
Cada 20 de noviembre, el mundo celebra el Día Mundial de la Infancia, una fecha que invita a renovar el compromiso con los derechos de niñas, niños y adolescentes. Estos derechos, consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño —el tratado internacional más ratificado de la historia—, son innegociables: el derecho a la educación, a la participación, a la salud, a la protección, al juego y a desarrollar todo su potencial.
La participación adolescente es un principio fundamental para hacer realidad otros derechos: a involucrarse en las decisiones y acciones que los afectan colectivamente, a formar sus propias asociaciones, como los Centros de Estudiantes, y a que sus opiniones sean tomadas en cuenta, por ejemplo, en asuntos como el desarrollo de políticas locales o nacionales o en la asignación de recursos.
Cuando las y los jóvenes tienen espacios para expresarse, no solo fortalecen su autoestima y adquieren habilidades para la vida, sino que también contribuyen a políticas más efectivas y cercanas a la realidad. Escuchar sus voces no es solo un gesto simbólico: es una condición para construir sociedades más justas e inclusivas.
Todavía hay mucho por hacer. Garantizar la participación no depende solo de la voluntad de las y los niñas, niños y adolescentes: requiere que las personas adultas generemos espacios seguros donde sus opiniones sean escuchadas y tenidas en cuenta. Las democracias se fortalecen cuando cada adolescente puede ejercer su derecho a opinar y ser considerado en las decisiones que impactan en su vida.
Así lo promueve UNICEF. Como el organismo de Naciones Unidas que vela por el cumplimiento de la Convención en los países, apoyamos a los diferentes niveles de gobierno - nacional, provincial y municipal - con el objetivo de garantizar que niñas, niños y adolescentes tomen decisiones informadas y participen activamente en cualquier decisión que les afecta. Para lograr estos resultados, trabaja para desarrollar políticas y herramientas que les permitan ser escuchados, estar informados y expresar sus preocupaciones.

Por ejemplo, a través de la iniciativa Municipio Unido por la Niñez y la Adolescencia (MUNA), UNICEF busca que los gobiernos locales, junto con escuelas, centros de salud, organizaciones sociales y familias, trabajen de manera articulada para garantizar los derechos de las chicas y los chicos y, en una de sus líneas de trabajo, propone que sean ellas y ellos los protagonistas en sus territorios: que opinen, decidan y propongan soluciones para los temas que los afectan. Así, solo en 2024, más de 3.500 adolescentes participaron activamente en consejos locales y otras instancias impulsadas por MUNA en 37 municipios del país. Sus aportes fueron clave para diseñar acciones sobre salud mental, educación y protección frente a violencias. Además, a través de consultas como U-Report, miles compartieron sus preocupaciones y propuestas, demostrando que quieren y pueden ser parte del cambio.
Este Día Mundial de la Infancia, UNICEF propone celebrar generando espacios con las y los chicos: escuchar sus voces no sólo amplía sus derechos, amplía la perspectiva de las personas adultas. Y de esa forma se construye un mejor presente y se asegura un mejor futuro para ellas y ellos.
*La autora es Oficial de Comunicación y Participación Adolescente de UNICEF Argentina
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