Otra vez, una nueva oportunidad

El respaldo electoral al presidente Javier Milei y el apoyo externo abren un nuevo ciclo para la Argentina. El desafío: convertir la estabilización política en condiciones sostenibles para el crecimiento y la inversión

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Tras las elecciones, disminuyó la
Tras las elecciones, disminuyó la probabilidad de un regreso próximo al poder de fuerzas políticas proclives al default y a la ruptura de contratos (Foto: Gustavo Gavotti)

Los indicadores de confianza registraron una incipiente recuperación en la semana previa a las elecciones, reflejo quizás de la sorpresa ante la magnitud del apoyo norteamericano, y probablemente también del temor a revivir fantasmas del pasado reciente.

Por una razón o por otra, las elecciones de medio término representaron un respaldo significativo al presidente Javier Milei, quien afronta la segunda etapa de su mandato con aval en las urnas y apoyo de fondos externos suficientes para avanzar hacia un escenario económico y político más estable.

El nuevo escenario político está aún en construcción y ofrece múltiples incertidumbres, aunque las condiciones parecen haber cambiado: disminuyó la probabilidad de un regreso próximo al poder de fuerzas políticas proclives al default y a la ruptura de contratos. Este aspecto resulta crucial para fomentar inversiones que difícilmente se concretarían bajo un panorama distinto.

Un paso indispensable

Despejar -al menos en parte- la incertidumbre política constituye un paso indispensable para iniciar un camino de crecimiento sostenido. Resta aún disipar la incertidumbre sobre el programa económico, que no se refiere a los eventos económicos, imprevisibles por naturaleza y asumidos así por los agentes, sino a la hoja de ruta oficial.

Resta aún disipar la incertidumbre sobre el programa económico, que no se refiere a los eventos económicos, imprevisibles por naturaleza y asumidos así por los agentes, sino a la hoja de ruta oficial

Los primeros movimientos del equipo económico tras los óptimos resultados electorales muestran prudencia e introducen ciertas novedades, como el anuncio de recompra de deuda con apoyo de organismos multilaterales, la intención del Banco Central de reconstituir reservas y la implementación de cambios en la política monetaria, incluyendo la flexibilización de encajes para reponer liquidez en un contexto de gradual descenso de las tasas de interés.

Baja del índice de riesgo país

El derrumbe de más de 500 puntos en la prima de riesgo, que tras las elecciones se acercó a los 600 puntos básicos, sugiere la posibilidad de una nueva y considerable compresión del riesgo en los primeros meses de 2026, si avanza el proceso de estabilización y se concretan reformas.

La normalización ofrece como beneficio inmediato la recuperación en el ritmo de crecimiento de depósitos y préstamos, y la posibilidad -como ya lo demostraron dos empresas petroleras- de obtener financiamiento de mediano plazo para la inversión.

Las condiciones iniciales para crecer
Las condiciones iniciales para crecer resultan favorables por múltiples factores (Foto: Reuters)

Existen numerosos proyectos vinculados al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) que podrían concretarse, y más adelante la expectativa de que, con el tiempo, las condiciones sean similares para todas las empresas, independientemente del tamaño de la inversión.

Las condiciones iniciales para crecer resultan favorables por múltiples factores: desde la disponibilidad excepcional de recursos para afrontar la transición a un esquema cambiario y monetario más estable, hasta la magnitud de los proyectos en evaluación o en marcha, la positiva evolución de los precios internacionales, el acceso a mercados en mejores condiciones y la posibilidad de acuerdos comerciales que no hace mucho parecían improbables.

La base de la recuperación reside en la necesidad de que el país alcance un salto de productividad

La base de la recuperación reside en la necesidad de que el país alcance un salto de productividad, un objetivo que exige un esfuerzo consistente y colectivo.

El 2026 puede tener una importancia mayor de la que, por ahora, deja entrever.

El autor es Director y Economista Jefe de FIEL. Esta nota es un anticipo de Indicadores de Coyuntura 680 de FIEL