Mujer que alimenta ardillas en parque de Surquillo es multada con S/ 2.600

Mery ha estado alimentando a las ardillas durante aproximadamente cuatro meses antes de recibir la multa, pero la sanción que recibió fue por alimentar palomas

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Mujer que alimenta ardillas en parque de Surquillo es multada con S/ 2.600

En el distrito de Surquillo, una vecina ha sido multada con 2.600 soles por alimentar a las ardillas en un parque local. La señora Mery, conocida por su apego hacia los animales, ha estado proporcionando alimento a las ardillas, gatos y perros en el área.

La multa fue impuesta bajo el argumento de que estaba alimentando a las palomas, aunque Mery insiste en que su intención nunca fue dar de comar a la aves. La situación ha generado una protesta entre los vecinos, quienes han expresado su disgusto con carteles que dicen “También tenemos hambre”, en apoyo a Mery y en defensa de los derechos de los animales.

Mery ha estado alimentando a las ardillas durante aproximadamente cuatro meses antes de recibir la multa. Ella explica que les ofrece pan de yema, un alimento que, según ella, las ardillas parecen disfrutar. Sin embargo, la ordenanza municipal de Surquillo prohíbe alimentar a las palomas, aunque no menciona específicamente a las ardillas, gatos o perros. Mery ha presentado un documento de reconsideración, pero su solicitud fue rechazada, dejándola en un estado de incertidumbre sobre los pasos a seguir.

La situación ha afectado emocionalmente a

Ardilla en parque de Lima
Ardilla en parque de Lima - Buenos Días Perú

Mery, quien se siente amedrentada por la municipalidad, según señaló al noticiero Buenos Días Perú. A pesar de su amor por los animales, ha reducido la cantidad de alimento que les proporciona debido al temor de recibir más sanciones. Mery, quien vive cerca del parque, describe cómo las ardillas se acercan a su ventana pidiendo comida, lo que le resulta difícil de ignorar.

Colectivo animalista pide apoyo

Además, el colectivo animalista del que Mery forma parte también ha enfrentado multas. Según el medio, este grupo ha rescatado a varios animales callejeros y ha intentado organizar eventos para recaudar fondos, pero fueron multados con 1.300 soles por utilizar un espacio público sin permiso. La representante del colectivo expresó su frustración, argumentando que la municipalidad debería apoyar estas iniciativas en lugar de sancionarlas, especialmente considerando la Ley ‘Cuatro Patas’, que obliga a las municipalidades a gestionar la sobrepoblación de animales callejeros.

Vecinos protestan en Surquillo
Vecinos protestan en Surquillo

Multas por alimentar a palomas y otros animales

En otros distritos de Lima, como Miraflores, San Isidro y Barranco, existen ordenanzas similares que prohíben alimentar a las palomas en espacios públicos, con multas que varían según el distrito. Estas medidas buscan mitigar los riesgos sanitarios asociados con las palomas, como las enfermedades transmitidas por sus excrementos. Sin embargo, la situación en Surquillo ha puesto de manifiesto la necesidad de un diálogo entre la municipalidad y los vecinos para encontrar soluciones que beneficien tanto a los animales como a la comunidad.

A pesar de las multas, los vecinos de Surquillo continúan abogando por un plan de acción para el cuidado de los animales en el distrito. Han solicitado reuniones con la alcaldesa para discutir posibles colaboraciones y el uso de presupuestos asignados para estas labores.

Ardillas en Lima

En Lima, las ardillas de nuca blanca, originarias del norte del Perú, se han integrado al paisaje urbano. Vistas en árboles y cableados, estas ardillas fueron introducidas en el pasado, quizás para controlar plagas. La población no ha parado de crecer y ha generado un debate sobre su impacto: algunos las consideran una adición pintoresca, mientras que otros las ven como un peligro por ser portadoras de enfermedades y dañar el entorno, como árboles y cableados.

La situación también tiene un cariz cultural. Muchas personas las alimentan, a pesar de las advertencias. El municipio de Lima intenta controlar la población, multando a quienes las alimenten. Esta práctica está arraigada, generando opiniones divididas. Algunos municipios aseguran tener control sobre la población, mientras que otros buscan reubicarlas para proteger el ecosistema urbano.