunque se identificó la presencia de agentes de la Policía Nacional patrullando a pie, la infraestructura de seguridad sigue ubicada en el antiguo terminal. En el nuevo, solo existe un módulo temporal.

“Nos llama la atención que no haya una sede formal de la PNP dentro del nuevo aeropuerto. En una infraestructura de esta magnitud, la presencia policial permanente y bien equipada es fundamental”, señaló un funcionario durante la supervisión.

La Defensoría del Pueblo anunció que elaborará un informe con todas las observaciones realizadas y lo enviará a Lima Airport Partners (LAP), empresa a cargo de la operación del aeropuerto. El objetivo es que estas falencias se corrijan en el menor tiempo posible.

“Buscamos contribuir a la mejora del servicio para que no se ponga en riesgo a ningún ciudadano. Estas observaciones se han hecho con la intención de proteger los derechos de los pasajeros y garantizar condiciones adecuadas de seguridad, accesibilidad y atención”, indicaron.

La puesta en funcionamiento del nuevo Jorge Chávez forma parte de un megaproyecto de modernización que incluyó la construcción de una nueva torre de control, una segunda pista de aterrizaje y el nuevo terminal de pasajeros.

Durante la madrugada del 1 de junio se realizó un apagón aeronáutico de 12 horas —entre la 1:00 a.m. y la 1:00 p.m.— para permitir la migración de sistemas, personal y equipamiento. Con el inicio de operaciones, todas las llegadas y salidas nacionales e internacionales ahora se realizan exclusivamente desde el nuevo edificio.

El terminal ofrece mejoras sustanciales, como mayores espacios de espera, zonas de coworking, nuevas salas VIP, mejores áreas de comida y tecnología de punta para facilitar procesos migratorios y de embarque. A pesar de ello, las observaciones de la Defensoría dejan claro que aún hay retos importantes que deberán ser resueltos durante esta etapa de implementación.