Pidieron S/10.000 por falso secuestro: pistas clave que llevaron a hallar el cuerpo del músico desaparecido en SJL

José Luis Rodríguez Romero tenía 33 años, era músico de la banda de la Municipalidad de Chosica y, en sus tiempos libres, participaba como voluntario en su iglesia. Desapareció el miércoles 22 de mayo tras reunirse con un amigo al que conoció por redes sociales. Ocho días después, fue hallado sin vida, con el cuerpo cercenado, cerca de la vivienda de ese mismo conocido, en el asentamiento humano José Carlos Mariátegui, en San Juan de Lurigancho.

La última noche que se supo de él fue cuando se dirigió a la casa de Jean Francisco Soplapuco Chuque, en el sector El Peñón. Allí, según los testimonios recogidos por su familia, ambos compartieron bebidas alcohólicas. “Él manda desde su celular una foto de un whisky y están en la casa de él”, relató Luz Rodríguez, hermana de la víctima, en declaraciones al noticiero de Latina. Esa imagen, enviada por WhatsApp, sería clave días después para la ubicación del cuerpo.

La angustia de los familiares de José Luis creció cuando empezaron a recibir mensajes desde su celular. El contenido era alarmante: alguien que se hacía pasar por él les pedía dinero a cambio de su “liberación”. “El día jueves me llamaron pidiéndome diez mil soles, se hacían pasar por él”, contó la hermana.

Ese intento de extorsión, sumado al silencio prolongado, llevó a la familia a intensificar la búsqueda por hospitales y comisarías. Sin embargo, no había rastro del músico.

Fue la imagen enviada por el propio José Luis la noche de su desaparición la que permitió ubicar el lugar exacto donde fue visto por última vez. En ella se le ve con una botella de whisky, al interior de la vivienda de Jean Francisco Soplapuco. Con esa evidencia, la Policía de Investigación Criminal de Chosica (Depincri) acudió a la casa del sospechoso.

Durante los primeros interrogatorios, Soplapuco negó haber visto al músico recientemente. “Primero me negó todo, luego yo lo enfrenté y le dije. Él aceptó. Me dijo que había mentido porque estaba nervioso”, relató Luz Rodríguez.

Poco después, el personal de la Depincri notó algo inusual en el frontis de la vivienda: manchas que parecían ser de sangre. Ante las sospechas, los agentes continuaron inspeccionando los alrededores.

Mientras se realizaban diligencias en el inmueble del detenido, los efectivos descendieron por un muro de contención ubicado detrás de la vivienda. Allí detectaron un fuerte olor fétido, presencia de insectos y rastros que hacían pensar en el arrastre de un cuerpo. La escena era difícil de acceder, pero el rastro era claro. “Por las características y el olor fétido, y la presencia de insectos, nos da mayor certeza de que existía un cadáver ahí”, indicó uno de los investigadores.

La hipótesis preliminar es que el cuerpo fue trasladado por la parte posterior de la casa, una zona que conecta con una avenida descendente. “El inmueble, en el frontis, da con una avenida, y en la parte posterior con otra, que es descendente, de tres pisos. Entonces, al parecer, lo hayan trasladado por esa puerta posterior”, comentó el agente, que no descartó que una sola persona haya podido mover el cuerpo debido a la pérdida de rigidez y peso tras la muerte.

El cuerpo fue finalmente recuperado por el equipo de rescate de la Policía Nacional, en presencia del fiscal de turno. El proceso de levantamiento fue complicado debido al estado de descomposición y al difícil acceso del terreno.

Jean Francisco Soplapuco Chuque permanece detenido como principal sospechoso. La investigación ha sido asumida por la Depincri de Chosica, mientras el Ministerio Público determinará los delitos que se le imputarán. Por el momento, no se ha confirmado si actuó solo ni cuál fue el móvil del crimen.

La familia de José Luis exige justicia. “Él trabajaba en la banda de la Municipalidad de Chosica y también era voluntario en su iglesia. No se metía con nadie”, expresó su hermana, quien espera que el caso no quede impune.