Cerró cuatro meses en pandemia y estuvo al borde del colapso: la estrategia que salvó a la sanguchería ‘El Chinito’

Con más de 60 años de historia, ‘El Chinito’ estuvo al borde de desaparecer tras la pandemia. La implementación de un nuevo sistema de ventas y la reinvención de su menú fueron clave para su resurgimiento

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l negocio familiar, conocido por
l negocio familiar, conocido por su tradicional chicharrón, tuvo que cerrar sus puertas por meses. La crisis lo llevó a buscar nuevas formas de operar, logrando incluso expandirse tras la pandemia. ( El Chinito | Infobae Perú)

Durante décadas, un pequeño local en el centro de Lima ha sido el punto de encuentro de políticos, artistas y trabajadores madrugadores. Su propuesta gastronómica, basada en el chicharrón y otras especialidades peruanas, la ha convertido en un referente indiscutible de la comida rápida tradicional. Sin embargo, en 2020, la crisis sanitaria puso en riesgo su continuidad y obligó a sus propietarios a tomar decisiones drásticas para evitar el cierre definitivo.

Félix Yong, fundador del negocio, estableció en los años 60 una pequeña tienda de abarrotes en el Centro de Lima, donde poco a poco ganó reconocimiento por sus sándwiches. Con el tiempo, su hijo Luis tomó las riendas del establecimiento y expandió la marca, posicionándola en diversos distritos de la capital. No obstante, cuando la pandemia obligó a cerrar las puertas del local por cuatro meses, su supervivencia se convirtió en un desafío sin precedentes.

Cuatro meses sin clientes y una incertidumbre total

En marzo de 2020, el Gobierno decretó la cuarentena obligatoria, lo que significó el cierre inmediato de todos los restaurantes y negocios no esenciales. Para ‘El Chinito’, acostumbrado a atender a decenas de comensales a diario, esta situación representó una pérdida significativa. Sin servicio presencial ni una plataforma de envíos a domicilio establecida, la sanguchería enfrentó un momento crítico en su historia.

La especialidad de 'El Chinito',
La especialidad de 'El Chinito', el pan con chicharrón, sigue cautivando paladares tras medio siglo. (elchinito.com.pe)

Durante semanas, la familia Yong analizó distintas alternativas para mantener a flote la empresa. Sin ingresos y con gastos acumulándose, la posibilidad de cerrar de manera definitiva se volvió una preocupación latente. No solo se trataba de un negocio en riesgo, sino también de los empleos de quienes trabajaban allí. Además, la competencia también atravesó dificultades similares, con varios restaurantes históricos cerrando permanentemente por la crisis.

El panorama era incierto. La posibilidad de acceder a créditos o subsidios no estaba del todo clara en esos primeros meses. Algunos empleados tuvieron que buscar otras alternativas laborales temporalmente, mientras que otros se mantuvieron a la espera de una reapertura que parecía lejana. La presión aumentaba, pero los dueños sabían que si querían sobrevivir, debían innovar y adaptarse.

La apuesta por la tecnología y el delivery

Para muchos negocios tradicionales, la adaptación a las plataformas digitales no fue una tarea sencilla, pero para ‘El Chinito’ resultó determinante. La primera decisión fue implementar un servicio de reparto propio, lo que permitió restablecer las operaciones sin depender de terceros. Paralelamente, se aliaron con aplicaciones de envío de comida para ampliar su cobertura y llegar a más clientes.

Visitantes de todas las generaciones
Visitantes de todas las generaciones continúan deslumbrados por 'El Chinito'. (limaysusrecovecos.files.wordpress.com)

El desafío no era solo logístico, sino también económico. La implementación de un sistema de pedidos en línea requería inversión en tecnología y capacitación para el personal. Además, el equipo debía aprender a manejar plataformas de reparto, coordinar tiempos de entrega y mantener la calidad del producto en un formato distinto al habitual.

La respuesta del público fue inmediata. La demanda de sándwiches a domicilio aumentó considerablemente, permitiendo que la empresa recupere parte de sus ingresos. Además, la presencia en redes sociales se fortaleció, con promociones y ofertas que atrajeron nuevos consumidores. Se crearon campañas en Instagram y Facebook, con imágenes atractivas y testimonios de clientes fieles que destacaban la calidad de los productos. La interacción con los seguidores se volvió clave, ya que muchos expresaban su deseo de apoyar a negocios locales durante la crisis.

El resultado fue positivo: las ventas aumentaron progresivamente y la empresa logró mantenerse a pesar de las restricciones. A medida que las medidas sanitarias se flexibilizaban, ‘El Chinito’ pudo reabrir su local con aforo limitado, pero con una nueva fortaleza: el canal digital se había convertido en una fuente de ingresos estable.

Nuevos platos y la reinvención del menú

El Chinito, restaurante.
El Chinito, restaurante.

Si bien el sándwich de chicharrón es el emblema de la sanguchería, la pandemia motivó a sus dueños a diversificar la oferta gastronómica. Fue así como surgieron nuevas opciones en la carta, incluyendo platos que fusionan ingredientes típicos con presentaciones innovadoras.

Uno de los más exitosos ha sido el ‘chaufarroncito’, una combinación de arroz chaufa con chicharrón crocante, que rápidamente se convirtió en uno de los favoritos del público. Además, se incorporaron opciones para quienes prefieren alternativas más ligeras, como sándwiches con pollo a la brasa y otras variedades de carnes. También se experimentó con tamaños distintos, por lo que creó versiones más pequeñas y económicas para quienes querían una opción rápida sin gastar demasiado.

Otro factor clave en la renovación del menú fue la adaptación a tendencias de consumo más saludables. Se introdujeron ingredientes más frescos y naturales, y se exploró la posibilidad de incluir opciones vegetarianas, algo impensable en los inicios del negocio. Esta diversificación atrajo a nuevos clientes y consolidó aún más la marca en el sector gastronómico.

Una marca que sigue creciendo

Con el paso del tiempo, ‘El Chinito’ logró superar los estragos de la crisis sanitaria y hoy en día sigue expandiéndose. Actualmente, cuenta con varios locales en diferentes distritos de Lima y no descarta ampliar su presencia en otras zonas del país.

Además, la experiencia de la pandemia dejó importantes aprendizajes para el negocio. Ahora, la digitalización y la innovación forman parte de su estrategia a largo plazo. Se han implementado sistemas de fidelización de clientes, promociones exclusivas en redes sociales y una mejora continua en la experiencia de compra en línea.