Agustín Mishaja, líder y defensor de la amazonía peruana, permanece hospitalizado en estado crítico en Madre de Dios

Las alarmas se han encendido en la región Madre de Dios debido al estado de salud crítico de Don Agustín Mishaja, aclamado protagonista del documental ‘Candamo: La última selva sin hombres’. A sus 78 años, Mishaja fue hospitalizado de emergencia en el Hospital Santa Rosa de Puerto Maldonado tras contraer una severa infección en su comunidad, Infierno, del pueblo Ese Eja.

Agustín Mishaja, figura clave en la promoción y preservación de la cultura amazónica, aún no muestra signos de mejora, y se requiere con urgencia su transferencia a un hospital de mayor complejidad. La situación es crítica; su vida depende de una intervención médica adecuada y rápida.

Su familia, junto con Parvel Martiarena, han hecho un llamado a instituciones y personas que han reconocido su legado para que ofrezcan su apoyo en estos momentos difíciles. Para consultas o ayudas, han dispuesto el contacto con Mirian Rojas al número +51 974 551 895.

Este llamado busca movilizar esfuerzos para salvar a un hombre que ha dado tanto a su comunidad y al conocimiento de la Amazonía.

Don Agustín Mishaja es una figura destacada de la región de Madre de Dios en Perú, conocido no solo por su habilidad y conocimiento como cazador, pescador y agricultor en las selvas, sino también por su papel como divulgador y defensor de la cultura amazónica. Desde niño, creció enfrentando los desafíos de la selva en un sector llamado La Torre, en las orillas del río Chuncho, aprendiendo de sus padres a cazar con arco y flecha, pescar y realizar labores agrícolas. Esta formación en la naturaleza le permitió convertirse en un conocedor profundo de su entorno y de los recursos naturales disponibles.

Agustín ha dedicado su vida adulta a elaborar remedios naturales, utilizando plantas como el chuchuhuasi, uña de gato, y clavo huasca, entre otros. Su amor por la naturaleza y la tradición también lo llevó a protagonizar el documental ‘Candamo: la última selva sin hombres’, dirigido por Daniel Winitzky. En este trabajo es descrito como líder, pescador, agricultor, navegante y filósofo, características que reflejan su versatilidad y sabiduría. El documental, emitido en 1998, reveló al mundo la riqueza natural del Candamo y Tambopata, áreas hasta entonces poco conocidas.

Su conexión con la selva lo llevó a colaborar en proyectos de ecoturismo que buscan preservar el entorno natural y ofrecer a los visitantes una experiencia auténtica. Esto se ha materializado en su apoyo a Rainforest Expeditions, una empresa de ecoturismo que gestiona varios albergues en la región, como Posada Amazonas, en colaboración con la Comunidad Nativa Ese Eja de Infierno. Gracias a estos esfuerzos, los bosques del Tambopata han sido protegidos de la destrucción y se mantienen como un reservorio de biodiversidad.

Agustín Mishaja no solo defiende el patrimonio natural, sino que también contribuye al mantenimiento de las tradiciones culturales de su pueblo. Ha sido un pilar en la promoción del bienestar comunitario, utilizando sus conocimientos ancestrales para enseñar a las nuevas generaciones sobre la importancia de la conservación y la cultura.

“Candamo: La última selva sin hombres” es un documental que destaca la riqueza natural y cultural de una de las regiones menos exploradas de la Amazonía peruana. Dirigido por el cineasta Daniel Winitzky, la producción fue lanzada en 1998 y trajo al primer plano las maravillas de lugares como el Candamo y Tambopata, que hasta entonces eran prácticamente desconocidos para muchos peruanos.

El documental tiene como protagonista a Agustín Mishaja, a quien se presenta como un líder sagaz, conocido por su profunda conexión con la selva. Se le describe como pescador, agricultor, navegante, y filósofo, todo esto bajo la herencia de un linaje de guerreros ancestrales. La película no solo muestra la majestuosidad de los paisajes y la biodiversidad de la región, sino también expone la vida diaria y el saber ancestral de Mishaja y su comunidad.

La realización de “Candamo” fue significativa porque permitió que una audiencia global conociera la importancia de preservar estos ecosistemas únicos. Además, el filme resalta el papel de los pueblos indígenas en la conservación de sus tierras, mostrando cómo viven en armonía con el entorno natural y cómo estos territorios han sido protegidos frente a amenazas externas.