Cuatro regiones del Perú en alerta naranja ante fenómenos meteorológicos “peligrosos”, según el Senamhi

El organismo adscrito al Ministerio del Ambiente (Minam) exhortó a la ciudadanía a tomar las precauciones necesarias

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Fuertes ráfagas de viento en
Fuertes ráfagas de viento en el territorio nacional.

El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrografía del Perú (Senamhi) emitió una nueva alerta naranja en varias regiones del país ante la posible presencia de fenómenos climatológicos considerados como “peligros”

Esto fue pronosticado en el aviso meteorológico N° 168, el cual tiene un periodo de vigencia de 61 horas: comenzaría a las 10 de la mañana del miércoles 21 y se estima que terminará cerca de la medianoche del viernes 23 de mayo.

Según se lee en su comunicado, son cuatro las regiones del territorio nacional que soportarían el incremento de la velocidad del viento, entre otros eventos naturales. Las zonas posiblemente afectadas se encuentran en: Amazonas, Cajamarca, Lambayeque y Piura.

“El Senamhi informa que, desde el miércoles 21 al viernes 23 de mayo, se presentará el incremento de la velocidad del viento, de moderada a fuerte intensidad, en la sierra norte. Además, se esperan ráfagas de viento con velocidades superiores a los 45 km/h”, se lee en el pronóstico del Senamhi.

De acuerdo al organismo adscrito al Ministerio del Ambiente (Minam), estos fenómenos catalogados como “peligrosos” se desarrollarían de la siguiente manera:

  • El miércoles 21 mayo se prevén vientos con velocidades próximas a los 35 km/h en la sierra norte.
  • El jueves 22 de mayo se prevén vientos con velocidades cercanas a los 40 km/h en la sierra norte.
  • El viernes 23 de mayo se prevén vientos con velocidades cercanas a los 35 km/h en la sierra norte.
Aviso del Senamhi.
Aviso del Senamhi.

¿Qué significa la alerta naranja?

Cuando el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrografía emite una alerta naranja, la entidad está advirtiendo sobre fenómenos meteorológicos peligrosos que podrían representar un riesgo considerable para la población y sus actividades cotidianas.

Este tipo de alerta ocupa un lugar intermedio en la escala de advertencias del Senamhi, empleada para comunicar el grado de peligrosidad de las condiciones meteorológicas pronosticadas.

La alerta naranja indica que se requiere de vigilancia y preparación adicionales. Ante esta situación, el Senamhi recomienda a la población mantenerse constantemente informada sobre el desarrollo de los acontecimientos meteorológicos, prestando especial atención a los informes y actualizaciones que emite la institución.

Es vital seguir las instrucciones y recomendaciones de las autoridades locales para minimizar los riesgos potenciales. Los fenómenos vinculados a una alerta naranja pueden incluir lluvias intensas, vientos fuertes o temperaturas extremas, provocando un impacto en la vida cotidiana e infraestructuras en diversas regiones.

Es crucial entender el sistema de clasificación de alertas del Senamhi, que consta de tres niveles: amarillo, naranja y rojo. La alerta amarilla representa el nivel más bajo, indicando que los fenómenos meteorológicos, aunque peligrosos, son relativamente comunes en la región. En estas condiciones, se aconseja a la población estar atenta y precavida al llevar a cabo actividades al aire libre.

Por otro lado, la alerta roja, el nivel de máxima alerta, se emite cuando se anticipan fenómenos de gran magnitud que podrían comprometer gravemente la seguridad de las personas. En este escenario, las autoridades insisten en la adopción de medidas de precaución extrema para salvaguardar vidas y propiedades.

Además de las acciones inmediatas, una alerta naranja también debería servir como un recordatorio para los ciudadanos y las autoridades sobre la importancia de la preparación a largo plazo frente a eventos meteorológicos adversos. La revisión de planes de evacuación, el fortalecimiento de infraestructuras críticas, y la educación comunitaria sobre cómo responder adecuadamente, son componentes esenciales de una estrategia eficaz de mitigación de desastres. Mediante una preparación adecuada y una respuesta coordinada, se pueden reducir significativamente los efectos negativos de los fenómenos meteorológicos adversos.