De Ayacucho a la Universidad de Nueva York Renzo Aroni y su compromiso con los pueblos indígenas

Criado en Ayacucho y enfrentando los retos de la transición educativa, Renzo Aroni ha logrado posicionarse como un académico destacado, llevando su conocimiento sobre los pueblos indígenas a la vanguardia internacional en la Universidad de Nueva York

Guardar
Renzo Aroni, académico destacado, impulsa
Renzo Aroni, académico destacado, impulsa los estudios sobre pueblos indígenas en la Universidad de Nueva York. (Andina)

Renzo Aroni, un académico de gran renombre en el ámbito de los estudios indígenas, ha logrado posicionarse como un referente en la Universidad de Nueva York. A lo largo de su vida, ha vivido experiencias que lo han vinculado profundamente con su tierra natal, Perú, y la historia de los pueblos andinos, en especial con los pueblos quechuahablantes, así lo informó la agencia Andina de noticias.

De los orígenes humildes a la academia internacional

Renzo nació en Lima, pero su historia no comenzó en la capital. “Mis padres se refugiaron en Lima debido al terrorismo, y nací producto de ese desplazamiento”, recuerda Aroni, quien se considera un “limeño de casualidad”. A finales de los 80, la familia regresó a Ayacucho, una región devastada por el conflicto armado, donde Renzo viviría hasta los 10 años. Durante su infancia en Ayacucho, se gestó su conexión con la cultura andina y con la rica herencia quechua de su familia.

En 1995, cuando tenía 14 años, la familia regresó a Lima, específicamente a Manchay, una zona predominantemente habitada por desplazados. Renzo enfrentó entonces la transición educativa del campo a la ciudad, y su llegada a la secundaria fue un desafío. “Me costó al principio, pero nunca fue algo que me derrotara. Mis padres siempre estuvieron ahí, apoyándome, enseñándome a valorar nuestras raíces”, comenta.

Desde sus raíces en Ayacucho,
Desde sus raíces en Ayacucho, Renzo Aroni se ha comprometido a visibilizar la historia de las comunidades quechuahablantes. (Andina)

La importancia de la educación en la vida de Renzo

Uno de los pilares más importantes de su formación fue el apoyo incondicional de su madre. “Siempre estuvo detrás mío. Confió mucho en mi educación e invirtió en ella”, afirma con gratitud. A pesar de las burlas por no hablar correctamente el español, Renzo nunca se rindió. “Recuerdo que quise cantar un carnaval al estilo de Puno y todos se rieron. Fue mi primer shock cultural”, relata. Sin embargo, estos momentos de adversidad no lo desmotivaron; al contrario, le sirvieron para fortalecer su autoestima.

En su época escolar, Renzo encontró en el ajedrez una forma de ganar respeto entre sus compañeros, participando en campeonatos en Lima y Callao. Esta actividad fue crucial en su formación personal. Posteriormente, ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se graduó en Historia. Sin embargo, Renzo reconoce que nunca se sintió completamente identificado con esta disciplina. “Fue entonces cuando descubrí mi verdadera pasión por la antropología y la musicología”, asegura.

Con el respaldo de la
Con el respaldo de la Fundación Ford, Renzo Aroni profundizó sus estudios sobre las culturas indígenas en México. (Andina)

El vínculo con los pueblos indígenas y la antropología forense

Tras obtener su licenciatura, Renzo se sumó al equipo de antropología forense del Perú, desde 2009 hasta 2011, donde trabajó en la investigación de desapariciones forzadas y masacres en Ayacucho. Esta experiencia, aunque dolorosa, lo conectó aún más con las comunidades indígenas y con la necesidad de reconocer su historia. “Fue muy sensible y doloroso, pero también fue el impulso que me llevó a profundizar en el estudio de los pueblos andinos”, comenta.

Uno de los momentos clave en su carrera académica fue cuando, bajo la recomendación de su mentor, el historiador Carlos Iván Degregori, Renzo consiguió una beca de la Fundación Ford para estudiar en México. Esto marcó su salida del país, la cual se produjo tras la muerte de su mentor, un hecho que lo afectó profundamente.

Nuevas fronteras: México y Estados Unidos

En México, Renzo se encontró con nuevas oportunidades académicas. Allí, ingresó como académico visitante en la Universidad de Riverside y empezó a formar lazos con académicos internacionales. Fue durante este tiempo que conoció a Zoila Mendoza, una antropóloga peruana, quien se convertiría en su mentora en la Universidad de California, Davis. Gracias a ella y a su esposo, el historiador Charles Walker, Renzo profundizó en sus estudios sobre las comunidades indígenas de los Andes.

Su trabajo en antropología forense
Su trabajo en antropología forense lo llevó a investigar masacres y desapariciones en Ayacucho, Perú. (Andina)

En 2020, Renzo dio un paso más en su carrera al postularse para ser profesor en el Center for the Study of Ethnicity and Race de la Universidad de Columbia. Durante los tres años que trabajó allí, logró también completar su posdoctorado, lo que le permitió enseñar sus propios cursos. Sin embargo, la pandemia trajo consigo nuevas dificultades, pero Renzo no dejó que eso lo detuviera.

El presente académico y los nuevos proyectos

Actualmente, Renzo Aroni se encuentra brillando en la Universidad de Nueva York, donde imparte estudios sobre las comunidades indígenas y su historia. No obstante, el académico no detiene su impulso. Uno de sus proyectos actuales es el estudio del rap en quechua, una forma de expresión cultural que, según él, representa una nueva forma de resistencia y visibilidad para las comunidades indígenas.

A pesar de su éxito académico, Renzo no olvida sus raíces. “He pasado por desafíos y limitaciones, pero siempre trato de seguir el camino que me dice el corazón”, reflexiona. Para él, el compromiso con su familia, su comunidad y su país es fundamental, ya que para muchos peruanos de origen humilde, obtener un grado universitario es un acto de legitimidad y orgullo.

Renzo Aroni se ha convertido
Renzo Aroni se ha convertido en referente académico en la defensa de los pueblos indígenas a nivel internacional. (Andina)

Renzo Aroni no solo es un académico destacado, sino también un testimonio de perseverancia, dedicación y amor por su tierra natal. Hoy, al igual que en sus primeros años en Ayacucho, sigue luchando por visibilizar y valorar la historia de los pueblos indígenas que, a menudo, no son reconocidos en la historia oficial de Perú.