
El derecho a obtener la ciudadanía italiana por descendencia se encuentra amparado por la legislación vigente del país, bajo el principio del iure sanguinis, es decir, “por derecho de sangre”. Según establece el Ministero degli Affari Esteri e della Cooperazione Internazionale (MAECI), cualquier persona puede solicitar la ciudadanía si logra demostrar su vínculo genealógico con un ancestro nacido en Italia, sin importar cuántas generaciones lo separen.
Este mecanismo ha permitido, desde hace décadas, que miles de latinoamericanos, especialmente en países como Argentina, Brasil y Uruguay, accedan a la nacionalidad italiana sin necesidad de residir previamente en Europa. A diferencia de otros esquemas migratorios que se basan en años de residencia o contratos laborales, el iure sanguinis se apoya exclusivamente en la línea de parentesco, lo que lo convierte en uno de los regímenes de naturalización más accesibles de la Unión Europea.
La normativa italiana no establece un límite generacional cuando se trata de la línea paterna, lo cual ha hecho posible que incluso tataranietos de inmigrantes italianos del siglo XIX puedan reclamar su derecho. No obstante, este beneficio no se transmite de manera automática: debe ser tramitado, justificado documentalmente y validado por el consulado correspondiente.
Apellidos que facilitan el trámite
Si bien el acceso a la ciudadanía italiana por iure sanguinis depende en última instancia de la presentación de documentación fehaciente, el Gobierno italiano otorga cierta prioridad administrativa a quienes porten apellidos vinculados históricamente a regiones específicas del país, tanto del norte como del sur. Esta política, no escrita como ley, pero reconocida por diversas sedes consulares, funciona como un atajo práctico en la verificación del linaje.
De acuerdo con información difundida por el MAECI, estos apellidos actúan como indicadores preliminares que permiten suponer un origen italiano, lo cual facilita la evaluación inicial del caso y acelera ciertos pasos dentro del proceso burocrático. Es decir, no otorgan automáticamente el pasaporte, pero reducen el margen de incertidumbre sobre el origen del solicitante.
El Consolato Generale d’Italia aclaró que el apellido puede agilizar el análisis del expediente, especialmente cuando coincide con registros regionales conservados en Italia. Sin embargo, el consulado enfatiza que el apellido es un indicador, pero lo indispensable es presentar los documentos que demuestren la continuidad del linaje. Sin actas de nacimiento, matrimonio y defunción, no progresará.
Esta distinción en el tratamiento responde también a la necesidad de gestionar grandes volúmenes de solicitudes en América Latina. Dado que muchos inmigrantes italianos del siglo XIX y principios del XX provenían de ciertas regiones —como Campania, Sicilia, Calabria o Veneto—, los consulados tienden a reconocer con mayor rapidez la legitimidad de peticiones que provienen de familias con apellidos documentadamente originarios de esas zonas.

Lista de apellidos con prioridad
Aunque no existe un listado oficial con valor jurídico en la legislación italiana, diversos consulados y fuentes diplomáticas han difundido conjuntos de apellidos tradicionalmente asociados a inmigración italiana. Tener alguno de estos apellidos puede facilitar la detección del linaje en registros regionales y eclesiásticos, permitiendo que el expediente avance con mayor fluidez dentro del proceso consular.
A continuación, se presenta un extracto de esa lista, organizada alfabéticamente según las letras iniciales:
Apellidos con A
Abate, Abà, Labate, Abatino, Abatantuono, Abaterusso, Abaticola, Achilla, Achille, Achilleo, Achillini, Anes, Anesin, Anesini, Annes, Annesi.
Apellidos con B
Bianchini, Bianchetti, Biancone, Lo Bianc, Bottari, Bottarelli, Bottarini, Bottaro.
Apellidos con C
Chiletti, Chiloni, Chilesotti.
Apellidos con D
Deanesi, De Anesi, Bianco, Bianchi, Dal Bianco, Di Giovanni, Della Giovanna, Da Rossa.
Apellidos con E
Espósito, Espositi, Degli Sposti.
Apellidos con F
Fiore, Di Fiore, Fiorelli, Fiorucci, Fiorio, Fioribello, Flores.
Apellidos con G
Giovannetti, Giannelli, Giannoli, Giani, Giannetti.
Apellidos con L
Lo Russo, La Russa, Larossa.
Apellidos con N
Natale, Natali, Natalino, Nalato, Nadali, Nalesso, Nadin.
Apellidos con R
Ricci, Riccio, Rizzi, Rizzo, Rizza, Rizzati, Risso, Lo Riccio.
Apellidos con S
Sorace, Soraci, Surace, Suraci, Soracca, Soracchi, Soracco.
Apellidos con V y Z
Vani, Vannucci, Vannicelli, Vanno, Vanetto, Zanella, Zanoli, Zannier.
Si bien esta lista puede generar expectativas, es esencial recordar que no constituye una garantía de obtención de la ciudadanía.
Condiciones legales para acceder a la ciudadanía
A pesar de que ciertos apellidos italianos puedan agilizar el análisis inicial de un expediente, el proceso de reconocimiento de la ciudadanía por iure sanguinis está regido por condiciones legales estrictas, establecidas por el Ministero degli Affari Esteri e della Cooperazione Internazionale (MAECI). Estas condiciones varían según la línea de transmisión familiar, el sexo del ascendiente y la fecha de nacimiento del descendiente.
Por línea paterna
La legislación italiana no impone límites generacionales cuando la transmisión se da por la vía masculina. Es decir, un bisnieto, tataranieto o descendiente posterior de un varón italiano puede solicitar la ciudadanía sin restricción temporal, siempre que se documente la cadena genealógica.
Por línea materna
En este caso, la transmisión de la ciudadanía solo es válida si el hijo o hija nació después del 1 de enero de 1948. Esto se debe a que antes de esa fecha, las mujeres italianas no transmitían automáticamente la ciudadanía a sus hijos según las leyes vigentes.
Ciudadanía por matrimonio
Las mujeres extranjeras que se casaron con ciudadanos italianos antes del 27 de abril de 1983 adquirieron automáticamente la ciudadanía italiana, sin necesidad de trámites posteriores. En cambio, para matrimonios posteriores a esa fecha, es obligatorio realizar una solicitud formal, cumplir plazos de residencia y aprobar evaluaciones adicionales, como la de idioma.
Estas restricciones y excepciones hacen que el análisis documental del caso sea determinante. El Consolato Generale d’Italia a Córdoba reitera: “Sin actas de nacimiento, matrimonio y defunción que acrediten la continuidad del linaje, no se puede avanzar”.
Procedimiento para tramitar la ciudadanía
El proceso para obtener la ciudadanía italiana por descendencia debe realizarse ante el consulado italiano correspondiente al lugar de residencia del solicitante, y requiere una secuencia precisa de pasos formales. Según las directrices del Ministero degli Affari Esteri e della Cooperazione Internazionale (MAECI), el trámite debe comenzar en línea, seguir con la recolección documental y culminar con la validación consular.

Paso a paso para solicitar la ciudadanía italiana
- Ingreso al portal del consulado: Acceder al sitio web oficial del consulado italiano que cubre la jurisdicción geográfica del solicitante. Allí se encuentra la información específica sobre turnos, formularios y requisitos adicionales.
- Completar el formulario de solicitud: El solicitante debe registrar sus datos personales, detallar el vínculo familiar con su antepasado italiano y confirmar su intención de solicitar la ciudadanía por iure sanguinis.
- Recepción del código único y confirmaciones por correo electrónico: Una vez enviado el formulario, el consulado responde vía correo electrónico con un código único de expediente, necesario para el seguimiento del trámite.
- Solicitud de turno para presentar la documentación: El consulado habilita turnos para la entrega presencial de los documentos que respaldan el vínculo genealógico. Este paso suele tener largas listas de espera en algunos países.
- Presentación de las actas requeridas: El día del turno, el solicitante debe llevar actas de nacimiento, matrimonio y defunción de todos los ascendientes en línea directa con el antepasado italiano. Todos los documentos deben estar legalizados y apostillados, según las normativas del país de origen.
- Evaluación del expediente y resolución; Tras la entrega, el consulado evalúa el expediente. En caso de cumplir con todos los requisitos, se inscribirá al solicitante como ciudadano italiano, lo que otorga el derecho a solicitar el pasaporte europeo.
Cada consulado puede aplicar variaciones logísticas o requisitos complementarios, como traducciones juradas al italiano o entrevistas. Por ello, se recomienda revisar detalladamente el portal oficial del consulado correspondiente antes de iniciar el trámite.
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