Estudiaba, trabajaba y soñaba en grande, pero un conductor ebrio le quitó la vida en Comas: La injusta muerte de Renzo

El 25 de mayo parecía un día normal para Renzo Jaime Aponte Espinoza y su familia. Con apenas 21 años, Renzo combinaba el estudio de Contabilidad con la responsabilidad de un pequeño negocio de zapatillas que había logrado consolidar en Lima. Ese día, como tantos otros, trabajó acomodando productos y preparando cada pedido, con la ilusión puesta en hacer crecer su emprendimiento.

Sin embargo, la tragedia se instaló en un instante. Tres horas después de compartir un almuerzo con su padre, Renzo estaba en la avenida Universitaria, en el distrito de Comas, esperando en un semáforo. Allí, fue impactado por una camioneta blanca cuyo conductor, según testigos, estaba bajo los efectos del alcohol. El choque no solo causó la muerte inmediata del joven motociclista, sino que desató un triple accidente que conmocionó a los vecinos y transeúntes.

Las autoridades reaccionaron rápidamente. El conductor identificado como William Nilton Alcántara Rementería, de 27 años, fue detenido tras confirmarse que tenía 2.02 gramos de alcohol por litro de sangre, más del doble del límite legal permitido. La Fiscalía de Tránsito de Lima Norte abrió una investigación preliminar contra él y su copiloto por el presunto delito de homicidio culposo agravado.

El fiscal Jorge Rodríguez Loarte dirigió el levantamiento del cuerpo y ordenó una serie de diligencias urgentes para esclarecer las circunstancias del accidente. Se solicitó la toma de declaraciones a los involucrados y testigos, la revisión de imágenes de cámaras de seguridad, así como los análisis de dosaje etílico, necropsia y peritajes en la escena del choque. Todo apunta a que la imprudencia y el alcohol fueron los causantes de esta tragedia.

Renzo no solo era un estudiante aplicado, sino también un joven emprendedor lleno de esperanza. Su negocio de zapatillas le daba la oportunidad de construir un futuro propio y, según su tía Elsa Aponte, hablaba con la convicción de quien sabe hacia dónde quiere ir. “Él decía ‘tía, voy a crecer, hasta yo puedo entrar al extranjero vendiendo. Mi sueño voy a cumplir’”, contó Elsa en declaraciones a Latina Noticias.

Apenas horas antes del accidente, Renzo y su padre estuvieron organizando la mercadería en el local. “Hemos almorzado juntos y tres horas más tarde me dicen que mi hijo está muerto”, relató el padre con el dolor y la impotencia de quien pierde a un hijo en circunstancias injustas, en diálogo con Buenos Días Perú.

Para la familia, Renzo era un ejemplo de esfuerzo: “Trabajaba y estudiaba. No tenía ni un vicio. Él estaba saliendo para una reunión con sus amigos. Justo ha llegado al semáforo, ha estado parado. Y este señor, como ha estado borracho, de lejos se ve en la cámara que viene chocando”, agregó Elsa.

La muerte de Renzo ha dejado un vacío irreparable en su familia. Entre lágrimas, su padre clamó por justicia y que no se permitan sobornos o arreglos que empañen el proceso judicial: “Le quitaron la vida a mi hijo. Me arrancharon de la mano. Tengo dos hijos y yo vivo en provincia. Por favor, quiero justicia.”

El llamado se extiende a las autoridades, pero también a la sociedad, para que se tomen medidas efectivas contra la conducción en estado de ebriedad, una conducta que continúa generando tragedias evitables en las calles de Lima.

El accidente en Comas no solo es una estadística más, sino la historia de un joven con planes, con sueños por cumplir, que vio interrumpida su vida por la irresponsabilidad de un conductor. La investigación continúa y la familia espera que se haga justicia, para que Renzo no sea solo un nombre más en las listas de víctimas, sino un recordatorio del costo humano que tiene la imprudencia al volante.