Decidir sobre el final: El legado de Ana Estrada y María Benito por el reconocimiento del derecho a una muerte digna

Ana Estrada fue la primera peruana en acceder a la eutanasia tras un largo proceso legal. Semanas después, María Benito eligió no prolongar su vida artificialmente. Sus casos han fomentado un diálogo crucial sobre la autonomía y el derecho a decidir sobre el final.

Guardar
María Benito y Ana Estrada
María Benito y Ana Estrada en fotografías de archivo.

Ana Estrada y María Benito han marcado un antes y un después en la discusión sobre la muerte digna en Perú. Afectada por polimiositis, Estrada fue la primera ciudadana en el país en acceder a la eutanasia después de un prolongado proceso legal que culminó en una sentencia que autorizó la práctica exclusivamente para su caso.

Benito, diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), tomó la decisión de rechazar tratamientos que prolongaban su vida de manera artificial. Sus casos no solo representan victorias personales frente a batallas judiciales y médicas, sino que han fomentado un diálogo crucial sobre la autonomía y el derecho a decidir sobre el final.

Desde los 12 años, Estrada enfrentó una enfermedad degenerativa e incurable que la llevó a iniciar en 2019 una lucha legal por el derecho a una muerte digna. En febrero de 2021 obtuvo una sentencia histórica a su favor, que recibió el respaldo de la Corte Suprema al año siguiente.

María Benito Orihuela es una administradora de 66 años que permanece postrada en una cama debido a la esclerosis lateral amiotrófica que padece. | Panorama

A pesar de este avance, en febrero de 2023 una jueza se abstuvo de ejecutar el fallo “por decoro”, lo cual inicialmente impidió que el Ministerio de Salud y el Seguro Social de Salud (EsSalud) desarrollaran un protocolo de eutanasia específico. Tras superar estos obstáculos, en enero de este año el documento finalmente se estableció y le permitió, entre otras cosas, seleccionar al médico que la acompañaría en el proceso, al que accedió el 21 de mayo.

A pesar de la resistencia inicial manifestada por Luis Carrillo Velásquez, jefe de la Unidad de Cuidados Intermedios del Hospital Edgardo Rebagliati, EsSalud confirmó que respetaría la orden. El último 3 de mayo, tras más de diez años batallando contra la ELA, Benito logró terminar con las medidas de soporte vital previa sedación paliativa.

Ana Estrada es una psicóloga
Ana Estrada es una psicóloga peruana y activista por la eutanasia. | Jessica Alva Piedra / Wikipedia

Ambas se conocieron e intercambiaron mensajes. Ambas partieron rodeadas de los suyos y sostenidas por su propia autonomía. “La muerte digna es el derecho que tenemos a elegir la forma en la que queremos poner fin a la vida, cuando seguir prolongándo[la] ya no es conforme a nuestra idea de dignidad —señala Miró Quesada—. Es poder elegir el cómo, el cuándo, y el dónde para no prolongar esa vida que, para uno, ha dejado de ser digna”.

En su análisis, presenta consideraciones jurídicas esenciales para entender la objeción de conciencia, especialmente en el ámbito médico. “No es una libertad sin límites —anota—; todo derecho los tiene. Cuando estos se quiebran, su uso deviene en un abuso. Con mayor razón, si con ello se afectan derechos fundamentales de terceros”.

Ana Estrada participó en la
Ana Estrada participó en la audiencia.

“Garantizar que la objeción de conciencia no devenga en abusos en el ámbito médico pasa por considerar la posible afectación en derechos de quien se encuentra en posición de desventaja en una relación desigual como es la médica”, recalca en líneas posteriores.

Los temores profesionales y un uso equivocado de la objeción de conciencia, impulsados más por el miedo a las consecuencias que por convicciones éticas, obstaculizan la práctica médica consciente y personal. Permitir que las creencias religiosas influencien el servicio público vulnera el principio de laicidad, “que implica que las personas que no compartimos esas creencias seamos respetadas en igualdad”.

El empeño de Estrada en promover la libertad y justicia culminó en un esfuerzo significativo por apoyar a Benito en sus últimos momentos de vida. “Nadie sabía por lo que ella transitaba, en momentos de mucho dolor, de pensar que lo habíamos perdido todo. Tenía que recordarle, una y otra vez, lo histórica que era, y el legado que estaba dejando, aun si no llegaba a cumplirse la implementación de la sentencia. Ella tenía ese temor y me lo decía”, cuenta la abogada.

“Creo que es muy simbólico que hayan sido ellas las que hayan dicho ‘no, a mí no me van a decir lo que puedo hacer con mi vida o con mi cuerpo’. Es, porque la lucha sigue todavía, un camino hermoso, plagado de aprendizajes”. Estrada —psicóloga de profesión, poeta y feminista— transcendió bajo sus propios términos como Benito, la atleta amateur de 100 y 400 metros que dejó una carta en la que decía: “Hoy tomo la delantera. Ya saben que me gustó siempre estar adelante”.