¿Quién fue Enrique Delhorme?: el niño que desactivó una bomba en el Combate del 2 de mayo y tiene una calle limeña en su honor

A los siete años enfrentó el peligro con una sangre fría inusual para su edad y evitó una tragedia mayor en plena ofensiva española en el Callao. Su nombre hoy sobrevive en el recuerdo urbano de Lima

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Un proyectil sin detonar y una reacción decisiva bastaron para que Enrique Delhorme ingresara a las páginas del patriotismo nacional. TikTok: faniquirozm

El 2 de mayo de 1866, el puerto del Callao fue escenario de uno de los momentos más tensos de la historia republicana del Perú. En el marco de la Guerra Hispano-Sudamericana, la escuadra española emprendió un feroz bombardeo contra las baterías costeras peruanas, generando un combate que se extendió durante horas. La defensa nacional fue encabezada por el entonces presidente Mariano Ignacio Prado, quien había ordenado reforzar las fortificaciones para repeler la ofensiva naval.

En ese ambiente de caos, humo y estruendo de artillería, un acto inesperado se convirtió en símbolo de coraje. Un niño de solo siete años, Enrique Delhorme, intervino en un momento crítico del enfrentamiento. Una bomba cayó cerca de las posiciones peruanas, y el menor, sin entrenamiento militar y con una valentía extraordinaria, logró evitar que el artefacto explotara. Su intervención no solo salvó vidas, sino que quedó grabada en la memoria colectiva como un acto de patriotismo singular.

Un niño entre el fuego cruzado

Enrique Delhorme era apenas un escolar cuando se encontró en medio del combate más emblemático de la resistencia peruana frente a la escuadra española. El proyectil que cayó junto a una de las principales piezas de artillería peruana no había detonado al impactar. El riesgo era inmenso: si estallaba, causaría la muerte de muchos defensores en la zona.

Desde su hazaña infantil desactivando
Desde su hazaña infantil desactivando una bomba hasta su sacrificio en la defensa de Lima, la historia de Enrique Delhorme es un testimonio de coraje y patriotismo.

A pesar de su corta edad, Enrique actuó con lucidez. Según fuentes históricas recogidas por instituciones como la Marina de Guerra del Perú y otras publicaciones de corte histórico, el menor logró impedir que la bomba hiciera explosión. Su acción, ejecutada en medio de la confusión del ataque, no solo fue oportuna, sino decisiva para mantener activa una de las posiciones clave del Callao. La escena pasó rápidamente de la tensión al asombro, y la noticia de su acto se propagó entre los defensores del puerto como una muestra de valor absoluto.

Reconocimiento y futuro militar

El Estado peruano no tardó en reconocer la proeza de Delhorme. Como forma de gratitud, se le asignó una pensión mensual y se le garantizó acceso a la educación en el Colegio Militar. Allí, el joven pudo continuar sus estudios y, ya en su adolescencia, eligió especializarse en Artillería. Su ingreso al ámbito castrense no fue una imposición, sino una vocación forjada por su temprana experiencia en la defensa de la patria.

La formación militar de Enrique fue constante y disciplinada. Se ganó el respeto de sus instructores y compañeros, no por la anécdota de su infancia, sino por su compromiso con el país y su dedicación a las armas. La figura del niño héroe fue cediendo paso a la del joven oficial, decidido a continuar el legado que había comenzado sin proponérselo aquella mañana del 2 de mayo.

Foto: Lima la Única/ Facebook
Foto: Lima la Única/ Facebook

Su rol en la defensa de Lima

Años después, en 1881, cuando la Guerra del Pacífico golpeaba con fuerza al Perú, Enrique Delhorme volvió a presentarse como voluntario para la defensa de la capital. Con apenas 22 años, se unió a las filas que enfrentaron a las tropas chilenas en las batallas de San Juan y Miraflores. A pesar de la inferioridad numérica y la escasez de recursos, los combatientes peruanos dieron una resistencia feroz.

Delhorme ya no era el niño con un acto instintivo de heroísmo, sino un militar formado, al mando de piezas de artillería, dirigiendo con firmeza las posiciones asignadas. Sus compañeros de batalla lo describieron como un joven tenaz, con temple para resistir bajo fuego enemigo. En uno de los enfrentamientos, cayó abatido, entregando su vida en defensa de la ciudad, del mismo modo en que años atrás la había protegido con sus propias manos.

La increíble historia de Enrique
La increíble historia de Enrique Delhorme: un niño que se convirtió en héroe al desactivar una bomba y sacrificó su vida quince años después en la defensa de Lima. Sus restos se encuentran en el Presbítero Maestro. Foto:Centro de Estudios Histórico Militares del Perú

Su nombre en las calles y en la memoria

La historia de Enrique Delhorme no quedó relegada a los archivos militares ni a los relatos orales. En honor a su entrega, una calle en el distrito limeño de Magdalena del Mar lleva su nombre. Quienes transitan por la avenida Enrique Delhorme quizás no conozcan el trasfondo de ese nombre, pero su presencia urbana actúa como un recordatorio de que el heroísmo no tiene edad.

El hecho de que un niño sea recordado por un acto de tal magnitud habla no solo de una acción extraordinaria, sino también del impacto que puede tener una decisión valiente, incluso en medio de una guerra. La calle que lleva su nombre es, en cierto modo, una prolongación de su legado: una vía por donde transita diariamente la vida, tal como él lo hizo en su niñez para salvarla.