Alerta por extraño cambio de color en el Río Rímac: “Parece pintado de tinta negra”

La preocupante coloración del agua sorprendió a quienes pasaban por la zona, generando alarma y sospechas sobre un nuevo posible caso de contaminación

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(Video: Difusión)

En las últimas horas, vecinos y transeúntes de la capital han reportado un preocupante cambio en el color del río Rímac, cuya agua apareció teñida de un tono negro intenso en varios tramos. El hecho sorprendió a quienes pasaban por la zona, generando alarma y sospechas sobre un posible caso de contaminación.

En redes sociales, se viralizó el video de un ciudadano que exclamaba: “De nuevo, señores, el río parece pintado de tinta negra. Después de casi un año, el río otra vez aparece de tinta negra. Ya la gente se olvidó”.

El fenómeno fue registrado en distintos puntos cercanos al centro de Lima, aunque hasta el momento no se ha emitido un comunicado oficial sobre el origen de esta coloración anormal. El color oscuro del agua ha reavivado la preocupación de los limeños por la situación ambiental del río, especialmente considerando que esta no sería la primera vez que se presenta una alteración de este tipo.

ANA se pronuncia ante lo ocurrido

Composición: Infobae Perú
Composición: Infobae Perú

La Autoridad Nacional del Agua (ANA) se pronunció tras los reportes ciudadanos sobre la inusual coloración negra del río Rímac, que generó alarma en redes sociales. A través de un comunicado publicado en su cuenta oficial en la red social X (antes Twitter), la entidad informó que un equipo de especialistas se desplazó rápidamente hasta la zona afectada para realizar el monitoreo correspondiente y tomar muestras del agua superficial. Estas muestras serán analizadas para determinar la calidad del recurso hídrico y las posibles causas del cambio de color.

“Ante alerta por una coloración irregular en el río Rímac, especialistas de la ANA llegaron inmediatamente para tomar muestras de calidad del agua superficial, cuyos resultados permitirán la emisión de un informe técnico para elevarlo a las autoridades competentes.

Cabe destacar que las acciones de la Autoridad Nacional del Agua, en el marco de sus competencias institucionales para este tipo de situaciones, son la recabación de información y posterior elaboración de un informe técnico que se remite a las autoridades aliadas responsables”, se lee en el comunicado.

Según el pronunciamiento, las acciones de la ANA consisten principalmente en la recolección de información y la elaboración de un informe técnico.

Desagüe clandestino sigue contaminando el río Rímac frente al nuevo aeropuerto Jorge Chávez

A pasos de una de las obras más modernas del país, el olor a desagüe acompaña el tránsito de pasajeros. Una tubería clandestina lanza aguas servidas al río Rímac, en una zona donde las inspecciones no han generado sanciones ni soluciones. (Canal N)

A pocos metros del flamante terminal aéreo que promete modernizar el transporte internacional en el país, una escena completamente opuesta se mantiene inalterada: aguas servidas caen al río Rímac desde una tubería clandestina. El punto exacto se ubica en el Callao, donde una descarga de residuos domésticos fluye directamente hacia el cauce sin tratamiento alguno. El contraste entre la promesa de infraestructura de primer nivel y la persistente contaminación hídrica evidencia una alarmante falta de acción ambiental.

Según se informó, este foco de contaminación fue detectado por la Municipalidad del Callao durante una inspección en octubre de 2024, en la que se identificaron al menos tres conexiones ilegales. Sin embargo, el procedimiento no derivó en sanciones ni en obras que mitiguen el problema. A pesar de la gravedad del hallazgo, las aguas residuales siguen fluyendo hoy con total normalidad, mientras los pasajeros que llegan al país deben enfrentarse al olor a desagüe y al deterioro del río más importante de Lima.

Especialistas advierten que el Rímac abastece a millones de limeños y es fundamental para el riego y la generación eléctrica. Por eso, este tipo de vertimientos clandestinos no son solo un problema visual o sanitario, sino una amenaza directa a la seguridad hídrica de la capital. La falta de coordinación entre autoridades como la ANA, Sedapal y las municipalidades ha permitido que estas tuberías sigan operando sin control, contaminando una fuente vital de agua justo en la entrada del Perú.