
Este fin de semana se producirá la luna rosa, denominación que recibe la luna llena de abril según las tradiciones de los nativos de Norteamérica. Más allá de su aspecto, que puede ser espectacular dependiendo del momento en que se observe, este fenómeno astronómico marca el inicio de la Semana Santa. Sin embargo, no se trata de una mera coincidencia.
La Semana Santa, una de las conmemoraciones más importantes del cristianismo, no tiene fecha fija, ya que depende del ciclo lunar, específicamente de la fase de luna llena.
El origen del vínculo
La Semana Santa gira en torno a la celebración de la Pascua —también llamada Domingo de Resurrección—, fecha en la que, según la tradición cristiana, Jesús resucitó al tercer día después de su crucifixión.
El Concilio de Nicea, celebrado en el año 325 d.C., fue el encargado de definir la fórmula que aún hoy determina esta fecha: la Pascua se celebrará el primer domingo después de la primera luna llena que ocurra tras el equinoccio de primavera en el hemisferio norte (que sucede entre el 19 y 21 de marzo).

Esto quiere decir que el Domingo de Pascua puede caer entre la última semana de marzo y la última semana de abril, ya que la luna llena ocurre cada 29,5 días.
Este 2025, el equinoccio de primavera (otoño en el hemisferio sur) ocurrió el 20 de marzo. En tanto, la primera luna llena después de esa fecha se dará en el sábado 12 de abril a las 7:22 p. m. (hora de Perú), que en la hora internacional serán las 12:22 a. m. del domingo 13 de abril. Por tal motivo, el domingo de Pascua de este año se fijó para el siguiente domingo (20 de abril).
Luego de determinar la fecha de Pascua, se calculan las demás fechas de la Semana Santa: el Domingo de Ramos (una semana antes), el Jueves y Viernes Santo (dentro de esa misma semana), y el Sábado de Gloria.

¿Por qué la luna llena?
En el contexto judío, la Pascua (Pésaj) se celebra en la luna llena del mes de Nisán, el cual comienza 14 o 15 días antes, con la primera luna nueva después del inicio de la primavera.
Dado que la crucifixión de Jesús se produjo en coincidencia con la Pascua judía, los cristianos adoptaron un sistema similar para conmemorar su muerte y resurrección.
Así, aunque nuestra vida cotidiana transcurre con base en el calendario gregoriano, basado en el movimiento de la Tierra alrededor del Sol, las fiestas religiosas como la Semana Santa conservan su relación con los ciclos de la luna.
Esta intersección entre astronomía y religión es uno de los aspectos más característicos del calendario cristiano. La Semana Santa no solo es una fecha de tradición cultural, sino también una muestra de cómo el ser humano ha mirado al cielo en busca de señales para organizar su vida y sus rituales.
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