Fátima Sotomayor y Daniela Cabrera confirman el fin de ‘Misias pero viajeras’: “Ya no somos las mismas”

El canal de YouTube Misias pero viajeras, uno de los proyectos digitales más populares del Perú, anunció su cierre definitivo después de nueve años de compartir contenido sobre viajes económicos. En un emotivo video titulado “Un mensaje importante”, sus creadoras, Fátima Sotomayor y Daniela Cabrera, confirmaron lo que muchos seguidores sospechaban desde hace meses: el fin de una era.

Durante casi una década, Fátima Sotomayor y Daniela Cabrera enseñaron que viajar no es un lujo reservado para unos pocos. Con más de 400 videos, millones de visualizaciones y una comunidad fiel, las youtubers rompieron mitos y mostraron que con creatividad y planificación, es posible conocer el mundo sin gastar demasiado.

Tras cinco meses sin publicar juntas, crecieron los rumores: ¿había una pelea? ¿Su amistad se había roto? ¿El canal estaba abandonado? La respuesta llegó este 30 de mayo con sinceridad y lágrimas.

“Misias pero viajeras ha sido nuestro primer proyecto, que sin querer queriendo se nos salió de las manos”, dijo Daniela Cabrera, visiblemente conmovida. “Pasaron nueve años y simplemente creo que es un capítulo que ha llegado a su fin”.

Fátima Sotomayor, por su parte, confesó que no fue una decisión fácil. “Nos ha tomado dos años y medio, pero lo estuvimos alargando porque Misias pero viajeras nos ha costado tanto trabajo, que es difícil ponerle pausa a algo que amas”.

A lo largo del video, las youtubers contaron cómo el trabajo constante las convirtió casi en una sola persona. “Éramos como gemelas, nos leíamos la mente, a veces hasta nos vestíamos igual”, recordó Fátima Sotomayor. Pero esa fusión, que resultó útil para crear contenido, comenzó a dejarles pocas oportunidades para descubrir quiénes eran por separado.

“Llegó un punto en el que me preguntaba: ¿qué me gusta a mí? ¿Quién soy?”, reflexionó Daniela. “Estábamos tan enfocadas en el proyecto, que dejamos de explorar nuestra individualidad”.

Ese proceso, explicaron, fue duro, confuso, pero también liberador. Reconocieron que habían sacrificado amistades, familia y vida personal en nombre del canal. “Misias pero viajeras ha sido la mejor escuela”, resumió Fátima. “Pero también nos costó darnos cuenta de que debíamos separarnos para poder seguir creciendo”.

Aunque Misias pero viajeras llega a su fin, ambas están lejos de desaparecer de la escena digital. Daniela Cabrera anunció que quiere enfocarse en contenido más periodístico y documental, abordando grandes preguntas sociales y culturales que surgen en sus viajes.

También prepara grupos de viaje organizados por Perú, mientras planea pasar un año en Lima para estar cerca de su familia. “Estoy lista para mi nueva faceta de comunicadora”, señaló.

Fátima Sotomayor, en tanto, continuará vinculada a los viajes, pero desde una perspectiva más personal. Quiere crear contenido que mezcle cultura, historia y análisis de negocios locales. “Yo soy administradora y siempre me ha gustado hablar sobre eso”.

Planea, además, lanzar experiencias de turismo comunitario, empezando por viajes grupales en la selva peruana, una región con la que tiene un fuerte vínculo emocional.

Fátima Sotomayor y Daniela Cabrera cerraron el último capítulo de Misias pero viajeras con un mensaje cargado de gratitud hacia su comunidad. En su video de despedida, ambas dedicaron palabras emotivas a quienes hicieron posible el crecimiento del canal, desde los primeros seguidores de sus memes en Facebook hasta los miles que les abrieron las puertas en distintos rincones del mundo.

“Sin todas estas personas y, sobre todo, sin ustedes que nos ven detrás de las pantallas, esto nunca hubiese sido realidad”, dijo Fátima, resaltando que el proyecto fue construido no solo con esfuerzo, sino también con el respaldo de una comunidad comprometida.

Daniela, por su parte, lo resumió como “el mejor viaje” de sus vidas. “Gracias por confiar en estas dos locas tacañas que empezaron haciendo memes y terminaron dedicando nueve años a enseñar cómo viajar barato”, expresó. Ambas coincidieron en que el cariño recibido y el respeto por su espacio personal fueron fundamentales para mantener la autenticidad del proyecto.