Violencia sexual en el matrimonio: qué es la violación conyugal y desde cuándo es penada por la ley en Perú

La violación conyugal es una forma de violencia sexual en la cual una persona obliga a su cónyuge o pareja conviviente a mantener relaciones sexuales sin su consentimiento

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Una creencia profundamente arraigada en
Una creencia profundamente arraigada en la cultura patriarcal es que las mujeres tienen la obligación de complacer sexualmente a sus parejas, especialmente si están casadas (MedlinePlus)

Cuando se habla de violencia sexual contra las mujeres, muchas personas tienden a imaginar que el agresor es un desconocido o alguien ajeno a su entorno. Sin embargo, una gran parte de los casos de violencia sexual ocurre en espacios íntimos, dentro de relaciones cercanas e incluso en el matrimonio.

En el Perú, esta realidad fue invisibilizada durante muchos años, hasta que hace poco más de tres décadas se reconoció por primera vez en el Código Penal el delito de violación conyugal. Desde entonces, y con el respaldo de leyes posteriores, que promueven la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, se han dado pasos importantes en el reconocimiento legal de esta forma de violencia.

¿Qué es la violación conyugal?

La violación conyugal es una forma de violencia sexual en la cual una persona obliga a su cónyuge o pareja conviviente a mantener relaciones sexuales sin su consentimiento. Aunque parezca evidente, por mucho tiempo se pensó que dentro del matrimonio existía un “deber conyugal” que anulaba el derecho a decir “no”. Esta idea permitió que miles de mujeres vivieran situaciones de abuso sexual sin que el Estado reconociera su sufrimiento como un delito.

¿Desde cuándo la violación conyugal es un delito en Perú?

Reconocer y hablar sobre la
Reconocer y hablar sobre la violación conyugal es un paso esencial para erradicar la violencia de género (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el Perú, fue recién en 1991 cuando se incluyó la violación conyugal como delito en el Código Penal. Hasta ese momento, si una mujer era violada por su esposo, no existía ninguna figura legal que permitiera denunciarlo. Con esta modificación, el ordenamiento jurídico dio un giro importante al reconocer que el consentimiento sexual debe estar presente en todas las relaciones, incluso dentro del matrimonio. La Ley N.º 30364, promulgada en 2015, refuerza esta protección al establecer medidas integrales para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.

¿Por qué la violación conyugal no era considerada un delito antes?

La razón principal por la que la violación conyugal no fue reconocida como delito durante tanto tiempo se basa en una creencia profundamente arraigada en la cultura patriarcal: que las mujeres tienen la obligación de complacer sexualmente a sus parejas, especialmente si están casadas. Esta idea está ligada a una concepción del matrimonio como un contrato en el que la mujer pierde parte de su autonomía y derechos, incluyendo el derecho a decidir sobre su propio cuerpo.

Durante siglos, el vínculo matrimonial fue considerado una licencia permanente para el acceso sexual. En muchas sociedades, incluyendo la peruana, se asumía que el consentimiento sexual se daba de manera automática al contraer matrimonio, sin considerar que el deseo y la voluntad pueden cambiar con el tiempo o que una persona tiene el derecho de negarse en cualquier momento.

Gracias al trabajo de organizaciones
Gracias al trabajo de organizaciones feministas, se ha logrado visibilizar que la violencia sexual puede ocurrir en cualquier contexto, incluso en el matrimonio (EFE/Sáshenka Gutiérrez)

El cambio en la legislación, aunque tardío, representó un avance significativo en el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Sin embargo, la implementación de estas leyes aún enfrenta muchos desafíos, especialmente debido a la persistencia de mitos, estereotipos de género y la falta de educación sobre el consentimiento.

Hoy en día, gracias al trabajo de organizaciones feministas, defensoras de derechos humanos y diversas instituciones, se ha logrado visibilizar que la violencia sexual puede ocurrir en cualquier contexto, incluso en el matrimonio, y que ninguna relación justifica el abuso o la coacción.

Combatir la violación conyugal implica no solo leyes claras, sino también un cambio cultural profundo que reconozca el consentimiento como un derecho inalienable y continuo. Es fundamental que tanto hombres como mujeres comprendan que el matrimonio no otorga poder sobre el cuerpo del otro, y que el respeto mutuo debe ser la base de cualquier relación.

Reconocer y hablar sobre la violación conyugal es un paso esencial para erradicar la violencia de género y construir una sociedad más justa y segura para las mujeres.