El único centro nuclear del Perú prepara un revolucionario tratamiento contra el cáncer

Este tipo de intervenciones se caracteriza por dirigirse a tumores malignos sin dañar tejido sano del paciente

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El núcleo del reactor peruano
El núcleo del reactor peruano produce neutrones y radioisótopos con aplicaciones médicas. (IPEN)

Aislado de la zona urbana de Carabayllo, en Lima, se encuentra el Centro Nuclear Oscar Miro Quesada de la Guerra (RACSO), el único del Perú. Sus instalaciones, propiedad del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), han sido destinadas a la investigación desde hace más de 36 años y, ahora, son preparadas para llevar a cabo un tratamiento de alta precisión contra el cáncer.

Se trata de la Terapia por Captura de Neutrones de Boro (BNCT, por su sigla en inglés), una técnica no invasiva dirigida a tumores malignos. Se caracteriza por evitar daños en el tejido sano, por lo que garantiza una elevada efectividad y seguridad, lo que se traduce en una mejora significativa de la calidad de vida del paciente.

Actualmente, la BNCT se aplica principalmente en el tratamiento de cáncer de cabeza cuello, glioblastoma multiforme y melanoma.

Para ejecutar este tipo de radioterapia, se requieren dos componentes principales: boro, un elemento natural, y neutrones, partículas subatómicas que pueden ser producidas en aceleradores de partículas o reactores nucleares.

A nivel nacional, el único sitio capaz de producir neutrones es el reactor nuclear RP-10 de RACSO, donde dichas partículas son liberadas por la división de átomos pesados.

Así funciona la terapia BNCT

Dispositivo para efectuar una radiocirugía
Dispositivo para efectuar una radiocirugía como la BNCT, presentado por un especialista del IPEN. (Infobae Perú)

El paciente que será sometido a BNCT recibe previamente, por vía intravenosa, un compuesto de boro 10 combinado con un aminoácido para que este se adhiera selectivamente a las células tumorales.

Luego, se emite un haz de neutrones hacia el área afectada. El boro captura neutrones y se produce una reacción nuclear que mata cada célula tumoral.

De ese modo, el boro sirve como un señalizador muy preciso, lo que evita que la radiación de neutrones dañe las células saludables aunque estén muy cerca del tumor.

Infobae Perú ingresó al reactor RP-10 para conocer cómo lo adaptarán para ejecutar estas intervenciones.

En el siguiente video, el ingeniero Óscar Baltuano, director de Producción del IPEN, nos explica que los haces de neutrones saldrán directamente del reactor a través de un canal denominado “columna térmica”.

Infobae Perú ingresó al reactor nuclear RP-10 para conocer el proyecto de adaptación para terapia BNCT contra el cáncer.

Los primeros pasos del proyecto

“Contamos con un reactor de más de 120 millones de dólares y un importante capital humano con el conocimiento en tecnologías modernas para tratamientos como la radiocirugía”, indica Rolando Páucar, presidente del IPEN.

El plan es formar un grupo multidisciplinario que incluya también a expertos como los de la Sociedad de Radioterapia del Perú. En ese sentido, su vicepresidente, Christian Vargas, enfatiza la necesidad de “una interacción científica” para consolidar el proyecto.

Como primera etapa, la adaptación del reactor RP-10 para las terapias BNCT estará a cargo de ingenieros y físicos nucleares. Lo que sigue será el modelamiento y las pruebas de las dosis de radiación, que serán realizadas por biomédicos y físicos médicos. Por último, los neurocirujanos y radioterapeutas dirigirán los primeros ensayos clínicos.

Dr. Rolando Paucar Jauregui, presidente
Dr. Rolando Paucar Jauregui, presidente del IPEN, presenta el proyecto en el auditorio del Centro Nuclear RACSO. (IPEN)

Jáuregui afirma que la inversión requerida para poner el proyecto en marcha estará destinada principalmente a la implementación de los haces de neutrones, ya que el centro nuclear dispone de la ‘materia prima’ en cuanto al resto de la tecnología.

Por su parte, Vargas, quien tiene amplia experiencia en radiocirugía, recuerda que este tipo de intervenciones se hizo por primera vez en el 2003, para la cual se usó rayos X. Hoy, lidera un equipo que emplea rayos gamma para tratar tumores y otras lesiones cerebrales.

“Podríamos disponer de ambos tipos de radiación (gamma y neutrones) para evaluar a qué tipo de paciente aplicar uno y otro”, anota.