Museos ¿Tiempo detenido o memoria en disputa?

“Yo veo al futuro repetir el pasado, veo un museo de grandes novedades, y el tiempo no para”.

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Sala Independencia del Museo Nacional
Sala Independencia del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. (Foto: Andina)

Cada 18 de mayo, el Día Internacional de los Museos nos invita a reflexionar sobre el papel de estas instituciones en la sociedad. Aunque suelen asociarse con la preservación del pasado, los museos también son escenarios donde se construyen —y disputan— narrativas sobre nuestra identidad colectiva. Desde el célebre Museo del Louvre, a quien le debemos este día, creado tras la Revolución Francesa para democratizar el acceso al arte, hasta los museos peruanos que resguardan una herencia cultural milenaria, estos espacios han servido históricamente como vitrinas de relatos hegemónicos que muchas veces excluyen a las voces de quienes realmente protagonizan la historia.

Explorador y visionario, Brüning dejó
Explorador y visionario, Brüning dejó Alemania para registrar la memoria precolombina de los Andes peruanos. (Museo Arqueológico Nacional Brüning)

En el Perú, país de profundas desigualdades, pero de un patrimonio cultural y natural inigualable, los museos deben repensarse más allá de su función tradicional. Hoy tienen la responsabilidad de ser lugares críticos, de diálogo, de transformación y de amplificación de la diversidad de voces. No basta con conservar, investigar y difundir las colecciones; se necesita construir relatos plurales, donde las comunidades nativas, campesinas, urbano populares, afrodescendientes, LGTBIQ+ y otras voces históricamente marginadas, tengan un lugar activo en la curaduría y el discurso museográfico.

En el Museo Supremo, las
En el Museo Supremo, las exposiciones de arte popular invitan a los visitantes a sumergirse en las tradiciones del Perú, mientras disfrutan de un entorno único lleno de historia y creatividad. (Andina)

El reto es grande: dejar atrás los discursos lineales y elitistas para dar paso a museos que escuchen, cuestionen, aprendan y generen reflexión. Museos que no solo representen, sino que se interpelen, desde la construcción de su propio acervo e historia y de las narrativas que expresan. Que no solo expongan, sino que incorporen las voces de las comunidades vivas que les dan sentido y que, en el Perú, son portadoras de las historias que nos quieren contar desde su curaduría hegemónica. A veces romántica, a veces clasista y muchas veces centrada en la espectacularidad de los objetos que detentan poder.

Los museos también deben ser
Los museos también deben ser espacios de diálogo con el presente, donde se cuestionen discursos y se celebren nuevas voces.

Asimismo, este cambio debe ir acompañado de una gestión inclusiva y políticas de estado que las impulsen. En un país con barreras económicas, lingüísticas y geográficas tan marcadas, es urgente garantizar el acceso equitativo a estos espacios. No sólo para la visita, sino para la investigación y gestión social y educativa de las colecciones. Aunque hay iniciativas destacables, aún queda mucho por hacer para que todos los peruanos y peruanas hagan suyos estos espacios.

Los museos pueden y deben ser agentes de cambio. No como templos del pasado, sino como foros del presente, donde se cultive la memoria crítica y se fomente la justicia histórica. En tiempos de desinformación y polarización excluyente, su papel como espacios de educación y reflexión colectiva es más necesario que nunca.