“María Corina Machado es como nuestra Micaela Bastidas”, dijo el presidente de Unión Venezolana en Perú

Luego de que el dictador Nicolás Maduro extendiera por seis años más su mandato en Venezuela en medio de acusaciones de un megafraude electoral, Óscar Pérez, presidente de la organización Unión Venezolana en Perú, se pronunció sobre el sentir de sus connacionales.

En diálogo con Tv Perú, el dirigente explicó que, pese a no evitar la juramentación de Maduro con la manifestación mundial en contra de su régimen del pasado 9 de enero, los ciudadanos venezolanos esparcidos por el mundo tienen “la fe intacta de que se está transitando por el camino correcto”, ya que nunca antes se había “estado tan cerca de la posibilidad” de derrocar al dictador.

“La gente habla de que Maduro consumó un golpe de Estado, pero aquí es importante también resaltar que la legitimidad que tenía supuestamente la Asamblea Nacional ahora está perdida y tiene ilegitimidad de desempeño, ha quedado totalmente. Ante esto, el presidente constitucionalmente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, puede buscar cualquier mecanismo para juramentar y comenzar a ejercer el mandato que le otorgó el pueblo venezolano”, continuó.

En cuanto a María Corina Machado, resaltó su liderazgo y la comparó con una heroína peruana. “Más que una líder, es una suerte de nuestra Micaela Bastida de estos tiempos para los venezolanos”, catalogó Pérez.

Por último, pidió a sus compatriotas a no rendirse y seguir la lucha junto a Machado y Gonzsález. “Ahora que nos quieren desmoralizados, Micaela Bastidasen derrotados, cuando nos quieren desmovilizar, al contrario de lo que quieren desde la dictadura, lo que tenemos que hacer es renovar nuestra fe, nuestra esperanza y salir a las calles”, aseveró.

Micaela Bastidas Puyucahua (1744-1781) fue una destacada líder peruana y figura clave en la lucha por la independencia de Perú. Nacida en Pampamarca, Cusco, de ascendencia africana e indígena, Bastidas es recordada por su valentía, determinación y liderazgo en la rebelión liderada por su esposo, José Gabriel Condorcanqui, conocido como Túpac Amaru II, contra el dominio colonial español.

Desde el inicio de la insurrección en 1780, Micaela desempeñó un papel crucial como estratega, organizadora y comunicadora. Administró recursos, movilizó comunidades y supervisó el aprovisionamiento del ejército rebelde. También motivó a los insurgentes a mantener el ánimo y la disciplina en momentos críticos. Reconocida por su inteligencia y capacidad de mando, Micaela llegó a cuestionar algunas decisiones militares de Túpac Amaru, buscando siempre maximizar las posibilidades de éxito de la rebelión.

La lucha, que buscaba poner fin a los abusos coloniales, como el reparto forzoso y los tributos excesivos, fue sofocada en 1781. Micaela Bastidas fue capturada junto con Túpac Amaru y sus hijos. Tras un juicio injusto, fue ejecutada brutalmente el 18 de mayo de 1781 en la Plaza de Armas del Cusco, como castigo ejemplar para quienes se opusieran al régimen colonial.

Micaela Bastidas es considerada una heroína y símbolo de la resistencia y la lucha por la justicia en el Perú y América Latina.