Cómo invertir en tiempos de volatilidad: una visión para el mercado de hoy

En el contexto actual, elegir estrategias de asignación de ahorros resulta clave ante los cambios abruptos de humor en los mercados financieros y la desconexión que muestran algunos segmentos líderes respecto de los indicadores fundamentales

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Cuando el entusiasmo parecía no
Cuando el entusiasmo parecía no tener techo, surgieron nuevas dudas y el VIX se movió en octubre hacia valores de entre 25 y 28 puntos, más propios de momentos de turbulencia (Foto: Reuters)

Este año se ha caracterizado por episodios notables de agitación en los mercados financieros. El caso más extremo se produjo en abril, cuando el anuncio de aranceles recíprocos de Donald Trump durante el Liberation Day despertó un clima de pánico entre los inversores.

La reacción se tradujo en que el VIX, índice que mide la volatilidad del mercado, rozara niveles históricamente asociados a crisis: solo se habían registrado marcas superiores durante la Gran Crisis Financiera de 2008/2009, la reversión del carry trade en Japón en agosto de 2024 y la pandemia de Covid-19.

Tras el anuncio del presidente de Estados Unidos de suspender temporalmente los aranceles por 90 días en la tarde del nueve de abril, las variables financieras comenzaron a estabilizarse. Si bien se observaron algunas excepciones puntuales, el VIX operó mayormente en un rango entre 14% y 17%, consistente con el promedio histórico para períodos de tranquilidad relativa.

Esa aparente calma, sin embargo, generó un entorno en el que los activos de riesgo -particularmente los relacionados con inteligencia artificial, como las llamadas 7 Magníficas-llegaron a valuaciones que despertaron señales de alerta.

Si la economía evidenciaba fortaleza, mejoraba el ánimo general por las perspectivas de crecimiento para las empresas cuyas acciones cotizan en Bolsa

Cuando el entusiasmo parecía no tener techo, surgieron nuevas dudas y el VIX se movió en octubre hacia valores de entre 25 y 28 puntos, más propios de momentos de turbulencia.

Se celebraba todo

La pregunta central para quienes buscan resguardar y optimizar su patrimonio gira en torno a cómo posicionarse para lo que viene. Para responderla, es fundamental reconocer que recientemente se vivió una etapa en la que cualquier novedad era vista como positiva. Si la economía evidenciaba fortaleza, mejoraba el ánimo general por las perspectivas de crecimiento para las empresas cuyas acciones cotizan en Bolsa.

Si, por el contrario, los datos sobre el nivel de actividad o el empleo resultaban decepcionantes, la reacción no era de alarma, sino de optimismo: aumentaba la expectativa de que la Reserva Federal recortaría la tasa de interés para frenar una posible recesión.

Si los datos sobre el
Si los datos sobre el nivel de actividad o el empleo resultaban decepcionantes, la reacción no era de alarma, sino de optimismo: aumentaba la expectativa de que la Reserva Federal recortaría la tasa de interés para frenar una posible recesión (Foto: Reuters)

Este comportamiento sugiere cierta lógica, dado que tasas de interés más bajas disminuyen el costo de financiamiento y elevan el valor presente de los flujos futuros, pero se pasa por alto que, en un escenario de desaceleración económica, esos mismos flujos quedarían bajo amenaza.

El consenso era claro: la situación alimentaba la búsqueda de riesgo en todos los frentes. Fruto de ese estado de euforia, las valuaciones escalaron niveles que, en ciertos sectores, evocaban los excesos de la burbuja tecnológica deomienzos de siglo. La relación forward P/E del S&P 500 trepó al rango de registros sólo vistos anteriormente durante ese episodio.

Este fenómeno estuvo impulsado, sobre todo, por una concentración inédita dentro del índice: Nvidia llegó a representar cerca del 8,6% del total, junto con Microsoft y Apple sumaban más del 22%. Si se agregaba el resto del top diez, el peso llegaba a 40,5%, la cifra más elevada de la historia del índice. La concentración era todavía mayor en el Nasdaq Composite. Sin embargo, esto también reflejaba una tendencia inquietante: mientras el puñado de grandes tecnológicas avanzaba sin pausa, la mayoría del mercado seguía una dinámica opuesta.

Mientras el puñado de grandes tecnológicas avanzaba sin pausa, la mayoría del mercado seguía una dinámica opuesta

El llamado market breadth -la participación amplia de distintos sectores en una suba-

se debilitaba día a día, llevando a un rally cada vez más angosto y, como resultado, muy vulnerable a cualquier contratiempo.

Alertas desde la inteligencia artificial

Las primeras señales de alerta provinieron de los propios protagonistas del auge de la inteligencia artificial. Empresas como Nvidia, Microsoft, Amazon, Oracle, ChatGPT y Anthropic dieron a conocer proyectos de inversión de magnitudes poco vistas y que tendían a retroalimentarse: por ejemplo, en septiembre Nvidia anunció inversiones por USD 100 mil millones en ChatGPT, mientras esta última utilizaría esos fondos para adquirir chips a la propia Nvidia.

Esta dinámica, conocida como contabilidad circular, se reprodujo en otras iniciativas, como la de Oklo, una firma sin ingresos que apuesta a desarrollar infraestructura nuclear para centros de datos y que alcanzó una valuación de USD 24,9 mil millones sin haber concretado ventas hasta ese entonces.

El golpe decisivo al clima
El golpe decisivo al clima de euforia lo puso Jerome Powell, presidente de la Fed, al sugerir, con suma cautela, que el recorte de tasas anticipado para diciembre no era una certeza (Foto: Reuters)

A pesar de lo novedoso y disruptivo de estos anuncios, encendieron inquietudes sobre la sostenibilidad de las cifras alcanzadas. La lógica parecía interna y autorreferencial: compañías tecnológicas invirtiendo en empresas aliadas para incrementar sus propios resultados, en circuitos difícilmente replicables o sustentables a largo plazo.

Cambios abruptos en expectativas

El golpe decisivo al clima de euforia lo puso Jerome Powell, presidente de la Fed, al sugerir, con suma cautela, que el recorte de tasas anticipado para diciembre no era una certeza. Las expectativas, hasta entonces infladas al máximo, sufrieron un ajuste abrupto. Esto ocurrió en un contexto de valuaciones muy exigentes, en el que las ganancias corporativas no justificaban los precios ascendentes de muchas acciones.

A este escenario se sumó la incertidumbre sobre el mercado laboral en medio del shutdown estadístico más largo en la historia reciente, que impidió contar con información oficial oportuna. La falta de datos condujo a que informes privados cobraran relevancia, aunque no siempre contaban con rigor metodológico.

En un entorno dominado por expectativas y momentum, cualquier indicio negativo tenía un fuerte impacto en los precios

Por ejemplo, Challenger, Gray & Christmas reportó anuncios de despidos por 153.000 puestos en octubre, información que fue suficiente para generar inquietud incluso sin confirmación oficial. En un entorno dominado por expectativas y momentum, cualquier indicio negativo tenía un fuerte impacto en los precios.

Ahora la dinámica parece ir en sentido inverso. El mercado, que antes mostraba predisposición a subir frente a casi cualquier noticia, reacciona con caídas ante la mínima excusa.

Una clara ilustración fue la publicación de los datos de empleo recientes: aunque la tasa de desempleo subió a 4,4%, parte de la explicación radica en el incremento de la tasa de participación, lo que suaviza la interpretación negativa.

Los índices bursátiles pasaron de
Los índices bursátiles pasaron de un avance impulsado por los buenos resultados de Nvidia a una caída superior, reflejando la extrema sensibilidad de los precios a las sorpresas del mercado (Foto: AP)

En la misma línea, el crecimiento de las nóminas no agrícolas fue de 119.000 puestos, más del doble de lo que preveían los analistas. Sin embargo, los índices bursátiles pasaron de un avance impulsado por los buenos resultados de Nvidia a una caída superior, reflejando la extrema sensibilidad de los precios a las sorpresas del mercado.

Estrategias para navegar el subibaja

Ante este clima cambiante y propenso a sobre-reaccionar hacia ambos extremos, la clave pasa por la selectividad y la rotación sectorial.

Con la presión ejercida sobre las tecnológicas, y sectores tradicionalmente defensivos como consumo básico y energía relegados a un segundo plano, resulta prudente considerar ajustes tácticos. El ETF XLP se encuentra en su nivel más bajo frente al SPY incluso comparado con inicios de siglo, y el XLE, representando el sector energético, apenas supera los mínimos anotados durante la pandemia, cuando el precio del crudo llegó a valores negativos.

Dado que los indicadores de actividad no sugieren una recesión inminente y miembros de la Fed ajustaron su discurso, mejorando la expectativa de un descenso de tasas en el corto plazo, algunos sectores presentan valor relativo considerable.

La estrategia recomendada consiste en realizar una rotación temporal hacia sectores defensivos, como bienes de consumo básico y energía

La estrategia recomendada consiste en realizar una rotación temporal hacia sectores defensivos, como bienes de consumo básico y energía, con miras a regresar a posiciones tecnológicas cuando la relación precio-beneficio sea más atractiva. Este enfoque busca reducir la exposición a volatilidad excesiva, aprovechar posibles revalorizaciones en sectores subvaluados y mantener flexibilidad ante futuros cambios de tendencia en las políticas monetarias.

La selección de activos en tiempos como el actual exige una lectura constante de las señales tanto macroeconómicas como sectoriales, así como una valoración honesta de los riesgos que asume cada estrategia. Es fundamental evitar decisiones precipitadas influidas por titulares alarmistas o movimientos de corto plazo; la gestión profesional implica calibrar tanto la tolerancia al riesgo como los objetivos de largo plazo.

En síntesis, la historia reciente demuestra que las tormentas financieras suelen llegar cuando reina la confianza plena y los precios se alejan de los fundamentos. El contexto de elevada concentración en algunos segmentos y la rápida reversión de expectativas obligan a adoptar enfoques proactivos, flexibles y ajustados a entornos cambiantes. Invertir en tiempos de volatilidad supone, entonces, afinar la mirada, mantener disciplina y estar dispuestos a ajustar el rumbo ante nuevas realidades.

El autor es Corporate Credit Team Leader de PPI (Portfolio Personal Inversiones)