Enfermedades raras o huérfanas: estos son los 4 tipos de esclerosis múltiple

Comprender el tipo de esclerosis múltiple que padece una persona es clave para definir el tratamiento más adecuado y predecir la evolución de la enfermedad

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La esclerosis múltiple se produce
La esclerosis múltiple se produce porque el sistema inmunológico ataca por error la mielina, provocando daño neurológico (Fundació Esclerosi Múltiple)

Cada 30 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, una fecha que busca crear conciencia sobre esta enfermedad neurológica que, aunque poco conocida, afecta a millones de personas en todo el mundo. En el Perú, la esclerosis múltiple (EM) está catalogada como una enfermedad rara o huérfana (ERH), ya que su prevalencia es baja en comparación con otros trastornos. Sin embargo, según datos del Ministerio de Salud (Minsa), se estima que hay más de 500 personas diagnosticadas con EM en el país, aunque muchos casos podrían estar subdiagnosticados por falta de información y acceso a especialistas.

El Seguro Social de Salud (EsSalud) también ha señalado que las enfermedades raras representan un reto para el sistema de salud, no solo por su baja frecuencia, sino también por el alto costo de sus tratamientos y la complejidad de su diagnóstico. Por ello, esta fecha conmemorativa es una oportunidad para conocer más sobre la esclerosis múltiple, especialmente sobre los cuatro tipos diferentes que existen, cómo se detecta y cuál es el tratamiento que ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Los 4 tipos de esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune y crónica del sistema nervioso central que afecta el cerebro y la médula espinal. Se produce porque el sistema inmunológico ataca por error la mielina, una sustancia que recubre las fibras nerviosas, provocando inflamación, daño neurológico y una amplia variedad de síntomas, como fatiga, problemas de visión, dificultad para caminar, y trastornos del equilibrio o la coordinación.

Los medicamentos modificadores del curso
Los medicamentos modificadores del curso de la enfermedad reducen la frecuencia de recaídas y ralentizan la progresión (Europa Press)

Existen cuatro tipos principales de esclerosis múltiple, cada uno con características clínicas distintas:

  1. Esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR): es el tipo más común (aproximadamente el 85% de los casos). Se caracteriza por brotes o recaídas seguidas de períodos de remisión parcial o total. Durante las recaídas, los síntomas empeoran y luego mejoran en la remisión.
  2. Esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP): surge como una evolución de la EMRR. En esta fase, los síntomas comienzan a empeorar progresivamente, con o sin recaídas claras. No hay una recuperación completa entre los episodios, y el deterioro neurológico se vuelve más constante.
  3. Esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP): representa alrededor del 10-15% de los casos. Desde el inicio, hay una progresión continua de los síntomas sin recaídas ni remisiones evidentes. Suele presentarse en personas de mayor edad al momento del diagnóstico.
  4. Esclerosis múltiple progresiva recurrente (EMPR): es el tipo más raro. Combina una progresión constante desde el comienzo con recaídas agudas ocasionales. La recuperación entre recaídas es parcial, y el deterioro neurológico es constante.

Comprender el tipo de esclerosis múltiple que padece una persona es clave para definir el tratamiento más adecuado y predecir la evolución de la enfermedad.

¿Cómo se detecta la esclerosis múltiple?

El diagnóstico de la esclerosis múltiple no es sencillo, ya que sus síntomas pueden confundirse con otras enfermedades neurológicas. El proceso suele incluir:

  • Historia clínica detallada: el neurólogo evalúa los síntomas, antecedentes personales y familiares.
  • Resonancia magnética cerebral y medular: para detectar lesiones en el sistema nervioso central compatibles con EM.
  • Punción lumbar: permite analizar el líquido cefalorraquídeo en busca de signos de inflamación o actividad inmunológica anormal.
  • Pruebas neurológicas: evalúan funciones motoras, visuales y cognitivas.
La rehabilitación física mejora la
La rehabilitación física mejora la movilidad, el equilibrio y la autonomía del paciente (Fisiostreet)

Según EsSalud, un diagnóstico temprano permite iniciar tratamiento en fases iniciales y mejorar el pronóstico a largo plazo. Sin embargo, en el Perú, el acceso al diagnóstico aún enfrenta barreras como la escasez de especialistas en neurología y el alto costo de las pruebas.

Tratamiento para la esclerosis múltiple

Aunque la esclerosis múltiple no tiene cura, existen tratamientos que pueden modificar el curso de la enfermedad, aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Estos incluyen:

  • Medicamentos modificadores del curso de la enfermedad: como interferones beta, acetato de glatiramero, fingolimod, ocrelizumab, entre otros. Reducen la frecuencia de recaídas y ralentizan la progresión.
  • Tratamientos para las recaídas: corticoides como la metilprednisolona ayudan a reducir la inflamación durante un brote agudo.
  • Terapias sintomáticas: dirigidas a controlar problemas específicos como espasticidad, fatiga o dolor.
  • Rehabilitación física y ocupacional: mejora la movilidad, el equilibrio y la autonomía del paciente.
  • Apoyo psicológico y nutricional: es fundamental para manejar el impacto emocional y social de la enfermedad.