Madres bajo el techo de cristal: el talento que el mundo laboral sigue dejando ir

Una reflexión sobre el sacrificio de las mujeres que deben elegir entre ser madres o seguir persiguiendo sus sueños profesionales. El futuro depende de cambiar esa realidad

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El sacrificio invisible: La decisión
El sacrificio invisible: La decisión difícil de elegir entre ser madre o seguir persiguiendo sueños profesionales. - Shutterstock

Mi madre fue la primera en su promoción tanto en el colegio como en la universidad. A pesar de tener un camino profesional prometedor, cuando nacimos mi hermana y yo, llegaron las presiones sociales, los mandatos no dichos, la autoexigencia, lo difícil de conciliar dos mundos que, posiblemente, en aquella época eran irreconciliables. Ella se vio enfrentada a una decisión que ningún hombre cercano a ella tuvo que considerar: ¿ser profesional o ser madre?

La dualidad de la maternidad:
La dualidad de la maternidad: El constante cuestionamiento de las mujeres sobre si pueden equilibrar ser madres y profesionales.

Décadas después, la pregunta sigue viva. Aún hoy, en el Perú y en muchos otros países, la maternidad representa un punto de inflexión profesional para millones de mujeres. Un estudio reciente revela que el 40% de las mujeres en América Latina abandona el mercado laboral tras convertirse en madre. En contraste, la paternidad no solo no interrumpe la carrera de los hombres, sino que, en algunos casos, la impulsa. A esto se le llama “penalización de la maternidad”.

Yo misma he sentido ese nudo en la garganta al volver al trabajo después de tener a mis hijos. ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Será suficiente el tiempo para mis hijos? ¿Estoy siendo suficiente madre? ¿Suficiente profesional? ¿Seré igual de productiva? Esa dualidad agota. Y no es una experiencia aislada: más del 80% de mi equipo está conformado por mujeres, la mayoría madres. En nuestras conversaciones, una y otra vez surge la misma confesión: “En algún momento me pregunté si podía seguir”, “Pensé que no podría ser la misma profesional de antes”, “Sentí culpa de ambos lados”.

El costo de la maternidad:
El costo de la maternidad: El impacto de la maternidad en la carrera laboral de las mujeres, un fenómeno conocido como "penalización de la maternidad".

Lo más paradójico es que, cuando las madres se quedan, muchas veces no solo sobreviven en el mundo laboral: brillan. Porque la maternidad afina habilidades poderosas de liderazgo —manejo de la incertidumbre, capacidad de escucha, sostener conversaciones desafiantes, la capacidad de tomar decisiones bajo presión— que el mundo laboral necesita con urgencia. Y, sin embargo, seguimos subrepresentadas en los espacios de poder. El techo de cristal existe, pero para las madres, a menudo también hay paredes de concreto.

Las políticas de maternidad aún van por detrás de la realidad. En el Perú, solo el 42% de las empresas cuentan con un sistema de soporte para licencias parentales equitativas o con esquemas de trabajo flexibles verdaderamente inclusivos. Muchas aún penalizan, explícita o implícitamente, las ausencias por cuidado o los horarios adaptados. A eso se suma la falta de redes de cuidado accesibles y de calidad, la constante evaluación bajo estándares de disponibilidad total y el rendimiento lineal, lo que convierte la conciliación en un privilegio de muy pocas.

Falta de apoyo institucional: Las
Falta de apoyo institucional: Las políticas de maternidad insuficientes en muchas empresas, lo que dificulta la conciliación entre trabajo y familia.

Romper este ciclo no es solo una cuestión de justicia social: es también una apuesta inteligente, que requiere acción. Cada vez que una mujer deja su carrera por falta de condiciones adecuadas, el mundo pierde innovación, liderazgo y talento. No se trata de elegir entre maternidad y desarrollo profesional. Se trata de crear entornos donde ambas puedan convivir, enriqueciéndose mutuamente. Construyendo culturas organizacionales en donde ser madre no reste, sino que sume.

Hoy, al recordar a mi madre, admiro su sacrificio. Y al mirar a las mujeres de mi equipo, a tantas mujeres que no renuncian a sus sueños ni a sus hijos, admiro su coraje. Pero no quiero que la admiración venga siempre con un dejo de injusticia. Quiero que llegue el día en que ser madre no implique cuestionarse si también se puede ser líder. Que el techo de cristal no tenga forma de cuna ni suene como una renuncia.

Ese día, el Día de la Madre será también un homenaje al futuro.

Algunos Datos Relevantes:

  • 24% de las mujeres deja su trabajo en el primer año tras el nacimiento de su primer hijo.
  • 17% no regresa después de cinco años.