Logística urbana 4.0: hacia un ecosistema digital sostenible en América Latina

De cara a 2030, la logística urbana 4.0 podría transformarse radicalmente con drones regulados, vehículos autónomos y gemelos digitales de ciudades capaces de simular rutas en tiempo real

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Persona subiendo cajas a la
Persona subiendo cajas a la parte trasera de una pickup durante una operación de carga - (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Entregar, entregar, entregar”. Si se quiere, esa ha sido la consigna del comercio electrónico en América Latina en los últimos años, tiempo en el que fue experimentando un crecimiento explosivo (36,7% solo en 2023), poniendo una presión sin precedentes sobre la logística de última milla, el tramo final crítico para llevar productos al consumidor.

Este segmento puede llegar a representar más de la mitad del costo logístico total y es donde se define en gran medida la satisfacción del cliente. El desafío se acentúa en las grandes urbes latinoamericanas –de Ciudad de México a São Paulo y Buenos Aires– que ya sufren congestión vehicular y poca infraestructura para tanto paquete circulando.

A esto se suman las exigencias de sostenibilidad y rapidez: el consumidor digital en México y la región ya incorpora la sustentabilidad como un criterio de decisión, valorando cada vez más opciones de entrega con menor impacto ambiental (AMVO, 2025). Y al mismo tiempo espera envíos más veloces, muchas veces sin costo adicional. La pregunta es cómo “hacer más con menos” en este contexto, es decir, entregar más pedidos de forma eficiente, rápida y limpia, incluso con recursos limitados.

Innovaciones sostenibles en la entrega urbana

La respuesta viene de la mano de la innovación y un replanteo estratégico de la logística urbana. Estas son algunas de las soluciones que están emergiendo en la región para impulsar un comercio digital sostenible:

  • Microhubs urbanos: Pequeños centros logísticos dentro de la ciudad que acercan el inventario al cliente. Empresas de la región ya implementan hubs urbanos estratégicos para descomprimir sus redes; por ejemplo, centros locales que reducen los tiempos de entrega y agilizan la distribución al estar más cerca del consumidor. Estos microcentros permiten consolidar envíos por zona y descongestionar el tráfico urbano, reduciendo recorridos redundantes.
  • Flotas eléctricas (EV): La electrificación de las flotas de reparto está en marcha en toda América Latina. Los vehículos eléctricos —desde vans hasta motos— pueden recortar entre un 30% y 50% las emisiones de CO₂ en la última milla, además de acercarse a la paridad de costos con los modelos de combustión según McKinsey (2025). En México, compañías de logística como Estafeta probaron vans eléctricas en CDMX logrando reducir más del 40% del gasto en combustible, mientras que en Brasil y Chile ya se despliegan proyectos piloto con camiones y furgones eléctricos en áreas metropolitanas. A medida que bajen los costos de baterías y se expanda la infraestructura de carga en la región, estas flotas EV serán cada vez más comunes, ayudando a “hacer más con menos” combustible y a cumplir metas verdes.
  • Bicicletas eléctricas y micromovilidad: En los centros urbanos densos, las bicicletas de carga eléctrica, scooters y triciclos se abren paso como alternativa ágil y de cero emisiones. Programas piloto –como Go Green de DHL en México– han incorporado cargo bikes en zonas céntricas, agilizando entregas y reduciendo hasta un 20% los costos operativos de última milla. Estas bicis eléctricas, apoyadas en microhubs para recoger paquetes, esquivan atascos y llegan a lugares donde un camión no podría, todo mientras disminuyen la huella de carbono.
  • Lockers inteligentes: También conocidos como casilleros automáticos son, en la actualidad, aliados silenciosos de la logística sostenible, debido a que permiten consolidar decenas de paquetes en un solo punto de entrega para recogida por parte del cliente, eliminando múltiples viajes a domicilios individuales. Según análisis de McKinsey, los lockers pueden reducir los costos logísticos totales entre un 15% y 30% al optimizar rutas y concentrar entregas. Además, estudios indican que la inversión en estos sistemas se recupera en alrededor de 18 a 24 meses gracias al ahorro operativo y mejoras en satisfacción del cliente. Ciudades como Ciudad de México, Bogotá o Lima ya ven cada vez más lockers en supermercados, estaciones o tiendas de barrio, dando flexibilidad al cliente y aliviando el tráfico de reparto.
  • Inteligencia artificial y optimización de rutas: Algoritmos de ruteo inteligente analizan tráfico en tiempo real, ubicaciones de entrega y ventanas horarias para armar rutas óptimas, reduciendo kilómetros recorridos y consumo de combustible. Esta optimización puede recortar costos operativos de reparto en hasta un 15% evitando trayectos innecesarios. Asimismo, la IA predictiva anticipa picos de demanda (un Hot Sale, Cybermonday, Navidad) para distribuir recursos de forma proactiva y evitar cuellos de botella. En pocas palabras, la tecnología permite que cinco repartidores logren lo que antes hacían diez, sin sacrificar la calidad de servicio – es decir, lograr eficiencia y “ganar eficiencia” en la operación de última milla.
  • Modelos colaborativos: Cada vez vemos más colaboración entre operadores logísticos, retailers e incluso emprendedores locales para llegar al cliente final de la forma más eficaz. Desde alianzas donde una cadena minorista usa la red de una startup de delivery para sus envíos rápidos, hasta redes de crowdshipping (repartidores independientes tipo ride-hailing) que complementan a los correos tradicionales en horas pico, el ecosistema se mueve hacia la cooperación. Al aprovechar infraestructura y datos compartidos, se evitan camiones semivacíos y se puede consolidar entregas de múltiples tiendas en un solo recorrido. Como suelo decir: los dedos de una mano hacen más fuerte el puño que impulsa al ecosistema, y en logística eso se traduce en sinergias que benefician a todos los participantes.

La logística urbana 4.0 no es solo un desafío operativo: es un engranaje clave del Flywheel Retail, porque cada entrega confiable alimenta la recurrencia y la confianza del consumidor. Cuando integramos datos de rutas, inventarios y hábitos de compra en una IA-Unificada, la última milla se convierte en cerebro y músculo del ecosistema. Y al sumar modelos de Comercio Colaborativo, desde crowdshipping hasta alianzas entre retailers, la eficiencia deja de ser individual para volverse compartida.

Un ecosistema en marcha hacia la sostenibilidad

Está claro que las empresas que adoptan estas innovaciones –desde hubs urbanos y flotas limpias hasta IA y lockers– están mejor posicionadas para hacer más con menos y responder al consumidor moderno, que exige velocidad con conciencia ecológica.

La logística urbana 4.0 no es solo un desafío operativo: es un engranaje clave del Flywheel Retail

Y es que hoy este sector tiene una misión que va mucho más allá de la entrega de paquetes, por ser un eslabón importante en el ecosistema, tiene que impulsarlo con innovación y colaboración.

Las cifras respaldan la oportunidad y el desafío: el comercio digital seguirá creciendo, y con él la necesidad de entregas más inteligentes. La buena noticia es que las soluciones están emergiendo, y América Latina tiene la creatividad y determinación para adoptarlas, haciendo del reto logístico una oportunidad de innovación en favor del planeta y de los consumidores.

Para cerrar, los invito a recorrer la gestación y el crecimiento del sector logístico del ecosistema digital a través del libro vivo El desafío fullfilment, logística y última milla, parte de la colección Génesis de un futuro digital. Allí encontrarán testimonios, datos y aprendizajes que muestran cómo la región fue capaz de reinventarse para dar respuesta a un consumidor cada vez más exigente y consciente.

De cara a 2030, la logística urbana 4.0 podría transformarse radicalmente con drones regulados, vehículos autónomos y gemelos digitales de ciudades capaces de simular rutas en tiempo real. La robótica y la IA no solo optimizarán trayectos, sino que permitirán anticipar escenarios de congestión y reconfigurar la red logística de manera dinámica, logrando que “hacer más con menos” pase a ser “hacer exponencialmente más con menos”. Este horizonte abre la puerta a un ecosistema donde la última milla dejará de ser un cuello de botella para convertirse en una ventaja competitiva y sostenible, capaz de combinar velocidad, precisión y responsabilidad ambiental en escala.

Las cifras respaldan la oportunidad y el desafío: el comercio digital seguirá creciendo, y con él la necesidad de entregas más inteligentes

Porque al final del día, la logística no es solo mover paquetes, es mover confianza: la confianza de que podemos entregar rápido, limpio y con impacto positivo. Y en esa confianza se juega el futuro del comercio unificado sostenible en América Latina.

El autor es Presidente del eCommerce Institute y coFounder & Global Executive SVP de VTEX